Capítulo 35.

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Capítulo 35.

Hamburgo.

Cuando el tren arribó muy de mañana en la Hamburg Hbf (es decir, la Estación Central de Hamburgo), después de pasar una noche incómoda en el vehículo, Bárbara comenzó a sospechar que su idea podría resultar no ser tan buena como había pensado en un inicio y que el resultado final podría no ser el que ella buscaba. Para empezar, ¿en dónde cuernos podría localizar a Kaltz? No conocía su domicilio ni su número de teléfono fijo ni un dato personal que le ayudara a encontrarlo. ¿Cómo no se le ocurrió pensar en eso antes? Quizás podría llamarlo a su celular pero Bárbara temía que él no contestara la llamada, lo cual sería lo más lógico. Entonces, ¿qué podría hacer para resolver ese gravísimo problema? ¿Estaría el nombre del muchacho registrado en la guía telefónica? No debería de haber muchos Hermann Kaltz en Hamburgo, ¿o sí?

"¿Guía telefónica? ¿Habrá alguien que siga usando esa cosa de la prehistoria?", se cuestionó Bárbara. "Y si existiera aún, seguro que Kaltz no aparecería en ella a menos que tuviese un teléfono fijo... ¿Cómo le hacían las personas para encontrarse antes de que se inventaran los smartphones?".

Una vez que estuvo fuera del tren, la chica buscó un baño para asearse y arreglarse lo mejor que pudo, tras lo cual se dispuso a ver las rutas del U-Bahn de la ciudad.

- No sé ni siquiera de qué me va a servir conocer las rutas si no tengo ni idea de a dónde voy.- bufó Bárbara, levantándose un mechón de pelo rojo de la frente.

- Hola, ¿buscas alojamiento en Hamburgo?.- se acercó a ella un tipo que lucía una barba cerrada y tenía una mirada extraña.- Conozco algunos hostales en donde una hermosa mujer como...

- No, gracias.- Bárbara lo cortó en seco, sin apartar la mirada de la lista de las rutas.

Se preguntó si el tipo la seguiría acosando, como solían hacer algunos "vendedores" poco dispuestos a aceptar un "no" por respuesta, pero éste se alejó refunfuñando por lo bajo que las mujeres bonitas solían ser las más maleducadas. Bárbara lo ignoró y enfocó de nuevo su concentración en las estaciones que el U-Bahn tenía en Hamburgo. Mientras lo hacía, saltó a la vista el Volksparkstadion, el estadio del equipo Hamburgo, y Bárbara tuvo un chispazo de ingenio. ¿Cómo no se le ocurrió antes? ¡Ése era día de entrenamiento! Sin duda que Kaltz acudiría al mismo y entonces ahí Bárbara podría verlo sin temor a que él la rechazara; ella sólo esperaba que las prácticas no se hicieran ese día a puerta cerrada (lo cual sería tener bastante mala suerte), en cuyo caso se limitaría a esperarlo a las afueras del complejo deportivo. Así pues, tomó la decisión de subirse a la ruta que la llevaría a las cercanías del estadio, sería mucho mejor que andar vagando en Hamburgo sin saber qué hacer. Antes de tomar el transporte, la chica se compró un trozo de quiche vegetariano y un vaso de Schorle, una bebida consistente en agua gaseosa con jugo de manzana, para el desayuno. No le gustaba comer la famosa tarta salada porque contenía muchas calorías pero sería algo rápido y fácil de consumir así que decidió que por una vez no importaba.

- Que no tengan entrenamiento a puertas cerradas.- musitaba Bárbara su mantra mientras el subterráneo la llevaba por Hamburgo.- Que no tengan entrenamiento a puertas cerradas...

De cualquier manera habría esperado a Kaltz el tiempo necesario pero preferiría ahorrarse esa cuestión. Además, todavía estaba el asunto de determinar si dormiría esa noche en la ciudad o si se regresaría a Múnich de inmediato, Bárbara no había querido buscar alojamiento hasta que no supiera qué actitud tendría Kaltz con ella. Si él la rechazaba, la chica simplemente tomaría un tren de vuelta a Múnich para no volver (qué drama).

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora