Extra<3

2.6K 159 46
                                    

Ignacia:

Ya habían pasado algunos meses desde que pensaba que estaba embarazada, pero realmente no era así, o eso pensaba.

—Amor.— susurré. Estábamos acostados en la cama, no dentro de las sábanas. El Benja estaba a mi lado con los ojos cerrados, pero sonriendo. No habíamos ido a trabajar, nos dimos como vacaciones.

—¿Mmh?— fue lo único que "dijo". Giré mi cabeza hacia la derecha y lo vi de perfil, se veía tan lindo.

—Te tengo que contar algo.— sentía un nudo en la garganta y la voz se me quebró.—E...estoy embarazada.— rápidamente, el Benja me miró.

—¿Estai segura?— sonrió, apenas le dije.

—Sí.— comencé a llorar y no sabía por qué.

—Pero, ¡no llorí'!— se acercó y me abrazó.—Respira.— me secó las lágrimas y cuando estuve tranquila, me dio un beso en la frente.

—Vamos a ser papás.— sonreí y tomé su mano para llevarla a mi vientre.

—¿Cuántas semanas tení'?— su mano estaba abrigada y el tacto de su piel con la mía, no me causó ningún escalofrío.

—Ocho semanas.— me sequé las lágrimas.

—Presiento que es niño.— me quedó mirando.

-No, es niña.- afirmé.

—No, si estoy seguro que es niño.— sonrió.—Se llamará...— quedó pensando un rato, hasta que habló.—Bruno u otro nombre.— volvió a sonreír.

—Si es niña, se llamará Isidora.— respondí.

—Estoy seguro que es niño.— estaba muy convencido de lo que sentía y aseguraba.

[...]

Creo que a los dos meses después, me dijeron que era niño.

—¡Yo tenía razón!— me gritó el Benja desde la cocina.

—¡Cállate culiao!— le respondí desde uno de los sillones del living.

—¡No quiero que mi hijo escuche groserías, Igna!— me volvió a gritar y de la nada, escuché que se caían algunos vasos.—¡Por la conchetumare!— dijo y me cagué de risa.

Rápidamente, fui a verlo a la cocina y se le habían caído los vasos y la fuente de ensalada.

—Yo quería hacerte algo sano y rico po.— hizo un puchero.

—Pide una pizza nomás.— le pedí.

—¡Y yo perdiendo mi tiempo!— me gritó y me reí.

No se notaba que estaba embarazada y eso que tenía cuatro meses. Todavía no presentaba licencia y seguía trabajando, aunque a veces me daban mareos y me sentía mal. Mi pololo, todavía, trabajaba pero desde nuestra casa.

Al final, sí terminamos comiendo pizza.

[...]

Cinco meses después...

Ya se me notaba el embarazo y en una semana más iba a tener a mi niño. Estaba en el baño cuando sentí contracciones, pero no me alarmé porque era normal. El dolor cada vez aumentaba más y sentí como que me hacía pipi.

¡Rompí fuente, conchetumare!

—¡Benjamín!— grité.—¡Benja!— lo llamé.

—¿Que pasa, amor?— apareció en el marco de la puerta super relajao'.

—Rompí fuente.— me costaba respirar y me dolía caleta.

—¡Conchetumare!, ¿¡que hueá hago!?— gritó y se desesperó.

MANUAL: Cómo Superar A Un Ahueonao [CHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora