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Cuando las cosas no podían ir peor, justo la realidad se ponía nuevamente en mi contra.  Pero si a algo estaba acostumbrado, era a que mis planes no saliesen para nada como yo esperaba. La vida de Min Yoongi el genio de Daegu era un completo desastre.

-Joder, ese imbécil me a reventado el tabique.-No podía dejar de hacer muecas de dolor mientras las manos de Suran trataban de curar las heridas de mi cara.-Voy a ir a su puta casa y le voy a quemar el coche. Con él dentro.

Ella se rió de mi comentario. Como si esperaba que se tratase de una broma, pero no lo era. Estaba completamente dispuesto a matarle. 

-No creo que sea buena idea que te cure yo esto Suga.- Se sentó a un lado en el sofá y me miró pensativa por varios segundos.-La mejor opción es ir al hospital.

-¡JA!.- Me reí de una forma tan fuerte y exagerada que conseguí asustar a la chica. -Ni loco, no voy a ir a ese sitio.

Ella se cruzó de brazos. -¿Y qué esperas hacer? Estás a 2 días de ir a la boda de tus amigos.

-Pues no ir. -Respondí yo mientras me quitaba la toalla empapada en agua de mi cabeza. Por alguna razón, Suran pensaba que después de haberme pegado, la toalla conseguiría aliviar mi dolor de cabeza. Pero cada vez empezaba a tener más.

-Eres un idiota Min Yoongi. Suga, quise decir Suga.-Debió darse cuenta de mi mirada de odio, porque no tardó absolutamente nada en rectificar. Ella cogió la toalla de la mesa y se la llevó a la habitación de la lavadora. A los pocos minutos apareció con un bote lleno de pastillas y me lo ofreció.

Lo rechacé sin pensármelo ni un segundo. No estaba dispuesto a depender de unas pastillas para el dolor. Ya tenía suficiente con lidiar con los jodidos antidepresivos, el litio y todo lo que me recetaban los médicos. Prefería mil veces el hecho de tirarme a las vías del tren, a tener que seguir tomando toda esa mierda cada día de mí vida. Si ya había acabado con casi toda mi cordura en mis días más grises, ahora que lo estaba dejando todo y tenía que vivir a base de unos fármacos estaba acabado por completo. 

Tenía días cómo todo el mundo. Algunos buenos, algunos malos y otros peores. Pero no era como antes. Cuando en antaño simplemente me ahogaba en una botella, literalmente, para saciar ese sentimiento de vacío que sentía o me metía cualquier cosa todo el tiempo para olvidarme de mis problemas sólo un rato. Mientras antes me dejaba llevar por cualquier cosa, ahora simplemente sólo tenía ganas de gritar, quemar cosas y destruirme más a mí mismo. Aunque hubiese preferido el hecho de volver a ser cómo antes. Si no fuese por la estúpida promesa que le hice a Noelle. 
Me parecía una completa gilipollez, no hacer lo que me diese la gana por no decepcionar a una persona que ni si quiera estaba en mí vida. Podría haber cogido perfectamente todas mis botellas guardadas de Whisky, tomar unas cuantas pastillas de las mías y a tomar por culo todo. A tomar por culo la música, Noelle, mi vida y lo demás.  Pero no lo hacía.

Estaba enfadado conmigo mismo, decepcionado y agobiado. Pero ni con mis mejoras, ni con la ayuda de pastillas notaba la mejoría en mí. A veces llegaba a pensar que la vida no estaba hecha para todos, por ende, no estaba hecha para que yo la viviese. Y cuando lo hacía, los pensamientos de acabar con todo esto se peleaban con los de seguir hacia delante para volverla a ver. Porque eso era lo único que realmente podía salvarme de el infierno en el que vivía.

-Sabes perfectamente que quieres ir. -Pasó sus brazos por mi cuello. Sentándose con delicadeza sobre mi regazo y mirándome directamente a los ojos. Yo sólo le respondía con la misma mirada vacía de siempre. -No creo que quieras que ella te vea así.

-Me ha visto mucho peor, créeme.- Me rasqué la nuca y volví a cruzar mi mirada con la suya. -Ah y, quítate de encima joder. Hace calor.

Le di un empujón en el cual podía perfectamente haberle hundido el pecho. La delicadeza no era lo mío. Nunca lo había sido. Pero inconscientemente, a veces mi frustración salía de la peor forma posible y no llegaba a controlarme a mí mismo. Aunque no tenía excusa, nunca había llegado a hacerlo. 

-¿Puedes explicarme al menos qué te ha pasado?.-Se sacudió la camiseta que llevaba. Una de aquellas mías viejas que ya no me ponía, pero la guardé por que sí.

-Me han pegado.

-No me había dado cuenta.- Respondió ella sarcástica. A estas alturas, continuaba sin entender mis formas. -¿Pero quién y por qué?.

-El gilipollas de Jimin.- Me tumbé en el sofá y apoyé mi cabeza en mi brazo izquierdo. -Yo sólo he ido amablemente a decirle un par de cosas. Él se a puesto agresivo conmigo y ya ves. Ahora no podré esnifar nada Suran.

Empecé a reírme, pero parecía no entender el chiste. Me percaté que ella no sabía nada de mi pasado, o casi nada. Tan sólo las cosas que le había contado de Noelle y Somin a partir de mis canciones compuestas y producidas.

-Deberías haber visto su cara cuando me tiré al suelo y me quedé ahí quieto. Se fue gritando "He matado a Suga". Poco más y le entra un ataque de pánico allí mismo. Fue demasiado gracioso.

-No me creo que hayas ido de buenas. Es Jimin, sabes perfectamente que no te llevas bien con él.-Hizo un pequeño puchero. -¡Claro qué no es gracioso! Le asustaste... 

-Cierto.- Asentí con la cabeza mientras cerraba mis ojos y lanzaba un largo bostezo.-He ido a decirle que me prometió una cosa y no estaba viendo que la cumpliese. Con lo cual, si volvía a ver que me mentía, le iba a partir los brazos y las piernas para que tuviese que arrastrarse con los dientes.

-¡Eso es una amenaza Suga!.

-No, es una advertencia. Aunque el idiota a reaccionado tan mal, no puedo dejar de pensar que no ha sido sólo por mis palabras.

Ella se sentó en el suelo, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá. -Tienes razón. Quizás le haya pasado otra cosa más. Lo que no entiendo es porque tú no le has pegado de vuelta. Es extraño en ti.

-Si lo hacía, Noelle se daría cuenta. Entiéndeme, lo último que necesito es ponerla de mi contra. Si ve o escucha que he pegado a su novio, se enfadará tanto conmigo que entonces no tendré oportunidad ni de verla.

-Lo haces todo por ella...-Hundió su cabeza en una de las almohadas decorativas. -La envidio.

-Si supieses toda la historia, no lo harías.- Sonreí con cierto toque de melancolía. Realmente no entendía como podía llegar a envidiar a una persona que había estado tan destrozada por mí culpa. 

-Pero sigo sin comprender de que promesa hablas. 

-Tan sólo le dije que la hiciese feliz.

-¿Y qué? Es su novio, si sigue con él es porque lo está.

-Ella no es feliz y punto.- Me tapé los oídos con las manos y suspiré. -Tus preguntas estúpidas me dan dolor de cabeza.

-Cuando la viste aquella noche... ¿Por qué no fuiste a por ella?.

-¿Y qué querías que hiciese?.-Chasqueé la lengua.-No podía correr y decirle:"Eh soy el imbécil que te dejó tirada hará más de medio año Me arrepiento de haberte perdido, vuelve conmigo".
La quiero, pero no estoy tan desesperado.

-Ya y por eso no dejas de hablar de ella.- Dejó escapar una de esas sonrisas tiernas muy típicas de una chica cómo Suran. -Eres un orgulloso.

Y así era. Tenía miedo de aceptarlo, pero no era mentira. Porque si me hubiese atrevido, seguramente hubiese conseguido estar con ella de nuevo. Pero no podía por el miedo que sentía a volver a hacerle daño. Porque podía seguir follándome a cualquier tía con la que ligase como había estado haciendo este tiempo. Podía continuar diciendo que me estaba desintoxicando, mientras a veces aprovechaba que estaba solo en casa para caer de nuevo. Podía mentir a cualquier persona para impresionarla y enorgullecerme. Podía mentir a todos, pero no podía mentirme a mí mismo.
Había estado intentando llamarla tantas veces para decirle unas cuantas palabras, pero cuando escuchaba su voz al teléfono, me avergonzaba y me arrepentía. Y así continuaba, en silencio hasta que ella se cansaba de esperar y me colgaba. El simple hecho de escucharla, ya me hacía feliz y era un punto a favor para no hacerme daño. Pero la necesitaba a mí lado y no a kilómetros de mí. 

Joder, me estaba volviendo dependiente de una mujer. Realmente estaba perdiendo completamente la cabeza. 

𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora