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Mis manos temblorosas y húmedas debido al sudor, fueron a parar a sus suaves caderas. Acaricié su flequillo con mis dedos y lo aparté con un delicado gesto de su cara. Estaba completamente dormida. Suspiré algo abatido, dejándome caer sobre la cama de nuevo y limpiando mi rostro con mis manos.
Cogí el teléfono móvil que estaba sobre la encimera y lo desbloqueé. En ese preciso instante, pude ver cómo sus ojos se abrían con lentitud y casi con la misma se clavaban sobre mí.

-¿Yoongi?.- Susurró ella con una voz ronca, pero a su misma vez tranquila. -¿Qué haces despierto a estás horas?.- Continuó.

-He tenido una pesadilla.- Sonreí sarcástico. -Vuélvete a dormir Somin.

-Últimamente no haces más que tener pesadillas.- Se acurrucó en mi pecho y me sonrió.- ¿Sigues tomándote las pastillas que te recetaron?.

-Cada puto día de mí vida.

Ella rodó los ojos y se dio media vuelta, dándome la espalda. Ni si quiera le  preste demasiada atención, estaba demasiado concentrado en mi teléfono. Eran a penas las 3 de la madrugada, pero para mí seguían haciéndose eternas las horas.

-Me voy a fumar un cigarro.- Cogí mi chaqueta de cuero y la puse en mi hombro izquierdo. Ella me respondió con un gesto con la mano que indicaba que me fuese.

Rebusqué por mis bolsillos mientras bajaba las escaleras hacia el primer piso. Por mucho tiempo que pasara, seguía sin acostumbrarme a vivir en aquel lugar. Seguía sin acostumbrarme a mi vida nueva. Y sobretodo, aún no era capaz de vivir sin Noelle. Por fin encontré el encendedor, sí, por supuesto era el que ella me regaló.

-Joder, eres una idiota.- Murmuré de forma que sólo pudiese escuchar yo. Le daba la vuelta entre mis dedos y lo volvía a mirar una y otra vez. Era lo único que quedaba de lo nuestro. Porque todas las cenizas que dejamos, se habían alejado con el viento.

Salí al jardín, donde las gotas de lluvia atacaban con fuerza a los cristales de las ventanas. Me cubrí con la chaqueta y encendí mi cigarrillo. Le pegué la más larga calada que pude, sintiendo como poco a poco el humo me quemaba por dentro. Poco después, lo expulsé con lentitud. Observando cómo se dispersaba entre el cielo oscuro. Apoyé mi espalda sobre una columna, la que más cerca estaba. Me daba igual si por ello me empapaba el pijama de arriba a abajo. 
Mirando la luna recordé tantas cosas, que habría preferido quedarme en la cama con la pesada de Somin. Al menos algún polvo caería y dejaría de pensar por un buen rato en lo capullo que he sido y soy. 

-¿Qué coño has hecho conmigo Noelle?.- Tiré la colilla al suelo y dejé que la lluvia se encargara de apagarlo. No tenía ganas ni de hacer el mínimo esfuerzo. Tan sólo quería volver a tenerla entre mis brazos.

Suspiré casi con rabia. Sabía después de todo que había sido culpa mía por no cuidarla, pero no fui capaz de cambiar en aquel momento. Y cuando quise hacerlo, ya era demasiado tarde para pedir perdón. Mientras miraba cómo caían las gotas sobre mi piel, noté cómo una de mis lágrimas se camuflaba entre estas. Y luego dos, y luego tres... Así hasta llegar a encontrarme casi al borde de la desesperación. Le prometí que lo dejaría todo, que me desintoxicaría de alguna manera. Y los primeros meses lo había conseguido, hasta que otra vez la recordé. Y entonces me di cuenta que podría deshacerme de todas las adicciones del mundo, pero jamás de ella.
Escuché cómo el teléfono en mi bolsillo comenzaba a sonar y a vibrar. Lo cogí cuanto antes para evitar despertar a Somin.

-No creo en dios. No quiero un puto seguro. Estoy contento con mi aspiradora, gracias. Adiós.

-¿Qué coño dices Suga?.- La voz del alíen retumbó por mis oídos. No me gustaba aceptarlo, pero después de todo, también echaba de menos a lo que un día fueron mis amigos.

-Pensaba que serías uno de esos pesados que te llama a todas putas horas.- Hablar de la publicidad en las llamadas, llegaba a enfadarme. La risa de Clàudia consiguió que volviese a prestarles atención. -¿Qué queréis?.

-Es sólo una tontería...-Murmuró Taehyung casi avergonzado.

-¡NOS VAMOS A CASAR!.- ¿Quién diría que eran las 4 de la madrugada si Clàudia se ponía a gritar cómo una loca? Estaba deseando escuchar al vecino pegar porrazos para hacerles callar.

-Pues felicidades, que deciros. Si habéis llamado para restregar vuestra felicidad, me podéis comer los hue.-

-Queremos invitarte, idiota.- Cortó Clàudia dejando un largo silencio después de decirlo. Esperaba que le diese una respuesta.

-No.

-¿Qué? ¿Por qué no?.- Ambos parecían algo decepcionados. Pero cualquier persona con dos dedos de frente se habría dado cuenta de que yo nunca iría a un evento como ese. Y menos sabiendo que podría encontrarme en cualquier momento a Noelle cogida del brazo de su querido Jimin. Sólo pensarlo me revolvía el estómago.

-Porque ahora estoy viviendo en Daegu. Ir hasta Seúl sería una perdida de tiempo y dinero innecesaria. 

-No quieres encontrarte con Noelle. Entendido.- Respondió Clàudia cómo si me hubiese leído la mente. A veces esta chica lograba darme escalofríos.

-No me importa que ella esté ahí, ya te he dicho las razones por la que no voy a ir a vuestra jodida boda.

-Tú mismo. Pero que sepas que esta es la mejor y puede que la única oportunidad que tengas para reconciliarte con ella o llegar a un acuerdo mutuo. La invitación es tuya Suga.- Respondió el chico, parecía que estaba deseando aquel rencuentro. Incluso más de lo que yo podía hacerlo.

-Buenas noches... O bueno, buenos días.- Sonrió ella desde la otra línea. Sabían perfectamente que con aquellas palabras podían convencerme para ir. A pesar de saber que aquello era lo peor que podía hacer y que no todo iría cómo a mi me gustaría que fuese.

Colgué el teléfono y poco me faltó para tirarlo lejos y correr a dormir. Esto si que era una puta pesadilla, más que soñar con Noelle, más que vivir con Somin. Tenía que enfrentarme de una vez por todas a la realidad, aunque me doliese hacerlo.

Guardé el mechero de nuevo en el bolsillo y me dirigí hacía la habitación donde solíamos dormir Somin y yo. Digo solíamos porque a veces le daba por mandarme al sofá o a la calle. Pero cómo ya estaba acostumbrado a hacerlo, ni me quejaba. Cualquier cosa era mejor antes de estar con ella. Cuando llegué la vi sentada en la cama, mirando hacia el suelo y tapando su cuerpo semidesnudo con una bata.

-¿Te vas a ir otra vez?.- Preguntó ella casi sosteniéndose las lágrimas.

-No me voy a ir otra vez, porque realmente nunca he vuelto.- Tenía que mostrarme frío para evitar caer en aquel tipo de manipulaciones victimistas que tantas veces pudieron conmigo. Ya estaba decidido, iba a volver a Seúl. Al menos tan sólo por un tiempo.

-Ella tiene a otro Yoongi. Asúmelo. -Sus palabras trataban de romper mis esperanzas. Pero ya no tenía ninguna, así que no funcionaban sus juegos conmigo.

-Ni lo intentes Somin.

-¡Estoy cansada de esto!.- Finalmente sus lágrimas de cocodrilo rodaron por sus mejillas hasta caer al suelo.- ¡Siempre es lo mismo! Tiro de ti una y otra vez para sacarte de toda la mierda y tú sólo me lo pagas yéndote a emborrachar, escondiéndome cosas y tratando de contactar con tu exnovia. Esto no se soluciona con un par de besos y unos polvos, joder.

-No trato de solucionar nada, porque esto ya está muerto. Y desde hace muchísimo tiempo.- Hice una pausa para ir a la mesilla a coger mi cartera y varias cosas más. -Quema mi ropa, quema mis fotos, haz lo que te de la puta gana con mis cosas. Pero olvídate de mi Somin, no vuelvas nunca más. Porque yo ya no voy a estar ahí para ti.

Sin mirarle siquiera a los ojos, bajé por las escaleras con mi pijama empapado puesto, mi chaqueta de cuero en los hombros y las llaves del coche y mi cartera en las manos. Jamás me había podido considerar una persona tan valiente cómo en aquella noche. Había dejado mi trabajo cómo productor, a lo que una vez pudo considerarse mi novia y a mi ciudad natal. Todo tan sólo para revivir un bucle vicioso que me acababa por hacer daño. Pero ese era mi mayor vicio y el mejor. 

-Voy de camino.- Sonreí enviando una nota de audio a los chicos que pronto se casarían. Después de casi un año, por fin iba a poder volver a verles.


𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora