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-Te odio.- Musité entre alguna que otra sonrisa mezclada con rabia. Estaba en una jodida encrucijada que podía acabar por decidir el final de esta historia. 

Tenía dos opciones, dejarlo todo y continuar con mí vida, o aceptar mis errores. Pero la segunda opción era la más difícil y dolorosa. Estaba segura de que sería aún más fácil, si el puto orgullo no consumiese mis entrañas de principio a fin. Ojalá hubiese podido levantarme del suelo y dejar de llorar como la misma niñata de siempre.

-A tomar por culo.- Cuándo me quise dar cuenta, había salido por aquella puerta de cristal sin a penas importarme si la dejaba abierta o no. Estaba desorientada e insegura. Mirando de lado a lado a ver si encontraba a aquel idiota por algún sitio o ya había sido demasiado tarde para encontrarle.

Pero para mí sorpresa, él no se había alejado más de 10 metros de la cafetería. Estaba ahí de pie, mirándome con las manos metidas en los bolsillos y con aquellos preciosos ojos marrones aguantando sus lágrimas.

-Yoongi...- Dejé caer un suspiro de alivio. 

Empecé a correr en su dirección, tropezando con todo lo que había a mí paso, pero no me importaba lo más mínimo. Necesitaba hablar con él. Ni me lo pensé. Me lancé a sus brazos esperando que me sostuviese en un fuerte abrazo. Pero lo único que conseguí fue chocar mi cabeza contra su pecho.

-Estúpido, me has hecho daño.- Empecé a acariciar mi cabeza, mientras inconscientemente aún sonreía.

-Eres tú la que se dedica a imitar a los rinocerontes.- Agarró mis hombros de mala gana y me acercó a él. Tan sólo me dio un pequeño y corto beso en la frente, antes de volver a guardar las manos en los bolsillos y encaminarse hacia la otra dirección.

Me empecé a reír ante su comentario. Cosa que le pilló de manera desprevenida, puesto que se paró en seco y volvió a girarse hacia mí. Enarcó una ceja y me miró de forma interrogatoria. Esperaba una bronca, que le insultase o le pegase hasta hacer de mis nudillos puré. Pero no, no iba a caer en la trampa de siempre. No iba a volver a perderle, no de esa forma. 
Porque tenía razón. Por muy estúpido que hubiese sido en todo el tiempo en el que estuvimos juntos, no toda la culpa había sido suya. Y yo en vez de cargar con mí parte y tratar de comprenderle, sólo le ponía más peso sobre su espalda. Mi estúpido pelimenta (Aunque ahora fuese castaño), no había tenido una vida fácil y sólo buscaba alguien que le sostuviese contra su pecho con todas sus fuerzas para hacerle sentir vivo de nuevo. Sólo necesitaba que le quisieran cómo nunca antes lo habían hecho. Y que le hiciesen olvidar aquellos recuerdos que a día de hoy aún le estaban reteniendo en el mismo abismo. 

-Yoongi, estoy cansada.- Apreté mis puños y sin dejar de mirar al suelo continué. -Estoy harta de que nos pasen estas cosas. De tantas mentiras, de tantas peleas, de ti, de mí, de todos. Estoy cansada de no poder avanzar porque siempre nos pasan las mismas gilipolleces de siempre. Pero te quiero, joder. Te quiero más de lo que nunca he podido querer a nadie.

-Noe...- Trató de hablar, pero esta vez fui yo quién cortó sus palabras.

-No, ahora me toca a mí pedir disculpas.- Aparté el pelo de mí cara, a duras penas, pero lo hice. Mis manos temblaban cómo nunca lo habían hecho. Y mi corazón... Ese cabrón estaba por salirse de mi pecho. Yoongi me agarró de las manos y las apretó con fuerza, sin dejar de clavar su mirada en la mía.- La he cagado. Me parecías tan interesante, que sólo pensaba en descubrir más cosas de ti. Y por mi curiosidad, no me di cuenta que eso era algo que te dolía y te costaba. Dejé de lado tú dolor del pasado, para centrarnos en lo nuestro. Porque de verdad pensaba que podíamos salir adelante con todo eso que llevas en la espalda. Y me equivoqué. Porque has estado pagando durante todo este tiempo por los dos, y eso es algo que te ha jodido aún más. Aunque me sigues pareciendo un completo capullo y te echaría sal en el café cada mañana al despertar si hiciese falta. Yo de verdad que siento todo lo que te he hecho pasar Yoongi, pero simplemente quería ayudarte a salir de todo eso... Quería ser ese alguien especial que movería cielo, mar y tierra por ti. Porque me habían dicho tantas veces que ya no tenías solución y que una cría cómo yo no podía ayudarte, que por orgullosa acabé empeorandolo todo.

No podía más. Tenía mucho más que decir, pero ya no salían más palabras de mis labios. Tan sólo sollozos espontáneos que no me dejaban respirar con tranquilidad.
Yoongi se quedó de pie justo delante mío. Trataba de secar mis lágrimas con delicadeza, pero ni si quiera me miraba a la cara para encontrarlas. No decía ni una sola palabra, pero así era él. Prefería mil veces permanecer callado y simplemente abrazarme hasta que no pudiese más, que decir las típicas palabras cliché que no ayudan en nada.

Pero de un segundo a otro, dejé de sentir sus frías manos acariciando mis mejillas. Pensé que se había ido y que aquello era nuestra última y definitiva despedida. Pero al levantar la mirada del suelo y fijarme en él. Vi que simplemente estaba apoyado en la pared mirando hacia el suelo.
Pude ver gracias a la luz de la luna reflejada en aquellas pequeñas gotas de agua, que estaba llorando. Y no de la forma en que lo hacía con normalidad. Porque ya no estaba huyendo para que no le viera llorar, ya no aguantaba las ganas hasta llegar a casa y encerrarse en la habitación. Ahora lo estaba haciendo delante de mis narices y no le importaba en absoluto que le pudiese ver de aquella forma tan sensible.

-Idiota.- Me acerqué a él decidida y apoyé mi cabeza en su hombro, mientras con una de mis manos quitaba el cabello de su cara. Desde aquella perspectiva podía verlo mejor y podía sentirme realmente especial por estar viviendo un momento cómo aquel. -Yoongi, ¿Estás llorando?.- Obviamente sabía la respuesta, pero quería subirle el animo con una de mis preguntas tontas que tanta gracia le hacían.

Se secó rápidamente los restos con la manga de su chaqueta y giró la cabeza hacía la dirección contraria en la que estábamos. 

-No seas tonta Noelle.- Me apretó con fuerza contra su pecho. Realmente amaba cuando sus respuestas no encajaban con sus actos. -Es que algún gilipollas se ha puesto a cortar cebollas en medio de la calle.

𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora