Capítulo 63.

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Dibujos de portada: Lily de Wakabayashi.

Capítulo 63.

Múnich.

La lluvia comenzó a amainar y en su lugar cayó una pesadez húmeda que se colaba por la nariz hasta anidarse en los pulmones, pero Karl y Elieth no lo notaron. Él se había abierto la chamarra para que ella pudiera encontrar refugio en su pecho, a pesar de que el agua que caía del cielo ya no los molestaba tanto, si es que alguna vez lo hizo.

Ich liebe dich, mi pequeña francesa caprichosa –murmuró Karl–. No podría dejar de amarte, aunque quisiera hacerlo. No estaba seguro de cómo iba a conseguir sacarte de mi mente y borrar la huella que dejaste en mí. Una parte de mi corazón no deseaba hacerlo pero creí que era lo mejor para los dos. Sin embargo, ¡no tenías por qué irrumpir en el partido para que entendiera que estaba equivocado!

– Ay, ya no me digas nada, por favor –pidió Elieth, apoyando la cara en el pecho de él–. ¡Estaba tan desesperada que no sabía qué otra cosa hacer! Y es que Lily me dijo que ibas a pedir tu transferencia al Borussia Dortmund y eso me hizo perder la cabeza.

– ¿Qué cosa? –cuestionó Karl, sorprendido–. ¿Por qué Lily te dijo que voy a pedir mi transferencia al Dortmund? ¡Eso no es verdad!

– Ay, yo que sé, pregúntaselo a ella. –Elieth se encogió de hombros–. ¿De verdad lo vas a hacer?

– ¿Qué? No, por supuesto que no. –Schneider se echó a reír–. Después tendré que hablar con Lily sobre esto, ni siquiera sé por qué se le ocurrió decirte una cosa semejante pero, si eso consiguió que te atrevieras a declararme que me amas, me doy por bien servido.

A lo lejos se escuchó el sonido de los cláxones de un par de automóviles así como el rechinido de las llantas de uno de ellos, seguido de algunos griteríos; sin embargo, estos ruidos les parecían muy lejanos a los dos amantes, como si estuviesen ocurriendo en otro planeta. Ellos volvieron a besarse, con menos ansiedad y más calma, sabiendo que a partir de ese momento tendrían todo el tiempo del mundo para hacerlo. Un grupo de personas se acercaba a ellos, caminando tranquilamente por la calle, pero Karl estaba seguro de que no lo reconocerían pues nadie esperaría verlo ahí tras haber jugado un partido tan intenso. Sin embargo, un manchón rojo y borroso también se dirigía hacia ellos a paso veloz, haciendo resonar sus tacones sobre el mojado pavimento cual Bambi recién nacido. Hubo algo en ese repiqueteo que llamó la atención de Elieth y de Karl, como si ya lo hubieran escuchado antes, aunque ninguno supo reconocerlo hasta que ya fue demasiado tarde.

– ¡TÚ, MALDITA INFELIZ! –exclamó una mujer a viva voz–. ¡ME VAS A PAGAR LAS QUE ME DEBES! ¿CÓMO TE ATREVISTE A QUITARME A MI NOVIO?

Al escuchar el grito, Elieth y Karl se separaron por acto reflejo y de inmediato éste se dio cuenta de que cometió un error, pues al hacerlo permitió que Elieth quedara expuesta ante la persona que había gritado, ¡que no era otra que Hedy Lims! ¿Qué demonios estaba haciendo esa mujer ahí? ¿Qué otra cosa necesitaba, por amor de todo lo bueno, para que los dejara en paz de una vez por todas?

– ¡Ten cuidado, Eli! –gritó alguien a lo lejos.

Karl creyó reconocer a Lily en la voz de quien gritaba, pero no prestó atención debido a que estaba más concentrado en Hedy y en Elieth; él empezó a moverse para intentar interponerse entre ambas pero su ojo y su cerebro le hicieron ver que había reaccionado demasiado tarde y que no lograría intervenir a tiempo.

Hedy, a su vez, se sentía triunfal: las cosas no podían haberle salido mejor, ni aunque las hubiera planeado. Justo delante de ella había quedado Elieth Shanks a su completa merced, mientras que por detrás un grupo de personas eran testigos de la escena. Hedy apelaría a su talento actoral para armar un escándalo que llegara a oídos de la prensa, el escándalo de la mujer indignada que había sido engañada en público y de cómo cobró venganza contra la arpía que intentó bajarle al novio.

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora