Cinquante- neuf

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N//A; yo les aviso cuando poner la canción🥺 no lloren sipo...

Ignacia:

Lloraba acostada en mi cama, boca abajo. Sentí que tocaban la puerta de mi pieza y me paré solo a abrirla.

—¿Marti? ¿Como entraste?— entró a mi pieza y cerré la puerta.

—Tu mamá me dejó entrar. Me llamó y me dijo que te hiciera compañía, porque llegaste llorando y te encerraste en tu pieza. Dijo que iba a salir y que iba a llegar tarde.— dejó las bolsas en el piso y se sentó en mi cama.

—Gracias, hueona.— suspiré y me sequé las lágrimas. 

—¿Que pasó?— me miró preocupá y me quitó el pelo de la cara.

Flashback, ah.
Imaginen la hueá y pongan la canción.

Desperté, ah por la chucha, desperté. Abrí los ojos y parpadeé un par de veces para poder acostumbrarme a la luz que entraba por la ventana, ya que nos habíamos olvidado de cerrar las cortinas. Me di cuenta de que estaba en la misma posición en la que me había quedado dormida. Me alejé un poco del cuerpo de mi pololo, o ahora ex, y lo quedé mirando. Estaba durmiendo, durmiendo profundamente y se veía tan lindo, tan tranquilo, tan angelical. Pude ver que sus labios estaban muy rosados y su cabello estaba muy ondulado y tenía un color medio café, pero era solo por el sol que lo hacía ver clarito. Observé con delicadeza su piel morena y la combinación que se creaba con el sol, también vi la cicatriz que tenía arriba de su ceja, que a simplemente vista, no se notaba. Recordé el día en que me contó cómo se había hecho esa marca o herida en la piel, yo solo me reía. Miré detenidamente sus cejas, sus pestañas y comencé a hacerle cariño en la mejilla, suavemente. De repente, sentí que comencé a llorar y sabía la razón, pero no quería admitirla; probablemente nunca más lo volvería a ver.

Me bajé de la cama, aún llorando. Entré al baño, me cambié de ropa, me lavé la cara y me quedé mirando en el espejo como si allí hubiese algún milagro para evitar todo lo que estaba pasando, pero no. Era solo mi reflejo. Era solo una cara triste con lágrimas. Cuando salí, lentamente me acerqué a la cama, lo observé una penúltima vez y pude darme cuenta de lo frágil que era.

<<Todo este tiempo actuabas que estabas bien, pero por las noches te destruías como ruinas. Llorabas, en silencio, gritabas en silencio...sufrías en silencio. El arte de romperse en silencio, quizás llegaste hasta amarme en silencio, sin que yo lo supiera...>>, susurré para mis adentros.

Ordené mis cosas para irme, tomé la caja que me dio y la puse al lado de mi mochila. Saqué una hoja y una lapicera que había encontrado al lado de la cajita. No me iba ir así como así, no después de sentir todo con él.

"Me dolerá tener que guardar silencio, y dejar de mencionarte como mi tema favorito, me dolerá tener que fingir que no pasa nada, cuando claramente pasa de todo.

Aún no me entiendo, ni logro entender lo que sucede.

Aunque, si todo tiene una razón de ser, tal vez lo único que me queda es resignarme, y desaparecer, porque con quedarme, sólo lograría enloquecer.

Sabes que te amo, aunque no tenga nada bueno que ofrecerte.
Por mi, me quedaría a dormir contigo en esta pieza para siempre.
No despertar más sería algo tan vivo y lúgubre a la vez, pero solo si fuera contigo.

No sé que sucederá, pero mi "carta" aquí estará, esperando que algún día, me vuelvas a buscar".

Le dejé la nota entre sus manos, le di un beso en la mejilla y me fuí.

MANUAL: Cómo Superar A Un Ahueonao [CHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora