Cinquante- cinq

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Ignacia:

Era Martes y ya había pasado un día de la suspensión del Benja. Solo faltaban seis días pa' verlo y yo no aguantaba.

-¡Ya po, Ignacia!- me retaba la Marti.-¡Corre, floja culiá!- me apuraba.

-¡Marti, no quiero correr! Vo' eri la atlética.- empecé a caminar.

-¡Muévete!- estaba enojá. Me tomó de la muñeca y me arrastró por la cancha.

[...]

Nos fuimos a cambiar y a bañar, porque después nos tocaba clases.

-Me arrastraste por toda la cancha.- le dije a la Marti. Toda la maldita clase apurándome.

-Si po, soy una buena amiga.- la miré mal.

-Sabi que no me gusta correr y lo haces a propósito.- me crucé de brazos.

-Ya, no te quejes. Lo hago por tu bien.- sonó como mi mamá.

Nos quedamos un rato en silencio. Veía como mis compañeras intentaban abrir la puerta del camarín.

-Extraño caleta al Benja.- hice un puchero.

-Hueona, ha pasado un día nomás, no huei.- me pegó suavemente en el brazo.

-Puta, lo extraño.- suspiré como si estuviera dolida, ah.

-Imagínate que queden en diferentes universidades, se van a tener que separar por años po.- igual tenía razón la Marti.

-Ya, pero la huea es que...- me llamaron.

-Enana, ¿podí venir?- era el Cristo.

Fui a donde estaba, me tomó de la muñeca y empezamos a caminar a la cancha. Nos sentamos en unas gradas y nos quedamos en silencio, bueno todo estaba en silencio porque éramos los únicos que estabamos ahí.

-¿Queri hablar? Me pongo incómoda con el silencio.- no era de ser pesá, pero odiaba eso.

-Ya, tu sabís que somos amigos hace caleta de tiempo. Siempre he estado contigo, siempre te he dado consejos y la huea, pero hay algo de lo cual nunca te has dado cuenta y es que he sido demasiado obvio.- se calló un momento y yo seguía sin entender.- Quizás nunca te diste cuenta de mis miradas o de las indirectas que te tiraba, que algunas eran muy directas, pero...- puta, estaba asustá.-Me gustai y mucho.- se acercó a mí y me robo un beso, me aparté de una.

-Puta, Cristo. Sabi que estoy pololeando y yo te veo como un amigo.- me duele. No me gustaba dejar a las personas en la "zona de amigos".-Te quiero mucho, demasiado, pero solo te puedo ver como un amigo. Eri muy lindo, yo sé que puedes estar con cualquier cabra, yo soy demasiado poco pa tí, además tu mismo has visto que la he cagado grande todos estos meses con mi relación.- terminé de decir y me sentí como el hoyo.

Ahora no puedo mirarlo a los ojos, cjau.

No sé cómo, pero me fuí de ahí, muy rápido.

[...]

Le estaba contando en clases a la Marti, lo que había pasado en la cancha.

-¿Vo' estai hueona?- me susurró fuerte la Marti.

-Puta, ¿que querí que haga?- me encogí de hombros.

-Que te hubierai quedado con el Cristo, en vez del bastardo del Benjamín.- rodó los ojos.

-¡Oye!- le grité, no tan fuerte.

-¿Que? Es la verdad, ese hueon es un bastardo, aunque sea tu pololo, te tengo que decir la verdad.- que sincera esta hueona.

MANUAL: Cómo Superar A Un Ahueonao [CHILENSIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora