Desperté en una habitación con cuatro paredes color Beige. Traté de enfocar un poco más allá de aquella vieja decoración casi deprimente podía decir. Pero no, tan sólo habían una televisión antigua de aquellas que funciona con monedas y un par de mesas de plástico. Nada que pudiese distraer mis pensamientos, imaginé. Aunque con el colocón que llevaba encima de fármacos, no necesitaba más.
Cerré los ojos de nuevo. Sentía mucho frío, demasiado. Era cómo si mi cuerpo estuviese completamente desnudo al aire libre en una noche de Navidad. Todo estaba congelado, excepto mi mano izquierda. Por alguna extraña razón se sentía cálida y protegida. Giré la cabeza sin esperar mucho de aquel lugar. Pero me sorprendí al ver la fija mirada brillante de cierto pelinegro. Jimin estaba observándome, mientras se encontraba apoyado encima de mí mano. Parecía estar ahí desde hacía varios minutos, o vete a saber tú, quizás había estado ahí por horas. Aunque mi cabeza no estaba para funcionar con normalidad, tan sólo quería saber que estaba pasando conmigo.
-Has despertado.- Sonrió el chico mientras en sus ojos se creaban unas perfectas mediaslunas. Poco después me besó con suavidad la mano y volvió a coger esta cómo si se tratase de su más preciado obsequio.Apreté su mano con fuerza y suspiré. Aunque no pudiese dejar de temblar por el frío que sentía, estaba sudando.
-¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí?...¿Dónde..-Dejé de hablar al instante. Quería preguntarle dónde se encontraba mi novio. Pero después de todo era él quién estaba a mí lado en aquellos momentos y no Yoongi. Y también sabía que cualquier idiotez que pronunciara por esta boca impulsiva, podía llegar a herir profundamente al chico. Aclaré mi garganta. -¿Dónde está el baño?.
Perfecto Kim Noelle. No podías hacer una pregunta más estúpida, pensé. La cara del pelinegro era un poema por completo. Al principio se quedó de piedra, sin saber que contestar. Supuse que tantas preguntas estaban descolocandole y tenía que procesar con lentitud estas. Pero después me di cuenta que realmente, el problema no era aquel. Si no que no tenía muy claro cómo decirme las cosas.
-Deberías dormir un poco más.- Respondió haciendo caso omiso a mis dudas. Parecía estar evitando por completo el camino por el que iba nuestra conversación. -Has estado dos días ingresada y todo lo que te han metido en vena debe haberte afectado.
Miré mis brazos y era cierto. Tenía un extraño tubo alrededor de mi brazo derecho y una aguja clavada, por donde me metían el vete a saber tú qué. -Ya parezco Suga.- Sonreí. Creo que al chico no le hizo tanta gracia cómo a mí aquel mal chiste. Tan sólo se rascó la nuca y me miró interrogativo. Cómo si esperara algo más de mí. Pero poco podía esperar de una mujer que se había paso dos días casi en coma.
-Noelle.- Bajó la mirada al suelo y sonrió nervioso. -Me cuesta decirte esto. Simplemente me hace daño el pensar que esto se ha acabado del todo. Quiero decir... Déjalo.
Se llevó ambas manos a la cabeza y se apoyó en una esquina de la camilla.
-No, por favor continúa.- Musité yo tratando de llamar su atención a base de acariciarle la mandíbula con delicadeza. Mis dedos continuaban poniéndole la piel de gallina.
-Pensaba que el hecho de tener un hijo juntos significaría una especie de vínculo entre nosotros. Algo que por muy alejados que estuviésemos el uno del otro, nos mantendría unidos. Pero ahora, ahora que todo se ha acabado.- Bufó y cogió aire para no dejar que sus lágrimas estropeasen sus palabras. Su voz entrecortada y suave conseguía encoger mí corazón. -Me he dado cuenta que soy un capítulo pasado de esta historia, uno que te echará muchísimo de menos pero ha aprendido a valorarte cómo ninguno otro. Sé que esto me va a doler, que tardaré en recuperarme... Pero debo dejar que seas feliz, quiero que seas feliz. Aún si no soy yo quién lo hace.
Cada vez hablaba con menos fuerza y con más tristeza sumergida. Aunque entrelazase mi mano con la suya, no conseguía calmar a aquel corazón roto. Simplemente me quedaba aceptar la realidad, aunque en el fondo yo también sintiese desprenderse algo de mí.-Gracias por haberme dado la oportunidad de ser tan... Feliz.- Se secó aquellos ojos cristalinos a punto de llorar. Y me regaló una última sonrisa. Sincera y amarga, pero no por eso dejaba de ser hermosa.
-Estúpido Park Jimin, abrázame.- Extendí mis brazos, esperando aquel abrazo cálido que ambos buscábamos. Recomponiendo sus trozos con toda mi ternura. Tratando que esto no acabara cómo un triste número más y si no cómo el bonito final de una historia ya terminada. Pero una que jamás iba a ser olvidada.
-Siento todo lo que ha pasado.- Susurró sin dejar ni un segundo de rodear mi cuerpo con sus brazos. Y yo, que no podía hacer otra cosa que sonreír. Le regalé un pequeño y último beso en su frente descubierta. Para que comprendiese de una vez por todas, que no le había dejado de querer todavía. No de aquella manera que compartía con Yoongi. Si no de la manera en la que le apreciaba cómo una parte más de mi vida que era y había sido.
La puerta de la habitación se abrió. Dejando paso a un peliverde con cara de querer mandar al mundo a la mierda y sólo querer echarse una siesta de tal vez, toda la vida. Dejó caer la chaqueta de cuero en un sofá que ni si quiera había visto en ningún momento y se volvió hacia nosotros para demostrarnos el asco que le producía ver aquella escena. Jimin se separó muy despacio de mi cuerpo, dejándome caer con suavidad sobre la camilla nuevamente.
-No tranquilos, seguid. No es el primer polvo que veo en directo.- Se cruzó de brazos y le echó una mirada llena de amenazas y advertencia. -Si quieres te doy un condón y todo. O mejor no, a ver si la vuelves a dejar preñada y consigues que se vaya contigo.
-Suga, deja de comportarte cómo un crío. Sólo estábamos hablando.- Las palabras de Jimin iban en un tono realmente pacífico. Lo último que quería era pelearse con alguien. Y mucho menos si ese alguien era Yoongi.
-Claro, porque para hablar con una persona necesitas ponerte encima de ella.-Comenzó a reír con aquel tono sarcástico. -¿Tú te crees que soy gilipollas? Me importa una mierda si te tengo que pegar un puñetazo aquí mismo.
-¡Yoongi basta!.- Traté de hacer el intento de levantar mi cuerpo un poco de la cama. Pero a la que lo hacía, me mareaba y necesitaba volver a tumbarme. - Por favor, no ha pasado nada entre nosotros.
-Entre vosotros quizás no, pero entre tú y Jaebum sí.- Aquella afirmación logró enfriar el ambiente muchísimo más. Cómo si una pequeña barrera de cristal hubiese sido rota de un pequeño soplido.
-No empieces con tus tonterías.- Susurré apretando con fuerza los bordes del colchón. Aunque sabía perfectamente que no debía sentirme culpable por nada, lo hacía.
-¿Qué se supone qué buscas Noelle? No te basta con haber estado a punto de tener un hijo con ese imbécil. Y digo a punto porque más te valía abortar a esa cosa si querías seguir conmigo.- Pareció un flechazo directo al corazón. Y no tan sólo al mío, si no que también al de mi compañero. Porque era cierto que no quería tener a aquel bebé del todo, pero era una jodida vida. Una jodida vida que Yoongi trataba cómo puñetera basura. -Qué encima, vas y te enrollas con esa puta copia barata. Entiendo que me echaras de menos, pero porque coño tenías que decidir caer en los putos brazos de ese niñato motero que sólo busca ser cómo yo.
Estaba harta de escuchar aquellos quejidos de crío malhumorado. Estaba cansada de tener que aguantar otra vez que me hicieran sentir una mierda. Simplemente estaba cansada de todo aquello que nos envolvía a Suga y a mí.
-Quizás sea porque yo ya no quiero estar contigo.-Sentencié completamente segura de mis palabras. Viendo cómo en la distancia, esta vez había sido yo la que acababa de disparar directa al corazón.
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𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢
Romance𝐎𝐅𝐅𝐅𝐘| ❝Get away from me. Get away from dark nightmare❞. ◦ 𝗠𝗮𝗻𝘁𝗲𝗻𝗺𝗲 𝗲𝗻 𝘁𝘂𝘀 𝗯𝗿𝗮𝘇𝗼𝘀 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗶𝘀 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗮𝗹𝗲𝗷𝗲𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. Después de tanto tiempo, las cosas no habían cambiado. 𝗬𝗼𝗼...