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Nuestros ojos se cruzaron durante unos pocos segundos. Noté como su mirada buscaba perdidamente la mía, tratando de adivinar mis pensamientos y mis sentamientos. Pero por mucho que se fijase, era imposible. Ni si quiera yo era capaz de entender como me sentía.

-Noelle joder, llevas dos días sin hablarme.- Musitó el chico apoyado en la puerta del baño.

-Yoongi, déjame mear tranquila.- Respondí yo a sus estúpidas quejas. Me parecía surrealista que no fuese capaz de comprender lo mal que me sentía por aquella repentina confesión.

-Lo dices como si nunca te hubiese visto el co.-

-¡Yoongi! Lárgate joder.- Agarré el papel detrás de mí y le lancé una mirada algo brusca. -Me cortas el puto rollo, así es imposible.

Él dejó escapar una pequeña sonrisa. De esas que mostraban parte de sus encías y sonrojaban levemente sus mejillas.

-Al menos he conseguido que me volvieses a dirigir la palabra.- Y acto seguido se marchó del baño.

No pude evitar poner los ojos en blanco, a veces llegaba a desesperarme. Aunque podía llegar a entender la forma en la que se sentía. Había estado ocultando aquello por alguna razón que aún desconocía y además, le había estado ignorando sin razón por días. Hubiese sido más fácil preguntarle el por qué, pero llegué a sentirme tan vacía y tan engañada en aquel momento, que era incapaz de pensar las cosas con claridad.

Me dirigí hacia el comedor y ahí estaba él. Leyendo un par de partituras viejas y escribiendo en su portátil de forma descontrolada. Me acerqué con sigilo, para ver que estaba escribiendo con tanta velocidad. Pero justo cuando estaba llegando a la altura de sus hombros, cerró la tapa con fuerza y se giró hacia mí. 

-¿Desde cuándo eres tan curiosa?.- Se quedó por un par de milisegundos pensando y continuó.- Olvídalo, siempre has sido igual.

-¿Qué estás ocultando?.- Pregunté mientras me sentaba a su lado y clavaba mi mirada en aquellas partituras que no recordaba haber visto antes.

-No te oculto nada, estoy trabajando.- Parecía nervioso, pero sabía disimularlo. No me hubiese dado cuenta en absoluto de como se sentía realmente, si no le conociese. Porque quizás podía engañar a otros, pero a mí no.

-¿Trabajando? No sabía que hacías eso.

-Noelle, no me toques los huevos. -Le dio un sorbo a su café y recogió las hojas de la mesa. -Si me vuelves a hablar y es para decirme gilipolleces, prefiero seguir como antes.

Me quedé unos segundos en silencio y suspiré.- Lo siento.

Él me miró sorprendido, casi boquiabierto. Estaba completamente perplejo, como si no entendiese que acababa de pasar. O mejor dicho, como si no se hubiese esperado nunca aquella respuesta por mi parte. 

Me preguntaba que tipo de cosas pasarían por su mente en aquel momento. Acostumbrados a discutir en bucle y a decir una palabra peor que la anterior para herirnos. Acostumbrados a peleas sin sentido e interminables. Y esta vez, en vez de continuar el juego de  no dejar de jodernos hasta no poder más, me había tragado mi orgullo. Porque sí, me había equivocado.

-¿Qué?.- Murmuró encogiéndose de hombros.


-Que lo siento, Yoongi. La he cagado.- Cerré los ojos y sonreí de forma casi incrédula.- No debería haberte dejado de hablar, he sido una idiota. Tenía que haberte preguntado desde un principio las razones por las que me habías estado ocultando todo esto y lo único que hice fue...

-Has hecho lo que cualquier persona hubiese hecho en esta situación.- Respondió por mí. Agarró mis mejillas y me acercó suavemente a él hasta depositar un rápido y tierno beso en mis labios. -Si no hubieses actuado de esta forma, hubieses sido una idiota entonces. 

-Yoongi, necesito preguntartelo o explotaré.- Agarré sus manos con fuerza. -¿Por qué? Por qué me mentisteis? 

El sonrió. Pero no porque le causara gracia aquella situación, si no, por impotencia.

-Porque tenía que hacerlo. Es una larga historia Noelle, yo no si quiera supe de esto hasta mucho tiempo después.

-Quiero que me lo cuentes todo y me da absolutamente igual si tardas una hora en hacerlo. Necesito entender el por qué, me duele mucho todo esto.- Agaché la cabeza con pena, sin dejar de sostener sus dos manos. No podía evitar sentirme así, porque había estado viviendo una mentira mucho tiempo y viví cada momento tan intenso como si hubiese sido todo cierto. Perdí meses de mi vida e incluso, perdí oportunidades por pensar lo que no era.

-No sé que idea enferma tenía en la cabeza. Tan sólo me hizo prometer que no te lo contaría, porque se arrepintió de todo lo que había hecho. Es un jodido imbécil y yo otro por hacerle caso, pero ya tenía suficiente encima como para ir diciéndote que tú novio y tú exnovio te habían hecho tal putada.

-Ve al grano.- Estaba desesperada y no entendía nada, necesitaba saber la verdad.

-Se lo inventó porque no quería perderte. No comprendo como llegó a pensar que podía atarte a su vida fingiendo un puto embarazo. Hizo lo posible por engañarte, desde drogarte, a darte comida que te sentase mal y cosas que, si hubiese sabido antes, joder. Le habría matado sin piedad. Pero yo no sabía nada de esta mierda, yo pensaba que lo del alien era verdad.
Y cuando te ingresaron en el hospital, me lo confesó todo. Los médicos nos dijeron que era mejor no contártelo todo del tirón, porque habías sufrido no sé que mierda y no era bueno para ti contártelo en aquel momento. Así que quedaron en decirte que habías perdido al "niño" y me dejaron el marrón a mí.

-Esto es surrealista.- Me puse una mano en el pecho, porque notaba como mi respiración se entrecortaba y me ahogaba.

-Quise confesarte todo antes. Pero a mí sólo me metieron en eso y no tenía ni puta idea de como explicarte todo. Porque ya ves, yo no tuve nada que ver. Y te prometo, que me odio. Por no haberme dado cuenta antes de todo y por no haberte podido quitar de encima a ese... A ese enfermo que sólo quería hacerte daño. Quiero que sepas que yo en ningún momento pretendí ocultarte esto, simplemente, no sabía como decírtelo y tenía miedo a que me culpases por ello. Hice mal en callármelo por tanto tiempo.

-Entonces... ¿No estuve embarazada de Jimin y todo fue una invención suya para qué estuviésemos juntos?.

-Sí.- Respondió completamente serio.

Me sentí paralizada por varios minutos, como si no pudiese ni hablar. Me sentía decepcionada, mucho. ¿Cómo alguien podía ser capaz de crear toda una historia ficticia sólo para mantenerme a su lado? Y además. ¿Cómo iba a hacer después si no había ningún bebé en mí interior?. Habían tantas dudas recorriendo mi interior, que me mareaban. Pero Suga ya me había dicho todo y no podía presionarle más. El esfuerzo que había hecho por mí, conseguía que en cierto modo no me sintiese tan mal por todo lo que estaba pasando.

-Gracias por sincerarte.- Me lancé a sus brazos sin pensarlo y apoyé mi cabeza en su hombro.- Ojalá pudieses llegar a comprender lo que significa este gesto para mí, Yoongi. Te quiero.

Él dio varias palmaditas en mi cabeza y sonrió.- Déjate de dramas y dame mi regalo.- Señaló el reloj del salón y tendió sus manos en frente de mí cara. -Es mi puto cumpleaños.

𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora