Capítulo 70.

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Foto de portada de capítulo: Lily de Wakabayashi.

Capítulo 70.

Múnich.

Pocas veces Stefan Levin se había sentido tan seguro de algo en su vida. Lo había pensado durante unas semanas, analizando cada detalle y probable escenario que pudiera conllevar su decisión y había llegado a la conclusión de que tenía la suerte de su lado, o al menos era lo que quería creer. Había incluso elegido la prenda perfecta para hacer su petición, sin consultarlo con nadie, y creía que había sabido arreglárselas bastante bien dejándose llevar por su instinto y por las sugerencias de la persona que lo atendió. No habló del asunto ni siquiera con Sho, quien se había convertido en un extraño confidente para él, porque temía que alguien lo hiciera cambiar de parecer al último momento.

"Y si alguien puede hacerte cambiar de parecer, ¿no significa que te estás precipitando o que no estás tan seguro de tu elección?".

"No necesito pensarlo demasiado para saber que esto es lo que quiero hacer", se reconvino Stefan a sí mismo. "Sé que ella también lo quiere, ¿para qué darle tantas vueltas al asunto? Además, Deb y yo no tenemos el problema que tienen Sho y Nela o Wakabayashi y Lily, así que no tiene caso seguirlo postergando".

Lo cierto era que Levin no había hablado con Débora acerca de su relación. El sueco pensó que, cuando la emoción de la reconciliación se asentara y la paz de la rutina se estableciera entre ellos, a cualquiera de los dos le daría por tocar ese tema, de qué querían a largo plazo y a dónde pensaban llegar. Al menos, Stefan pensó que Débora sí lo haría, que sería ella quien trajera el tema a colación. Era cierto que todavía eran jóvenes como para creer que lo suyo sería "para siempre" (no es de sorprender que, desde lo de Karen, Stefan no creyera que alguna relación podría durar "para siempre"), pero también era verdad que lo que ellos sentían era algo fuerte y especial, no era extraño que ambos pensaran que podían llegar más lejos si así lo deseaban. Y tras analizarlo detenidamente, Levin había llegado a la conclusión de que sí lo deseaba, faltaba ver si Débora también lo quería.

Se dice que la gente del Norte no es particularmente romántica y algo de cierto debe de haber en ello. Stefan era dolorosamente consciente de que no fue especialmente romántico con Karen, siempre se escudó en el fútbol y en sus partidos para no esforzarse al máximo en su relación, algo que ella comprendía y aceptaba de buen grado, a pesar de todo. Quedaba claro que con Débora la cosa no era diferente, aunque a diferencia de Karen, Deb era muy sentimental y cursi, lo que la movía a hacer detalles románticos por él. Y ahora que Stefan se había decidido a dar un paso tan importante, le parecía que debía ser menos seco, pero no sabía cómo cambiar esa faceta de su personalidad. Una vez más, el sueco decidió confiar en Sho y preguntarle qué hacía cuando deseaba hacerle sentir a Nela que era importante para él.

– Pues habitualmente lo que hago es cocinarle –había contestado Sho, tras pensarlo durante unos segundos–. Es algo que me gusta hacer, no sólo porque quiero que conozca la comida de mi país sino también porque sé que Nela me lo va a agradecer: con lo ocupada que está, rara vez tiene tiempo para comer algo decente. No soy bueno con las palabras, de hecho dudo de que alguno de nosotros lo sea, así que procuro hacerle detalles así para que sepa que es importante para mí.

– Ya se me hacía que el que hicieras tantos platillos para ella no era una casualidad –comentó Levin, sintiéndose como un tonto por no haber reconocido en este acto sencillo el amor que Sho le tenía a su novia.

– Sin embargo, no es algo que te recomiende hacer –continuó Sho–, porque es seguro que se te quema hasta el agua, por algo siempre comes en los comedores de las instalaciones.

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora