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Me desperté enrollada en las sábanas y completamente desnuda. La luz que alumbraba directamente mi cara no dejaba de marearme. Aunque quizás no era todo culpa de esta y tenía mucho que ver la resaca por la borrachera del día anterior. Miré a mi alrededor. Aquella preciosa habitación me traía tantos recuerdos, que prefería continuar tumbada en su cama durante un buen rato más. Palpé el colchón con mis manos, tratando de buscar rastro del chico. Pero nada, no estaba por ningún lado.
Empecé a rodar por la cama, tratando así de despertarme de aquella pesadilla. Mi cabeza estaba a punto de explotar. Sin darme cuenta, ya había llegado al extremo de la cama. Por ende, acabé por caer al suelo con las sábanas y todo sobre mí.

-Maldita sea...-Musite mientras hacía hueco entre estas para salir a coger aire.

La puerta se abrió repentinamente, dejando así entrar a un Suga con cara de preocupación. Se apoyó sobre el marco de la puerta y me miró.

-Ah joder has sido tú, pensaba que habían entrado a robar o algo.-Sonrió mientras despeinaba su cabello completamente húmedo.

-¿Hola? Me he caído.- Me quedé sentada sobre el suelo y le devolví la mirada. -¿No te preocupa que me haga daño? Podría haberme roto la crisma.

Se quedó en silencio pensativo.- No. -Y volvió a sonreír. Esta vez dejando ver sus tiernas encías rosadas.

-Te odio Yoongi.- Me levanté y traté de recoger las cosas para volverlas a poner sobre la cama.

-Qué lástima. No decías eso anoche.- Notaba cómo una pequeña risilla iba acompañado de ese comentario. Pero me encontraba demasiado mal como para discutirle. 

Él me ayudó a hacer la cama, a colocar las almohadas y a extender el nórdico para que no quedase ninguna arruga. Era la primera vez en mucho tiempo que despertábamos de aquella manera y no a gritos o peor.

-Deberías taparte, no me apetece que los vecinos te vean así.- Me lanzó una de sus camisetas y acto seguido se dirigió hacia la puerta. -Por cierto, cuando acabes ven un momento al baño. 

Suspiré con desgana y cogí la camiseta que casi acaba en el suelo. Era una de sus básicas, blanca y muy ancha. De mis favoritas.
No entendía que me estaba pasando por la cabeza en aquellos momentos. Cómo había pasado de llorar en las noches odiando a Suga a estar de nuevo con él desnuda en su habitación. Por no hablar de lo que pudo haber pasado, porque no solía dormir desnuda con nadie. Ni si quiera con Jimin. Simplemente había dejado de ser yo misma y no estaba segura de si me gustaba aquella sensación o me molestaba. Pero a su vez, me sentía tan bien. Me sentía llena y feliz.

Acabé por no peinar mi cabello y recogerlo con un simple moño para hacer ver que no parecía una muerta viviente. Aunque mi cara me delataba por completo. Iba agarrándome a la pared hasta llegar al baño, se me hacía imposible caminar sin querer vomitar o caerme al suelo.  Él estaba ahí sentado en la taza del váter y con las piernas cruzadas mirando hacía mi dirección. 

-Ya era hora, lenta de mierda.-Rodó los ojos y se levantó.- Pensaba que tendría que tomar las uvas de fin de año aquí.

-Qué exagerado y que imbécil eres Yoongi.- Di unos pasos más hasta tenerle en frente de mí. Él tan sólo alargó su brazo para cerrar la puerta del baño y me miró a los ojos. -¿Qué quieres?.

-Me cago en mi vida Noelle. ¿Aún sigues ciega por lo de anoche?.- Hizo veinte gestos diferentes señalando su cabeza. Parecía un niño de parvularios tratando de llamar la atención. Pero un niño de parvularios con músculo y pelo de color... ¿Azul?.

-¿Qué has hecho?.- Tapé mi boca con mis manos y comencé a reírme. -Pareces uno de esos helados que siempre compra Tae en la tienda. Ahora si puedo decir que eres un maldito helado.

Su cara parecía un poema. Se quedó en silencio mientras me observaba interrogante.

-Me dijiste que te gustaba el color menta.- Respondió seco mientras giraba la mirada hacia el otro lado.

-Y me gusta... Pero esto es azul, genio.

-Con el tiempo se acaba volviendo menta, genia.- Respondió dándome un pequeño golpe con el dedo índice en la frente.  

Acaricié su cabello aún algo mojado. Por muchas cosas que se llegase a hacer su cabello seguía siendo igual de suave al tacto. Y lo mejor, continuaba siendo el mismo chico hermoso de siempre. Sus manos frías rozaron las mías y no pude evitar ruborizarme. Era una escena muy extraña y no tenía muy claro como debía actuar. Pero dejando mis problemas atrás y siendo sincera, no la cambiaría por nada en el mundo.

Rodeé su cuello con mis brazos y lo atraje hacia mí. A la mierda todo, no me importaba nada ya. Así que acabé besándole directamente en los labios. El correspondió a mi beso sin dudarlo, aunque estuviese algo enfadado por mis comentarios. Comencé a desabrochar los botones de su camisa blanca con lentitud, dejando que el llevase el ritmo de nuestro beso. Aunque extrañamente, lo hacía con más velocidad de la que estaba acostumbrada. Ya había comenzado a besar su cuello pálido y a deslizar su camisa por sus hombros, cuando la puerta de entrada se abrió y se cerró poco después con un portazo.

-Suuuuuuugaaa, traigo buenas noticias.- Tardé en reconocer la voz, pero después caí en que era la chica que había conocido en la boda. Suran.

Yoongi se puso tenso de repente, agarró mis hombros y me empujó contra la pared. Apagó la luz del baño y se puso el dedo índice en la boca para hacerme callar. Cerró la puerta detrás suyo al salir. Y nada, ahí me quedé yo. Con un calentón de mil demonios y sintiéndome cómo la "otra" de alguien que para mí era el único.

-¿Qué haces tan fresco?.- Preguntó la chica mientras dejaba ciertas cosas sobre la encimera. No podía decir que eran exactamente porque no lo veía. Pero parecían ser diversas hojas de papel. -Estamos a invierno casi...

-Me he duchado.- Respondió él sin darle más vueltas. 

-¡Has vuelto a poner tú pelo de color azul!.- Gritó la chica con gran ilusión. Acto seguido se lanzó a los brazos de Yoongi y le besó en los labios. -Sabía que me ibas a hacer caso.

Y sí, aquello lo vi perfectamente porque no iba a aguantar estar ahí sola por mucho más tiempo. No sabiendo que aquella chica estaba ahí. Así que acabé saliendo justo en el momento exacto. El chico estaba de espaldas, con lo cual tapaba la vista de Suran y no podía verme. Estuve a punto de pegarle la paliza de su vida a Yoongi por ser un cabrón, pero antes del primer paso ya había empezado a hablar.

-Suran, basta.- Él la apartó de sus brazos y miró al suelo cabizbajo. -No quiero seguir con esto. No quiero sentir que estoy jugando contigo, simplemente no quiero que esto se convierta en un...

-¡Has estado con ella!.- Parecía estar perdiendo los estribos por completo. De estar como una furia, pasó a ahogarse en su propio mar de lágrimas.

-La quiero Suran. Sabías perfectamente que lo nuestro sólo era diversión y placer, no había amor. Nunca hubo realmente nada serio.- Ni si quiera trataba de consolarla del todo.

Decidí ir yo en su ayuda. Y corrí por todo el pasillo hasta abrazarla. Quería gritarle por haber besado a Yoongi, pero ni si quiera yo tenía el derecho para hacerlo. No eramos nada ya y no estaba segura si tenía intenciones de serlo. Aunque escuchar que me quería me tranquilizaba.

-Suran yo...-Ella levantó la cabeza y me empujó para salir corriendo por la puerta y marcharse.

-Esta tía es gilipollas.- Murmuró Yoongi mientras me ayudaba a levantarme. 

-¿No vas a correr tras ella?.- Continué yo señalando hacia la puerta. -Ahí se escapa tú oportunidad de echar un polvo asegurado.

-Mira que eres tonta Noelle, estoy cansado de repetirte las cosas. Parece que no te enteras, voy a tener que engancharme un puto cartel en la cabeza que diga que solo te quiero a...

No dejé que acabase la frase y ya le había besado 50 veces. Me sentí victoriosa. Cómo si el hecho de ser querida por él, me hiciese mejor que cualquier otra mujer. Mejor, que Somin e incluso mejor que Suran. Ahora me sentía cómo nunca y estaba segura de que las cosas podían ir mejor entre nosotros. Mucho mejor.

-Yoongi, podemos volver a empezar de cero.- Sonreí mientras agarraba sus dos manos.

El tan sólo suspiró.-No.

𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora