Capítulo 15.

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Inspiro y expiro, inspiro y expiro, una y otra vez para intentar tranquilizarme.

Estoy agarrando el micrófono con ambas manos y, con tanta fuerza, que ambas comienzan a sudarme.
Lo que me faltaba, perderlo en mitad de la canción.

Por fin y tras una pausa que se me ha hecho eterna, las primeras notas suaves del piano resuenan por toda la sala. El silencio se hace absoluto en apenas dos segundos y no sé si es buena señal, pero comienzo a cantar, como siempre, cerrando los ojos para no ver ni saber lo que pasa a mi alrededor, al menos no hasta el final.

Escucho el acompañamiento de otros varios instrumentos sin moverme. Solo manteniendo la voz en el tono preciso que indica la complicada canción City lights, recuerdo haberla escucha en la última edición de Eurovisión y enamorarme completamente de ella.

Llego al final, los instrumentos cesan y abro los ojos. Todo el mundo está en silencio y no me atrevo todavía a mirar a nadie en especial, pero por supuesto me gustaría saber qué piensa Elías. Los primeros aplausos tímidos son acompañados por unos cuantos más, pero eso es todo, el mundo parece haber muerto o algo así ahora mismo.

— Siguiente — Es lo único que escucho decir a Elías.

Mal, mal... esto es malo. Es pésima señal que no me haya dedicado ni unas tristes palabras. Me arrepiento de haber elegido una canción tan desconocida, pero ya no hay nada que hacer, no puedo retroceder el tiempo así que me apresuro a bajar del escenario.

Sé que ahora es el turno de Irene y después le tocará a Edgar. Me gustaría ver lo que han preparado pero no soy capaz de quedarme ahí después de lo que he hecho. Debe haber sido un espectáculo bochornoso y deseo que me trague la tierra.

Me cobijo en la última fila sin hablar con nadie, creo ver que Elías me mira de forma fugaz por encima del hombro antes de hacerme un ovillo y meter la cabeza entre mis brazos.

— ¿Estás nerviosa por lo que va a pasar? — Mario se sienta a mi lado.

— Está claro lo que va a pasar — Mi voz suena ahogada, no quiero mirarle.

— ¿Por qué dices eso?

No le contesto y durante la actuación de Irene, que escucho a lo lejos y que lo hace genial, nos mantenemos en silencio.
Después me decepciona escuchar a Edgar cantar una de las canciones de su repertorio, ¿es que no escuchó a Elías pedir algo nuevo? Me temo que ni se lo ha preparado.

— Oye, va a ser mi turno, ¿me deseas suerte? — Se me olvidaba que Mario seguía ahí — Ya sé que ni de broma voy a superar lo que acabas de hacer ahí arriba, pero no me vendría mal.

Levanto la cabeza de golpe y con los ojos muy abiertos, ¿lo que acabo de hacer? Estoy del todo perdida pero tengo que disimularlo.

— Si claro, Mario — Saco mi mejor sonrisa — Solo hazlo como todos estos días y les encantarás.

— Gracias Juli — Se inclina para dejarme un pequeño apretón en el brazo acompañado por... un beso en la mejilla.

Elías lo llama al escenario mientras yo me quedo atontada y desconcertada, sin saber cómo debo sentirme después de todo esto. Lo único en lo que pienso ahora mismo es en apoyar a Mario, así que tragándome mi vergüenza, vuelvo a la primera fila, sentándome en el asiento vacío que hay junto a Elías, que se remueve incómodo.

Esta vez se escuchan los violines en el comienzo de Existen los ángeles, me encantó la elección de Mario. Creo que puede sorprender mucho con esa canción, es preciosa.

Se le ve desenvuelto sobre el escenario. En la segunda estrofa me doy cuenta de que me está mirando a mí, ¿en serio me está mirando a mí? Sí, y de una forma descarada cuando pronuncia "Me enseñaste que los miedos son excusas..."
Me ruborizo y quiero taparme la cara con lo que tenga más cerca, pero no encuentro nada a mano y tengo que aguantar lo que me está cayendo.

Giro la cabeza de vez en cuando hacia Elías, que no se pierde ni un detalle mientras frunce los labios y se da golpecitos con el dedo índice en ellos.

La canción de Mario está terminando cuando lo escucho muy cerca, tanto que lo tengo casi encima de mí y noto cómo coge mi mano para cantar las dos últimas frases "... Pero no puedo vivirla ni un segundo más, sin ti..."

Estoy a punto de retirar la mano, de levantarme y hasta de empezar a gritar, ¿por qué tienen que pasarme cosas como estas a mí, que simplemente me gusta pasar desapercibida?

Mario baja alegre del escenario, choca la mano con un par de amigos y viene hacia donde estoy. Se sienta a mi otro lado, Elías apunta algo pero es lo último que puedo ver, ya que Mario ocupa ahora mi atención.

— ¿Qué me dices, te ha gustado? — Me pregunta ilusionado.

— Muchísimo... — Confieso en susurros, consciente de Elías puede oírnos — Te ha salido igual que en los ensayos.

— ¡Y todo gracias a ti! — Exclama más alto de lo que debería mientras me da un rápido abrazo. — Me da igual si esta canción es o no elegida, mi premio es haberte conocido.

— Venga ya... — Sonrío, supongo que porque me agradan sus palabras, al igual que tras la vergüenza me ha encantado que mientras cantaba se dirigiera a mí.

Elías se levanta sin mirarnos, como si no estuviéramos ahí. Se dirige hacia el escenario sin titubear, ¿eso es que ya tiene una decisión tomada? Me temo que sí.

— Bien, chicos — Se aclara la garganta — Os voy a ser sincero, pensé que esto sería mucho más difícil cuando os pedí que innovarais, pero hay dos canciones en las que se ve un verdadero trabajo y por supuesto, un gran esfuerzo.

Muerdo mi labio inferior nerviosa, tanto, que me empiezo a hacer daño sin darme cuenta. Sin embargo no ceso, Elías sigue hablando.

— Voy a tener en cuenta sobre todo eso. Sois catorce, los catorce mejores de tanta gente que se ha presentado — Respira hondo, parece algo mosqueado — Me gustaría ver vuestro sacrificio día a día y hoy solo lo he visto en... Mario y Julieta, por lo tanto, sois vosotros los elegidos. Enhorabuena.

Se marcha, supongo que para no quitarnos mérito cuando parte de la gente de la sala se nos echa encima celebrando nuestro éxito. Lo último que puedo ver antes de que Diana me abrace, es a Edgar, cabizbajo e imagino que decepcionado y, después, a Irene, que nos lanza la mayor mirada de odio que he visto en mi vida.

Sin embargo y aunque debería estar involucrada en toda esta celebración, busco sin éxito a Elías, al que no veo por ningún lado y con el que tengo la gran necesidad de hablar.

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¡¡Holi!!

Ya sé que a más de uno os gustará el capítulo...

Os dejo la canción, a mi me encanta, espero que también a vosotros.

¡¡Os leo!! 

El sueño de Julieta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora