Capítulo 7.

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No sé qué me ha pasado, pero no me había sucedido nunca antes. Había sentido nervios, emoción... por supuesto, pero no de esta manera tan intensa. Ahí dentro sentía que algo iba a salir de mi interior, que iba a desgarrar mi pecho para escapar o algo parecido.

Lo que resta de día, que no es mucho, lo paso en mi habitación. Tumbada boca arriba y sin saber qué pensar. Sé que en estos momentos ayuda desahogarte con tu mejor amiga, pero, ¿cómo le cuento esto a Diana sin confesarle lo que creo que estoy comenzando a sentir por Elías?

Cuando es de noche y escucho la puerta de mi habitación abrirse, me doy media vuelta hacia la pared, dándole así la espalda a mi amiga. Escucho cómo susurra un par de veces y pregunta si estoy dormida, pero esta noche no tengo ganas de charla de ningún tipo.

···

No miro el reloj esa mañana, sé que es temprano porque apenas está comenzando a amanecer y no hay ningún tipo de revuelo en el orfanato. En el silencio más absoluto cojo todo lo que necesito y voy a darme una ducha tranquila y a solas.

Tenía varias canciones para las pruebas de hoy, pero ahora mismo no me veo con fuerzas para cantar ninguna de ellas a pesar de habérmelas preparado durante tanto tiempo. Elías va a estar ahí, justo como ayer... y ambos sabemos lo que pasó, que fui incapaz de seguir cantando si no quería derrumbarme ahí mismo.

Saludo a tres compañeras cuando salgo del cuarto de baño, una de ellas es Irene, mi principal contrincante hoy. Se la ve con una sonrisa que podría iluminar muchísimos kilómetros más allá del orfanato, segurísima de sí misma...justo como yo debería estar y sin embargo, le habrá encantado verme con las ojeras llegándome a la barbilla y arrastrando los pies a cada paso que doy.

— Eh, Juli, ¿podemos hablar un momento? — Bajando las escaleras una mano me rodea la muñeca, deteniéndome. — ¿Estás bien? — Edgar me mira con preocupación.

— Sí, claro — Intento sonreír, aunque no sé qué extraña mueca me sale — No he descansado bien, eso es todo.

— Siento haberme comportado ayer como un estúpido — No me suelta la mano, solo suaviza su agarre — Sabes que yo no soy así, solo que...

— Edgar, está todo bien — Lo tranquilizo, tampoco me gusta que mi mejor amigo se sienta así, ha sido un fallo que podría tener cualquiera.

— Aun así, quiero compensarte — Con varios rizos en su frente y a punto de caer sobre sus ojos, sonríe — Tenemos toda la mañana para ensayar una canción y que nos salga perfecta. Tú y yo tenemos que ir juntos a ese campeonato — Asiento sin saber qué puedo decir — La sala de ensayo estará toda la mañana vacía, cantemos esa canción que me enseñaste ayer.

— Creo que no es buena idea — Arrugo la nariz moviendo la cabeza a ambos lados —Encontraremos otra canción, la que sea, ¿vale?

Por su gesto de arrastrarme al comedor ilusionado, sé que está conforme. Allí nos reunimos con Fabio, que después de mí, es el más madrugador del grupo. Le contamos que hemos solucionado lo de ayer y desayunamos a la espera de Diana, que llega casi cuando van a comenzar las clases.

También les confesamos que solo por hoy nos las saltaremos, intentan persuadirnos, pero ya sabemos que Lola se enterará enseguida y que tendrá que castigarnos... aunque a mí no me importa, no es la primera vez que hago algo como esto, y, bueno, parece que a mi amigo también le da bastante igual. Estamos decididos.

— Oye, ¿y tú que canción vas a cantar como solista? — Disimuladamente suelto su mano, sé que es un inocente gesto de amistad, al menos antes lo era, pero desde que he descubierto otro tipo de sentimientos, me siento incómoda con cosas como estas.

— ¿Quieres escucharla? — Asiento. De un salto se sube al escenario y coge una de las guitarras que está más cercana.

Me siento como espectadora, muy cerca del escenario pero sin subirme todavía. Primero quiero escucharlo y despejarme un poco.

Enseguida reconozco la canción que tantas veces le he escuchado cantar; Quién. En mi opinión debería haber arriesgado un poco, aunque... lo cierto es que ninguno de los dos va a hacerlo. Aun así y habiéndola oído con su voz unas cuatrocientas veces, me pone los bellos de punta escucharlo de nuevo.

Acaba y resopla durante unos segundos, luego me ofrece su mano para subir al escenario, me ayuda enseguida a hacerlo y ya estamos ahí de nuevo los dos.

— Te toca — Me dice ahora, alzando a barbilla — ¿Con qué canción vas a deleitarnos tú esta tarde?

— La verdad es que no lo sé — Suspiro, y es del todo cierto. No me ha dado tiempo a preparar ninguna canción nueva.

— Para eso estamos aquí, ¿no?

Son muchas, muchísimas horas las que pasamos ahí. Con su canción, con la mía, con la que ambos vamos a cantar juntos dentro de un rato. Esto me ha ayudado como no se imagina. Todo mi apuro ha pasado y me siento de nuevo plena, a punto de interpretar una canción desconocida para todos yo sola y con una de las nuestras, de las que mejor nos salen, para convencer a los demás que Edgar y yo tenemos que estar en el campeonato.

— Creo que no vamos a tener voz cuando sea nuestro turno — Bromea de vuelta al comedor, donde comeremos algo antes de las pruebas definitivas.

— Yo creo que lo haremos bien — Digo del todo convencida, sabiendo que han cambiado las cosas y que lo único que puede interponerse en que pase eso, en que lo podamos hacer bien, es Elías.

No sé qué voy a hacer cuando lo vea de nuevo, pero tampoco me da tiempo a pensarlo demasiado porque ahí está, en una de las mesas del comedor, enfrascado en una revista y sin levantar los ojos de ella. Por suerte no me ve, pero... ¿cuánto tiempo voy a tener que estar así? Es mi profesor, tengo que hablar con él, cantar frente a él, me dará clases cada día.

— Espero que os haya merecido la pena saltaros todas las clases de hoy — Nos dice Diana cuando nos reunimos de nuevo con ella y con Fabio para comer — Todos los profesores han preguntado por vosotros y les hemos dicho que estabais enfermos, pero es poco probable que dos personas enfermen el mismo día y a la vez. Lola lo sabrá ya y estáis metidos en un buen lío.

— Dentro de... — Miro mi reloj, ya son las dos y media, las pruebas son a las cuatro —... poco más de una hora, sabremos si esto ha merecido o no la pena.  

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¡¡Hooola!!♡

Espero que os guste el capítulo.

Os dejo la canción que canta Edgar, espero que os guste tanto como a mí. 

¡¡Os leooo!!

El sueño de Julieta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora