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Taehyung estuvo nuevamente algo ocupado tratando de reconquistar a Clàudia, hasta que finalmente lo consiguió.  Hubiese sido más difícil para él si no tuviésemos en cuenta que su estúpida pelea fue por un juego de rol. Al parecer, Clàudia había estado ganando en todas las partidas y eso a mi hermano le hacía perder la paciencia. Y por ello, Taehyung decidió irse de casa unos días (Es así de idiota). Eso sí, su mujer no estaba dispuesta a dejarle entrar tan fácilmente después de su enfado.
Pero a pesar de sus extrañas diferencias y de su forma de actuar, volvían una y otra vez a estar juntos. Porque no se hacían daño, sabían rectificar y sobretodo, se querían cómo nadie. 
Y a veces yo les miraba desde lejos, con la cabeza apoyada sobre mis manos y pensando,
o más bien fantaseando por una relación así de simple. Porque de nada servía vivir cada día con una persona a la que pensabas que podías llegar a amar, si no te aportaba nada más a parte de tristeza y soledad.
Así que prefería mil veces quedarme cómo estaba. Rehaciendo mi vida en la última etapa de mi adolescencia y pasando mis días entre salidas con compañeros de la universidad o entre montañas de deberes. Cualquier cosa que no fuese una aventura enganchada a una fuerte adicción. 
Y mientras me quedaba con esa cara de embobada mirando a dos tortolitos, continuaba recordando aquellas sombras del pasado. ¿Qué habría sido de mí vida si jamás hubiese decidido cruzar aquella puerta?. Ahora ni si quiera tendría a Namjoon o a Seokjin a mí lado.  Jimin y yo jamás hubiésemos pasado todo aquello, ni se hubiese marchado de vuelta a Busan para no tener que verme y sufrir. Y tampoco me hubiese obsesionado jodidamente con Yoongi. Pero tenia que ser sincera conmigo misma, era mono y lo hacía bien. 

Aunque gracias a lo que fuese que estaba haciendo de mi destino una vida mejor, ya no tenía que ocuparme de sus problemas. Ya no tenía que vivir pendiente de dónde escondía sus botellas de alcohol o dónde guardaba la mercancía que él llamaba "Un recuerdo de sus días grises". Ya no tenía que curar las heridas de sus puños o de su cara cuando se metía en problemas. Ya ni si quiera me desvelaba hasta altas horas de la madrugada, sentada en el sofá y esperando a que la puerta se abriese de una vez para quedarme tranquila y poder finalmente dormir. Y mucho menos debía consolar su silencioso llanto con aquellos abrazos que me pedía indirectamente. Aquellos que duraban durante una noche entera y al despertar continuaban todavía. Porque ambos los amábamos. 
Pero de eso mismo se trataban aquellos recuerdos, de nuestro pasado.

Ahora ni si quiera tenía alguna información de él. Desde que decidimos romper definitivamente (O mejor dicho, él así lo decidió), no había aparecido ni tan sólo un día por su apartamento. Y ahora me dedicaba a compartirlo con Jungkook y Taehyung, porque si él no pensaba aparecer en ningún momento, yo iba a aprovechar hasta entonces ese techo.
Me encargué de bloquear su número, para evitar llamadas de arrepentimiento y también mensajes de aquellos que derriten el corazón. Simplemente había decidido borrarle del resto de mí vida, para siempre. Y jamás me iba a arrepentir de esa decisión.

Al conseguir escapar de aquellos recuerdos, parpadeé varias veces y restregué mis manos por toda mi cara inconscientemente. Estaba sentada en la sala de espera del hospital, preparada para ver a Namjoon una vez más. Taehyung y Clàudia, se habían adelantado a mí y ya estaban dentro desde hace varios minutos. Ya no estaban permitidas las visitas de más de 2 personas. Así que cómo siempre, me tocaba esperar al otro lado de la puerta.
Examiné con determinación el pasillo, memorizando los números de las habitaciones cómo si fuese algo importante que tenía que hacer. Pero no lo era, tan sólo estaba muy aburrida. 
Y de pronto, me topé con aquel número, "039". La puerta estaba abierta de par en par, y unas cuantas enfermeras entraban de vez en cuando con sábanas nuevas y productos de limpieza. Parecía que ya le habían dado el alta al peliverde. No sabía ni si quiera porque me preocupaba por lo que podía pasarle. Lo mejor que podían hacer con él era encerrarlo en un psiquiátrico o en un manicomnio. Así se encargaría de prender fuego a sus paredes o a ligar con cada una de sus asistentes. Porque así era realmente él.

Después de unos pesados y casi interminables minutos más. Vi a la parejita feliz cogida de la mano y salir del cuarto dónde estaba ingresado Namjoon. Por fin era mi hora para visitarle y por fin iba a dejar de estar sola. Crucé por delante de ellos, sin devolverles la mirada y entré de una vez por todas.
Me di cuenta, por la sonrisa de oreja a oreja del chico, que llevaba esperando mi visita un largo tiempo. Automáticamente no pude evitar devolverle otra sonrisa, parecía que poco a poco iba recuperándose del todo. Me senté a un lado de su cama, dejando mis pies colgando cómo si de una niña pequeña en un columpio se tratase y le miré. Tenía varios ramos de flores alrededor de la cama, adornados con enormes lazos y con cartas de colores escritas. Parecía un jardín botánico.

-Parece que Jin te ha echado mucho de menos.- Señalé algo avergonzada cada uno de aquellos preciosos ramos. Se notaba que estaban muy unidos. 

Él se tapó la cara con las manos y  se rascó la cabeza.-¿Esto?.- Acarició uno de los pétalos de una orquídea. -Son para ti.

Yo le miré incrédula y empecé a reír. -¿Para mí? Oh vamos, no es mí cumpleaños. 

Me levanté para coger uno de los ramos y observarlo detenidamente. Parecía que Namjoon me conocía perfectamente, pues después de todo estaban hechos a partir de mis flores preferidas.

-Eso díselo a Suga.- Se encogió de hombros y me analizó detenidamente. Parecía saber perfectamente todo lo que había pasado.

Yo dejé aquel ramo en su sitio, con una total tranquilidad y paz. Apoyé las manos en las barras de hierro de su camilla y me mordí el labio inferior.

-¿Qué te ha estado contando ya?.- Pregunté yo tratando que la rabia no se apoderase de mí.

-Qué la ha vuelto a cagar, lo de siempre. Ni si quiera esperaba que pasase por aquí, tampoco sabía que había estado ingresado. Pero necesitaba a alguien de confianza a su lado, y su última esperanza era yo.- Apoyó su espala en aquella pila de cojines que utilizaba de pared. -Está jodido. Pero no de la misma forma en la que lo está siempre, jodido de verdad. 

-¿Y ahora qué?.- Dije en tono burlón. Yoongi siempre tenía excusa para todo y ya empezaba a estar cansada.

-Es su madre, tiene un cáncer terminal.- Bajó la mirada y yo acompañé aquel gesto llevándome las manos a la boca. Lo había dicho con tanta facilidad, que me hería. -Sé que él no habla de su madre nunca e incluso la llegó a odiar por muchos años. Pero es lo último que le queda en su familia, la única persona que realmente se preocupó por él. Te hemos contado muchas mentiras Noelle, hemos tratado siempre de omitir esas partes en su vida que han sido tan difíciles. Pero no estoy dispuesto a continuar con esas mentiras.

-¿A qué te refieres? Namjoon, qué estás diciendo aho...- 

-Lo qué quiero decir.-Me cortó para poder continuar hablando él.- Es que sus problemas con las drogas, esa poca confianza en sí mismo y ese afán por querer estar siempre sólo no es algo que él quiera hacer realmente. Simplemente, ha vivido de esa forma toda su vida. Ha crecido con un padre alcohólico y abusivo, con un hermano al que quería que acabó muriendo por su culpa, una madre que pagaba por todo y un idiota, que no se puede considerar hermano, que a día de hoy sigue atormentandole allá dónde va.'

Apreté con fuerza los bordes de su cama, con mis dientes a punto e explotar y mi corazón convirtiéndose en una tormenta. Había sido un idiota todo este tiempo, y aunque realmente no tuviese una completa justificación de muchos de sus actos, había sido mi novio cargando con todo eso en soledad.

-No... No le voy a perdonar.- Musité entre dientes. Aparté la mirada para no cruzarla con Namjoon y suspiré.

-No te pido que lo hagas, tan sólo quiero que tengas en cuenta todo lo que te he contado.- Miró al techo y cerró los ojos.-No podría descansar en paz si no te contase toda la verdad. 

Asentí con la cabeza y me dispuse a salir de la habitación. Ya había tenido suficiente con aquella pequeña conversación y estaba rompiendo mis esquemas muy rápidamente. Parecía que tomar una decisión no iba a ser tan fácil ahora que sabía todo.

-Y por cierto.- Antes de cerrar la puerta, escuché su voz una vez más. -"092".


𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora