Capítulo 39.

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Es muy tarde, lo sé porque mis bostezos comienzan a ser cada vez más repetitivos y los ojos me lagrimean, es hora de irme a la cama, aunque no sé si estoy preparada a todo lo que tenemos que enfrentarnos mañana, los famosos nervios se apoderan de mí y, a pesar de todo el sueño que tengo, no sé si voy a poder dormir una vez que esté en la cama.

Voy desperezándome por medio del orfanato, ya que dada la hora que es nadie puede verme, hasta que cuando llego al comienzo de las escaleras que dan a los pisos de arriba, me quedo parada de inmediato, ahí está sentado Elías.

— Buenas noches, Julieta — Alza la cabeza e intenta mostrarme una de sus sonrisas, pero no llega a sus ojos, parece apenado — No sabes cuánto me alegro de verte, solo tú podrías haber aparecido ahora, en el momento preciso.

— Ya somos dos en eso de alegrarnos de ver al otro, Elías — Digo en susurros, acercándome donde está — Tu nota decía que no vendrías hasta mañana, me sorprende verte aquí. — Estoy a punto de sentarme a su lado, pero decido quedarme ahí ya que estamos a la vista de cualquiera.

— Últimamente parece que nunca estoy en el sitio indicado — Suspira, metiendo ambas manos entre su pelo ya despeinado, parece agotado pero, ¿de qué?

— ¿Quieres que hablemos? — Pregunto con cautela, él asiente y mira hacia la sala de ensayo, quiere que vayamos ahí y lo entiendo, así que soy la primera en darme la vuelta y dirigirme hacia allí, en unos segundos está conmigo, cerrando la puerta a sus espaldas.

Lo observo mientras pasa entre los asientos y sube al escenario, hace justo lo que suelo hacer yo, camina en círculos rozando con sus dedos los instrumentos. Decido no preguntar nada y dejar que sea él el que hable cuando quiera hacerlo, sin presiones. Nos mantenemos como dos minutos en silencio hasta que por fin abre la boca.

Comienza a contarme todo lo que ha pasado y yo me quedo sin palabras. Su viaje a la ciudad, cuando ha llegado a su piso pensando que Sonia estaría sola y sin embargo se la ha encontrado acompañada y no solo eso, si no medio desnuda, al igual que su amigo, o quien quiera que sea ese tipo con el que ha traicionado a Elías.

— No me duele lo que ha hecho, ¿sabes? Hasta podría haberlo entendido de haberlo sabido — Traga saliva una y otra vez, hasta que se sienta en la butaca del piano — Es la traición, Julieta. No creo que puedas entenderlo, pero cuando confías al cien por cien en una persona y te hace algo como eso...

No sé cómo ayudarlo, tiene razón en que no puedo entender algo como eso, que alguien con quien has compartido varios años de tu vida arrebate tu confianza de esa manera debe ser lo peor, no me imagino lo que habrá sentido al ver ahí a Sonia, me quedo callada hasta que pienso en algo, en lo único que a mí podría ayudarme ahora mismo. Sonrío y él me mira extrañado, estará pensando que estoy loca por estar feliz ahora mismo, pero me dirijo hacia las partituras hasta encontrar lo que busco, ahí casi al final está la canción just a dream. Recuerdo perfectamente lo que me dijo sobre ella y creo que puede funcionar.

La lee por encima y después vuelve sus ojos a mí, que asiento con confianza, alza ambas cejas dudoso, pero vuelvo a insistir, pegándole un pequeño apretón en la mano que termina de convencerlo.

[... I was thinking about you, thinking about me, thinking about us, what we gonna be? ... ]

Ahí estoy yo, como una de esas veces que te armas de un valor que ni sabía que tenías, con esa canción, la única hasta ahora que no he conseguido cantar por lo que trasmite, por lo que significa, por la persona que me la mostró, por Elías.

Él no canta en ningún momento, solo me escucha sin parar de tocar, echando el aire por la nariz y mirándome sin perderse detalle, esta vez no cierro los ojos, si no que los mantengo con los suyos durante todo el tiempo que dura la canción, lo he conseguido, la he cantado de principio a fin.

— Sabes cómo animar a alguien, Julieta — Elías por fin sonríe, sin tener que ocultar esa tristeza, después se muerde el labio inferior y se levanta, rodeando el piano hasta ponerse frente a mí — Gracias de nuevo.

— He creído que... a falta de palabras, una canción es siempre la mejor manera de hacer sonreír a alguien — Susurro casi sin aliento dada su cercanía.

— Has creído bien, como siempre — Se pasa brevemente la lengua por los labios y mis ojos van ahí sin querer, sin saber qué más hacer ahora. — Ojalá todo fuera tan sencillo como escucharte cantar, así parece que el problema más grave es tan solo una tontería más.

Ahora sus ojos repasan cada parte de mi cara, unos segundos mis ojos, después bajan lentamente y yo examino el verde que desprenden, la vida que dan. Se detienen en mis labios más tiempo del que me gustaría y tras eso, da un paso atrás.

— Aunque me pasaría aquí contigo todo el tiempo del mundo, tienes que descansar para mañana. — Murmura mirando a ambos lados — Es muy tarde, siento haberte entretenido.

— Tienes razón — No son las dos palabras que me hubiera gustado pronunciar ahora mismo, pero son las que debo decir sin duda. Siento que Elías quiere quedarse solo, o al menos no estar cerca de mí según lo que acabo de ver. — Nos vemos mañana.

— Hasta mañana, Julieta — Está apoyado sobre la tapa del piano, lo dejo ahí. Seguramente toque o algo del estilo una vez que se quede a solas, es lo que yo haría si estuviera en su lugar. — Que duermas bien.

— Seguro que lo haré — Me despido con la mano antes de cerrarle la puerta y apoyar mi espalda en ella soltando todo el aire que tenía acumulado.

No es que tenga mucha experiencia en estas cosas, quiero decir que situaciones como la que acabo de vivir con Elías solo las he visto en las películas que a veces nos dejan ver. Y... según mi juicio, ha estado a punto de besarme, casi estoy segura de que quería hacerlo y bueno, yo por supuesto y sin pensarlo un segundo quería que lo hiciera. Quizá si él no hubiera pensado nada lo hubiera hecho, pero hay demasiadas cosas que le dicen que no, que lo detienen. Cosas que entiendo a la perfección y que olvido cuando le tengo ahí tan cerca, ¿qué más da que sea mi profesor? ¿Qué importa lo demás cuando la vida te ha dicho quién es la persona indicada?

El sueño de Julieta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora