No sé qué quieren de nosotros los profesores, pero si tratan de que además de estudiar, hacer deberes y ensayar con el coro, tengamos tiempo de divertirnos, es que se han vuelto locos.
Estas últimas dos semanas son tremendas, y aunque esté mal decirlo, yo he prestado más atención a tener la canción completamente preparada que a pasarme horas frente a los libros. No lo puedo evitar a pesar de saber lo que me juego, pero tras la competición vamos a tener unas semanas para acabar los exámenes finales. Después, fin de curso, verano, vacaciones... y Elías.
De camino a la ciudad del campeonato, aunque tengo a todos dormidos a mi alrededor, yo soy incapaz de pegar ojo, estoy inquieta, nerviosa y, si pudiera, me pondría a saltar y correr para quemar toda la energía y llegar calmada.
Como la última vez, dormiremos en un hotel, ya que la ceremonia se celebrará a las ocho de la tarde y, además de que llegaríamos demasiado tarde y tendríamos que viajar de noche, estaríamos cansados, así que la mejor opción es descansar como es debido y volver al día siguiente, quién sabe si como vencedores o vencidos.
Observo cada cosa por la ventanilla, aunque llevo cerca de una hora solo viendo campo y más campo, aunque eso sí, de vez en cuando hay algún árbol. Estoy aburrida y despertaría a Diana, pero viendo el humor que se gasta y que además está al lado de su inseparable Fabio, decido que no es buena idea. Opto por Edgar, aunque no le guste que lo molesten cuando duerme sé que me perdona todo.
Lo sacudo varias veces, nada. Hago algo de ruido, tampoco, al final de tanto insistir entre sacudidas y ruidos, abre los ojos.
— ¿Qué haces, Juli? — Gruñe, molesto. Aunque se incorpora, quitándose algunos rizos que le tapaban la frente.
— No puedo dormir, me aburro. — Me encojo de hombros, mostrándole una sonrisa inocente para que me perdone — ¿Jugamos a algo?
— ¿Jugar? — Estoy a punto de echarme a reír por su expresión de querer matarme, aunque me contengo — A ver, entiendo que estés nerviosa, pero intenta descansar, hemos salido del orfanato muy temprano.
— ¡No puedo! — Cojo sus muñecas para volver a moverlo y que no se duerma — Sé que me estás odiando en estos momentos, pero por favor, hagamos algo.
— No podría odiarte nunca — Bufa. Termina de desperezarse y estira el cuello, haciendo un gran esfuerzo por mi — ¿Qué quieres hacer?
— Cuéntame, ¿te has fijado ya en alguna chica? — Es lo primero que se me ocurre preguntar, aunque es obvio que no, pues pasa el mayor tiempo del día conmigo.
Sacude la cabeza a ambos lados, mirándome como si estuviera loca, aunque en estos momentos esté cerca de estarlo, la verdad.
— No pretendas que te cuente nada cuanto tú llevas ocultándome cosas durante las últimas semanas — Refunfuña, y ni que le ponga cara de buena funciona esta vez — No, no voy a decirte nada.
— ¡Venga ya! — Me cruzo de brazos, y lo miro sentado a mi lado, pero parece que se ha mosqueado, y la culpa es mía por sacarle el tema.
Me siento mal cada día sabiendo que podría perfectamente confiar en él, pero luego pienso en todo donde estoy involucrada y en que es suficiente con que Diana sepa que tengo una pequeña historia con Elías, todavía por definir porque ni siquiera nosotros dos sabemos qué hacemos. Lo cierto es que no somos pareja, al menos no para mí, ya que sigue igual que antes de confesarme que me quería, siempre he supuesto que quiere tiempo, asimilar las cosas. Ninguno ha vuelto a sacar el tema aunque el cariño es evidente entre ambos.
NARRA ELÍAS.
Tras cuatro horas de viaje, tengo todo el cuerpo entumecido, aunque los demás no están muchos mejor que yo. Aunque hayamos podido dormir en el autobús, no es el mismo descanso.
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El sueño de Julieta.
RomanceJulieta es una adolescente que toda su vida ha vivido en orfanatos, pero es la chica más feliz del mundo haciendo lo que más le gusta: cantar. Cada noche sueña con ello, con cantar junto a una persona que aparece cada noche en su mente, aunque todav...