Trois

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Estaba al frente de él, pude observarlo mejor. Me di cuenta que era atractivo, que era mucho más alto que yo, tenía unos ojos oscuros que te cautivaban con tan solo mirarlo. Su cabello tan negro como el propio carbón y tan sedoso que daban ganas de acariciarlo, poseía una hermosa sonrisa inigualable que te hacía olvidar todo, sus facciones marcadas y obvio no podían faltar sus ojeras que le daban un toque de sobrio y volao que tanto me encantaba.

¡Despierta, Ignacia culia!

¡No te debe gustar!

Me di una cachetada mental.

-¿Qué cosa?- me hice la hueona.

-Tu ya sabí po, dime las razones.- volvió a sonreí.

¡Deja de sonreír, mieRDA!

Ah, re alterada la mina.

-Ah, sobre eso.- me hice la desinteresada.

¿Era un buen momento para decirle todo en su bonita cara?

-Tengo tiempo de sobra.- dijo mirando el reloj blanco que llevaba en su mano derecha, que por cierto, no combinaba para nada con el uniforme.

-¿Mis razones? bueno estas son: uno, ciego ahueonao que no se da cuenta de nada. Dos, pelao de mierda que se pela con todo lo que se mueve. Tres, egocéntrico de mierda que piensa que todo gira alrededor suyo. Cuatro y última, ahueonao cobarde que no asume nada.- su sonrisa bonita desapareció.- Y si no tení' nada que decir, yo me voy a...-me interrumpió.

-¿En serio tan mal creí' de mí?- ay, me pasé po. Puso sus manos en los bolsillos del pantalón, se veía más alto cuando hacía esa pose.

-Sí, y si me permites, me voy al baño.- me di la vuelta y caminé, pero antes de llegar a la escalera, él estaba al ladito mío.

¡CONCHETUMARE, ME ASUSTÓ EL HUEON!

-¿Que haci, hueón?- le pregunté media asustá.

-Te acompaño.- me miró y lo miré raro.

-¿Me vai acompañar al baño?- tenía unas ganas de reírme en su cara.

-Sí, o sea no. Te acompaño hasta el baño y yo me voy al baño de los hombres.- se puso medio nervioso.

Lo miré y no dije nada. Bajé las escaleras y me dirigí al baño con una mirada encima.

Y no, no era Voldemort.

Cuando terminé de hacer todo lo que tenía que hacer, me lavé las manos y salí del baño. Había un niño apoyado en la baranda, un niño que no había visto nunca, estaba como perdido.

¿Será nuevo o qué chucha?

Me importó una mierda, así que lo ignoré y pasé al frente de él sin interés, como si nada me importara.

-¡Oye!- Benjamín culiao deja de molestarme. Me di vuelta pero no era él, era ese niño que no había visto jamás.

-¿Si?- le contesté

<<Trata de ser buena onda, Ignacia>>, me dije a mi misma.

-Estoy medio perdido, soy nuevo aquí y no sé donde está mi sala.- me sonrió.

Típicos problemas de hueones nuevos. Ni siquiera el colegio es tan grande como para perderse.

El mino no era feo. Era alto, una combinación entre café y verde tenía en sus ojos, tenía unos labios rosados. Su cabello era oscuro como la noche, su tez era "perfecta" y tenía una sonrisa pepsodent con brackets.

-¿De que curso eri?- le pregunté. Intenté ser lo más simpática posible.

-Tercero B.- miró el papel que llevaba en sus manos.

MANUAL: Cómo Superar A Un Ahueonao [CHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora