Tuve la suerte o... La desgracia de ser acompañada hasta casa por JB. Se ofreció amablemente para llevarme en su moto, después de todo era muy tarde y no me apetecía mucho caminar. Quizás fue un extraño gesto viniendo de una persona tan cerrada como él. Pero no quise darle muchas vueltas a la cabeza, ya tenía demasiados problemas echando raíces. Lo último que me faltaba era empezar con las teorías conspiratorias en contra de Jaebum.
-Sujétate fuerte a mi cintura. -Sonreí mientras ponía los ojos en blanco.
-Gracias, genio.
Me hizo gracia la frase. Ni que estuviese con los brazos en el aire como si esperara con ansias la bajada de una montaña rusa. Pero le hice caso, tampoco buscaba caerme al suelo y partirme la cabeza contra el frío asfalto. Aunque no parecía tan mala idea viendo lo que estaba por llegar en casa. Quizás Jimin había perdido la cabeza de una vez por todas y se habría largado con todo dejándome sola. O no, podría estar esperando en el sofá a mi llegada para lanzarme unos cuantos gritos. A veces parecía mi padre en la época de mi adolescencia, cuando llegaba tarde a casa y se pasaba una semana entera echándome en cara lo mala hija que era.
Tenía que aceptar que estaba demasiado cómoda abrazando por la espalda a JB. Tanto, que la lluvia hasta se había vuelto invisible e inexistente para mí. Por un momento los problemas desaparecieron de mi cabeza. A través de mi cabello mojado, pude ver la luz de varias farolas alumbrando el rostro del chico. Parecía tan concentrado en la carretera, que hasta llegaba a dar un poco de respeto. Pero de todas formas, no me importaba nada. Me sentía protegida estando con él en aquellos instantes. Protegida de la forma en la que no había estado desde hace muchísimo tiempo.
-Estamos por llegar.
Y asentí con la cabeza mientras apoyaba mi cabeza de lado en su espalda para poder ver las aceras repletas de charcos por doquier. Me gustaba demasiado la lluvia. No sabía el por que, pero había llegado a un punto en el que ni si quiera me molestaba el sentirme empapada de la forma en la que me podía molestar en antaño. Estaba creciendo, me estaba convirtiendo en una mujer y estaba dejando atrás esa estúpida niñata mimada que había sido siempre. Pero si de algo estaba segura, era de que no lo estaba haciendo por voluntad propia. Jamás habría dejado mi niñez atrás sabiendo que era así de feliz en la ignorancia.
Mi madre solía decir que las cosas ocurren siempre por algo. Con aquello quería decir que por ciertas experiencias en mi vida, me estaba convirtiendo en lo que soy actualmente. Vivencias que transformaron lo que alguna vez fue alegría y nubes de colores, en la realidad gris que estaba viviendo. Porque alguien se había encargado de disparar en mi corazón para asegurarse que bajaba de aquel mundo de fantasía en el que vivía. Para asegurarse de que comprendía lo que era realmente este cruel y precioso mundo.
-Eres raro. -Susurré apretando mi cuerpo con más fuerza.-¡Oye! Puedo tirarte ahora mismo de la moto e irme sin esperar a que vuelvas a subir.- Sonrió JB sin perder de vista ni por un segundo las estrechas calles de Seúl.-¿A qué viene esto?.
-A que eres raro.-Suspiré con tranquilidad y cerré los ojos.-¿Siempre tienes la misma cara de asco? Es incómodo.
-Es mi cara de asco.-Soltó impasible. Parecía que inconscientemente había rozado una espinita.
-¿Por qué?.-Pregunté algo adormecida. Entre la comodidad, las gotas de lluvia acariciando mi rostro y el paseo en moto, me estaba quedando completamente sumida en el sueño.
-Simplemente porque odio absolutamente todo.- Sonrió nuevamente pero esta vez sarcásticamente.-Odio a mi padre, a mi madre, a mi hermano y a todo el mundo. Incluso a mí mismo. Aunque supongo que no lo sabías, realmente me sorprende que estés siendo así conmigo cuando no me conoces. Podría llevarte ahora mismo a cualquier sitio y hacer lo que quiera contigo.
-Pero no lo harás.- Le pellizqué suavemente la mejilla.-Es cierto que no te conozco, pero por alguna razón siento cómo si lo hiciera. No logro recordarte.
Él se quedó en silencio, cómo si no pudiese expresarse con palabras por alguna extraña razón. Y todo el trayecto hasta mi casa continuó siendo en silencio, pero por parte de los dos.
Sentí como nos deteníamos y a su vez un pequeño empujón que me indicaba que podía bajar de la moto. Finalmente me tendió su mano completamente helada y me ayudó a bajar de esta. Sin dejar de clavar su también fría mirada en mis ojos. Tratando de buscar algo en ellos, pero prácticamente rindiéndose al no encontrar lo que buscaba.-Deberías entrar a casa.-Murmuró cabizbajo mientras se ponía unos guantes negros. -Hace frío y es demasiado tarde. Tú querido novio acabará por perder los estribos y no voy a ser yo quien lo detenga a base de guantazos.
No pude evitar reír. Me acerqué despacio a él y le aparte el pelo de la cara con dos dedos. Dejando que estos siguieran el recorrido por su mandíbula, hasta llegar a su mentón.
-Si aceptas todo lo que te dicen sin cuestinarlo acabarás por perder la habilidad de pensar por ti mismo Jaebum. Incluso si acabas por llegar a la misma conclusión una y otra vez, debes mirar las distintas perspectivas por ti mismo. Podré llegar a entender ese odio irracional hacia las personas de tu entorno, pero jamás llegaré a comprender que te hemos hecho las demás personas para merecerlo.-Dejé escapar una pequeña sonrisa. -He llegado a ver cada rincón de este mundo. ¿Y sabes qué?
-¿Te has convertido en mi profesora de filosofía? No jodas...-Jb parecía incómodo ante nuestro contacto físico, pero tampoco hacía nada para evitarlo.
-Tú no odias a todo el mundo. Odias el no tener razones para vivir en él.
Poco después de terminar la frase, sentí como su mano se abalanzaba directa a mi cara. Más exactamente a mi mejilla. Acababa de darme un fuerte bofetón que no me veía venir.
-No te atrevas a hablar de algo cuando no tienes ni puta idea Noelle.
No tuve tiempo para poner mis manos en la cara por el dolor. Ardía cómo mil demonios, pero preferí hacer otra cosa. O mejor dicho, me obligué a hacerlo. Mis instintos hicieron lanzarme incondicionalmente. Sin pensarlo ni imaginarlo, lo estaba haciendo. No quería, pero acababa de besar a Jaebum en los labios.
Agarré sus mejillas y pegué sus labios aún más cerca de los míos. Pero duró poco. Él con la respiración entrecortada me hizo detenerme y dio unos pasos hacia atrás para separarse. JB tampoco lo había visto venir. Sin preocuparme más por él, lo dejé atrás mientras subía las escaleras hacia mi casa.Cuando llegué, todo estaba sumido en un extraño silencio y en una profunda oscuridad. Llegaba a darme escalofríos por todo el cuerpo. Todo iba bien hasta que me acerqué un poco más y pude ver que la luz del baño estaba encendida. Podía escuchar el agua salpicar desde dentro, cómo si alguien hubiese abierto el grifo por alguna razón. Pero no era tan sólo el sonido del agua lo que se escuchaba, algo más estaba pasando ahí dentro.
Decidí picar a la puerta. -¿Jimin? Sé perfectamente que estás ahí Park Jimin, sal ahora mismo.
-Lárgate Noelle.-Su voz sonaba temblorosa a la vez que agitaba. Parecía estar muy nervioso.
-O sales tú o entro yo.
-No entres por favor, no entres.
-Jimin...1...2...
Y entré al baño sin dudarlo ni un segundo más. Pude ver a Jimin restregando sus manos en la pica con énfasis. Tratando de desprenderse de un líquido rojizo muy parecido a la sangre. Aunque cuando me acerque pude ver que no se parecía, si no que, era sangre. No pareció darse cuenta por unos segundos de mi presencia, puesto que continuaba con todas sus fuerzas el perder de vista toda aquella sangre que estaba impregnada en su ropa.
-Noelle yo...- Sus ojos cristalinos y brillantes, empezaron a dejar caer lágrimas. Unas lágrimas que me advertían de que algo no iba nada bien. -Yo le he matado...
"He matado a Suga".
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𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢
Romance𝐎𝐅𝐅𝐅𝐘| ❝Get away from me. Get away from dark nightmare❞. ◦ 𝗠𝗮𝗻𝘁𝗲𝗻𝗺𝗲 𝗲𝗻 𝘁𝘂𝘀 𝗯𝗿𝗮𝘇𝗼𝘀 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗶𝘀 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗮𝗹𝗲𝗷𝗲𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. Después de tanto tiempo, las cosas no habían cambiado. 𝗬𝗼𝗼...