𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢

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Escuché aquellas notas de piano ensalzadas a la perfección. Mientras vagos recuerdos continuaban dando vueltas cómo pequeños copos de nieve siendo balanceados por el viento. Sonreí, aunque no entendía porque lo estaba haciendo. Acabé por dejar el trapo tirado en medio de la mesa que estaba limpiando y comencé a caminar en dirección a la pequeña sala de música.

-La cafetería a cerrado hará un buen rato, creo que debería irse.- Musité mientras entreabría la puerta con cuidado. Tampoco buscaba ser maleducada con un cliente.

-Lo sé.- Aquella voz ronca y desgastada me ponía la piel de gallina.

-Yoongi, se puede saber qué cojones-.

Me cortó. Cómo siempre hacía. 

-Siéntate.

Llegaba a impresionarme la facilidad que tenía para olvidar las cosas. Parecía que no recordaba que le había visto claramente con otra mujer delante de mis narices, haría un par de semanas. Aunque al no ser la primera vez que lo hacía, me importaba una mierda.

-¿Vas a fingir que nada a pasado? De verdad, alucino contigo.

Suspiró y cerró la tapa del piano con delicadeza. Tenía el ceño fruncido y no parecía precisamente querer darme un abrazo.

-No estoy fingiendo que nada ha pasado.- Me miró con agresividad y se levantó de la banqueta. 

-¿Entonces? No se que intentas conseguir, pero estoy cansada. Llevo todo el día trabajando y pronto serán los exámenes de recuperación. No quiero perder el tiempo contigo.

-Deja de ser tan puto cabezona y escúchame por una vez en tú vida, Noelle.- Se acercó a mi de forma precisa y agarró uno de mis brazos para impedir que me fuera. -¿Qué quieres que te diga para qué me perdones por lo que sea que haya hecho? Ya lo sabes todo.

-No lo sé Yoongi, no sé qué quiero ya. Pero lo qué sí sé es que no estoy dispuesta a continuar  con esto si no pones de tú parte.

-Llevas dos putas semanas ignorándome y me dices que soy yo el culpable de esto. Yo sí que alucino contigo. ¿Estás desayunando plutonio últimamente?.

-¡Aquí el único que se mete sustancias extrañas en el cuerpo eres tú!. 

Se quedó en silencio por unos segundos, ahogó un pequeño grito y chasqueó la lengua.

-La princesa y el yonki. Qué bonita historia de amor.- Me sorprendió ver que no estaba enfadado ante mi comentario.

-Preciosa.- Sonreí sarcásticamente zarandeándome para conseguir soltar mi brazo.

-Aunque viéndote mejor, creo que encajas más con el personaje del ogro. A ver di "Fuera de mi ciénaga". 

-Pero qué estás diciendo. Mira Yoongi, no sé que te has fumado antes de venir, pero coge tus cosas y lárgate ya. Me tengo que ir a casa.

Se llevó las manos a la cabeza y susurró un par de palabras que no llegué a entender con claridad. Cogió su chaqueta de cuero, tan destrozada cómo siempre y de uno de los bolsillos sacó un cigarrillo aplastado.

-Me echas de casa, me echas de la cafetería. ¿Qué será lo siguiente, echarme de tú vida?.- Se estaba riendo claramente de mí. 

-No hagas que me lo piense.

Con un rápido gesto acercó mi cuerpo al suyo. Por un momento pensé que nuevamente estaba intentando hacer que me quedase un rato más, pero cuando me percaté, simplemente quería abrazarme contra su pecho.

Me quedé inmóvil durante unos segundos, debía aceptar que los suaves latidos de su corazón y su calor, conseguían tranquilizarme.

-Hueles a alcohol.- Musité mientras me acurrucaba un poco más.