Capítulo 51.

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*Foto de portada: Lily de Wakabayashi.


Capítulo 51.

Múnich.

Esa noche, el Blue Lagoon estaba semivacío, quizás porque el día no se prestaba para salir a cenar o, tal vez, porque el lugar iba perdiendo fama cada vez que era visitado por alguna estrella local que no le daba una valoración positiva. En cualquier caso, ése no era un sitio al que Karl llevaría a cenar a alguien a quien quisiera impresionar, a pesar de que a primera vista parecía ser un restaurante con clase.

– Espero que no tengamos qué esperar demasiado para tomar mesa –comentó Hedy, en un tono que daba a entender que deseaba que sucediera todo lo contrario, mientras Karl estacionaba el Porsche.

– No será así, para eso hice una reservación –replicó Schneider, secamente.

Como iba en plan de rebeldía total, Karl se bajó del coche sin hacer el intento de abrirle la puerta a su acompañante, que batalló durante unos minutos mientras adivinaba cómo funcionaba el mecanismo de apertura. El alemán experimentó una mezcla de maldad y enojo, y fingió no escuchar las peticiones de ayuda de Hedy, quien por fin consiguió abrir la puerta y salir como si nada hubiese sucedido. Tras arreglarse la ropa y hacer una mueca de enojo, la modelo salió corriendo tras Karl, el cual caminaba a paso rápido y sin mostrar consideración alguna por la muchacha.

– Espérame, que deben vernos entrar juntos. –Hedy llegó hasta él y quiso colgarse de su brazo.

– ¿Y para qué? –Karl lo retiró con cierta violencia antes de que ella lo tomara–. Eso lo hacen personas que vienen juntas como pareja sentimental y yo estoy aquí por obligación.

Hedy no respondió, dudando entre si debía hacer un escándalo o armarse de paciencia. Decidió tomar la segunda opción, de manera que puso al mal tiempo buena cara y una vez más actuó como si él no la hubiera retado. Schneider la miraba de reojo y se preguntó cuánto tiempo pasaría antes de que ella perdiera los estribos debido a su comportamiento majadero.

"Lo peor del caso es que me está presionando a actuar de una forma en la que no quiero", pensó Karl. "Me siento mal conmigo mismo porque yo no suelo ser así de descortés, pero no voy a darle a esta mujer los privilegios que no se merece. Después de todo, estoy aquí por culpa de arbitrariedades y caprichos suyos".

En la entrada del restaurante, el joven anunció que tenía una reservación a nombre de Enric Taylor, lo que hizo que Hedy hiciera un gesto de sorpresa. El hostess que los recibió miró a Karl de arriba abajo durante unos segundos con las cejas levantadas, como preguntándose si debía soltar la pregunta que traía en la punta de la lengua o si lo dejaba pasar sin agregar algo más.

– Síganme, por favor. –El hombre los condujo a través del lugar semivacío; ellos pasaron junto a un acuario enorme, que podría resultar espectacular viéndolo con muchas ganas, para poder llegar hasta una mesa ubicada junto a una ventana que daba a un jardín interior–. En un momento lo atenderá uno de nuestros meseros.

– Gracias –dijo Karl, tomando asiento, mientras el hostess le retiraba la silla a Hedy para que se sentara, lo que evitó que aquél se viera demasiado maleducado por no intentar hacerlo él mismo.

El hostess hizo un movimiento de cabeza y echó a andar, pero de inmediato regresó como si hubiese decidido sacarse la duda que tenía desde que lo vio llegar. En cuanto Karl le vio la cara, supo de inmediato qué era lo que el hombre le iba a preguntar.

– Disculpe, señor Taylor, ¿le han dicho alguna vez que se parece mucho a Karl Heinz Schneider, el futbolista? –inquirió el hostess.

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora