Capítulo 36.

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Capítulo 36.

Múnich.

El jefe del área de mantenimiento se sintió ofuscado por tener a la estrella del Bayern Múnich a su cargo; no entendió muy bien el por qué Rudy Frank había enviado a su hijo con él a que hiciera labores de reparación y no estaba muy seguro de querer encargarle trabajos pesados, a pesar de saber que el entrenador Schneider era de los que ponían a sus jugadores a colaborar con la limpieza de los vestuarios (una cosa era que el entrenador los obligara y otra muy diferente que lo hiciera una persona de otra área). Obviamente, al final al hombre no le quedó más remedio que seguir órdenes superiores así que le ordenó a Leonardo que se hiciera cargo de la situación.

- ¿Y qué se supone que debo hacer con el Káiser?.- cuestionó Leonardo, alterado.- ¿Le pongo una sillita para que me vea trabajar sin cansarse?

- Que te ayude a transportar los bultos de fertilizante para el campo E, es un trabajo que debe hacerse entre dos personas, como mínimo.- .- respondió el jefe.- El joven Schneider no es un inútil.

- No me consta, sólo sé que es futbolista profesional y, como tal, los futbolistas profesionales no hacen labores de mantenimiento.- replicó el mexicano, frunciendo el ceño.- No vayan a lesionarse sus piernas valoradas en millones de euros.

- No conoces al entrenador Schneider, ¿verdad?.- el jefe miró a Leonardo con extrañeza.- Él no tiene reparos en poner a sus jugadores a hacer labores de limpieza.

- Sí, pero una cosa es hacer limpieza y otra muy distinta hacer reparaciones.- insistió Leonardo.

- Haz lo que te digo y llévate al joven Schneider a trabajar.- cortó el hombre.- Además, por lo que sé, fuiste tú el que le dijo al entrenador Rudy Frank que el Káiser se merecía un castigo así que ahora te haces cargo de él.

- ¿Qué? ¿Quién le dijo eso?.- Leonardo se sorprendió.- ¡Cómo son chismosos en este lugar, caray!

Así pues, al final del entrenamiento Leonardo le dijo a Karl que lo acompañaría a transportar los bultos de fertilizante cuando éste lo buscó para saber en qué iba a trabajar; el alemán iba con buena actitud y, para demostrar que no tenía intenciones de quedarse sin hacer nada, se había puesto ropa cómoda y vieja. El mexicano sinceramente esperaba encontrarse con alguien muy renuente a trabajar pero en vez de eso notó que Schneider aceptaba cualquier petición que le hacía, estando muy dispuesto a realizar labores pesadas a pesar del riesgo que eso podría conllevar para su estado físico.

- No sé si será buena idea que me ayudes a cargar los bultos, bastará con que me ayudes a trasladarlos en la carretilla.- dijo Leonardo, tras ponerse una faja para proteger su columna.- No vaya a ser que te lesiones y que el entrenador Schneider me corra por lastimar a su jugador estrella.

- Oye, no soy tan inútil como crees.- protestó Karl, molesto.- Puedo hacer cualquier actividad física que se requiera.

- Yo no he dicho que seas inútil, sólo que podrías lesionarte.- replicó Leonardo aunque sí lo pensaba.- Pero tengo que decir que me sorprende que la estrella del Bayern Múnich, el Káiser de Alemania, haya aceptado sin protestar la orden de trabajar para el área de mantenimiento, creí que harías alguna especie de berrinche a lo Cristiano Ronaldo, quejándote de que estas labores son demasiado poca cosa para alguien de tu nivel.

- Vuelves a compararme con Cristiano Ronaldo y te romperé la cara con mi Fire Shot.- dijo Karl, más enojado que antes.- ¿Qué clase de persona crees que soy?

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora