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Silencio. Aquella mañana podía resumirse en tan sólo esa palabra. Yoongi estaba sentado en un taburete de la cocina, mirando fijamente al mármol como si esperaba que este le diese respuestas. En cambio, yo, acababa de salir de la cama. El ambiente era extraño, podía escuchar un ensordecedor ruido blanco, aunque ninguno de los dos fuese capaz de pronunciar palabra.
Susurré su nombre un par de veces, pero no obtuve respuesta alguna. No eran ni las seis de la mañana todavía y Yoongi había estado despierto toda la noche en la misma posición.
Aunque realmente dudaba si era él quien estaba ahí o solo aquel contenedor que almacenaba su alma y sus recuerdos tan conocido como su cuerpo.

Me tapé con las sábanas y me acerqué a él lo suficiente hasta poder sentarme encima de la encimera y quedarme a su lado. Deslicé mi mano por el frío mármol hasta alcanzar la suya y le acaricié con ternura.

-Yoongi, ven a la cama, vas a coger frío.- Susurré mientras trataba de buscar la conexión en su mirada.

Él tan sólo se encogió de hombros y dejó escapar un suspiro. Apartó sus manos y apoyó la cabeza en la encimera con un gesto de desesperación. Al principio pensé que estaba muy cansado y prefería quedarse allí. Pero en aquel momento, cuando vi su respiración agitada, cuando logré escuchar sus sollozos y cuando sus manos se agarraban con fuerza a los bordes, lo comprendí. Estaba completamente hecho polvo.
Trataba de ser lo más comprensiva posible, el haber perdido a Namjoon aún estaba muy presente en nuestras vidas. Pero ya hacía días que no comía, que no se movía y que a penas hablaba conmigo. Era más pedazos rotos que una persona al completo. Aquel chico ya no parecía Min Yoongi, si no una imagen perfecta que se asemejaba a su físico. Pero muerta por dentro.

Suspiré, de forma que pudiese tranquilizar mis pensamientos. Yo también quería romper a llorar, marcharme de casa y apoyar a Jin y sobretodo, que esto pasara de una vez. Pero no podía dejar a mi novio sólo, porque si llegaba a hacerlo, temía que acabase encontrandose con el mismo camino en el que inició. Realmente temía que esto le afectase tanto, que dejase ir los hilos que le sostenían a este mundo y caer de nuevo en sus adicciones.

No quería perderle, no quería que sufriese, no quería que Yoongi dejase de ser él mismo. 

Nos quedamos en la misma posición durante al menos mínimo dos horas. Yo dejando que el miedo llenase mi ser y dejase en un segundo plano la tristeza y después, Yoongi, incapaz de levantar la cabeza y ahogándose en sus propias lágrimas. Nunca lo había visto en ese punto de desesperación. Lo había visto de tantas formas posibles, que pensaba que nunca podría ver una nueva faceta suya. Y después de dos años, conocía algo nuevo de él.
Estaba roto, y es cierto, ya lo había estado mucho antes. Pero, aquella amargura con la que solía caminar y vivía, ya no se veía reflejada en él. Ahora parecía alguien indefenso, necesitado, sin orgullo y con ganas de dejarlo todo para reunirse con su mejor amigo.

Escuché como alguien golpeaba suavemente la puerta un par de veces. Yoongi ni si quiera levantó la cabeza por curiosidad, seguía hundido en él mismo. Antes de dirigirme a la puerta para abrir, como acto reflejo, decidí abrazar a Yoongi y apoyarme por unos pocos segundos sobre su espalda al hacerlo. Noté como su respiración se volvía más relajada, aunque no dejaba de llorar definitivamente. Ni si quiera yo podía recomponer los pedazos rotos de lo que significaba perder a una persona tan importante.
Detrás de la puerta se encontraba Suran. Dio unos pasos hacia delante, se acercó a mi y me abrazó disculpándose por no haber podido venir antes. Su mirada estaba fija en el chico, por mucho que e abrazase y tratase de disimularlo. Se notaba que también se preocupaba muchísimo por él.

-¿Yoongi?.- Preguntó con delicadeza mientras trataba de acercarse a lo que quedaba de Yoongi.-Tienes que hacer la maleta.

Noté como con aún sus brazos cruzados, aprovechaba para arañar sus bíceps con sus uñas de la rabia. Si no fuese suficiente, no sólo habíamos perdido a Namjoon. Si no que ahora también, nos íbamos a perder el uno al otro.

𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora