Me desperté debido al despertador de mi teléfono móvil. Miré la hora y poco falto para que me diese un cabezazo en la pared. Quería quedarme inconsciente un rato, eran las 6 de la mañana.
Nadie podía ser capaz de fingir ser alguien normal tan pronto. Ni si quiera las calles habían apagado las farolas. Apenas había dormido aquella noche, me había quedado hasta aproximadamente las dos de la madrugada estudiando para uno de los exámenes que tenía al día anterior. Al haber estado tanto tiempo perdida y dejando pasar el tiempo, había perdido mucho tiempo. Y ahora, debía recuperar todo aquello perdido.
Los días transcurrieron con normalidad después de aquello. Jin no se había movido del hospital por semanas, tan sólo para asegurarse de que Namjoon se encontraba perfectamente. Jungkook se había quedado durante aquel tiempo junto a Taehyung y conmigo en el apartamento de Suga. Mientras este último, había decidido salir a las 5 de la mañana del hospital, arrancándose el suero intravenoso de cuajo. ¿Su excusa? Qué estaba hasta los huevos de la comida basura y qué no tenía ni un puto duro para pagar la televisión que funcionaba con monedas. Pero ni si quiera después de aquello fue capaz de volver a casa a pedir perdón.-¡Despierta ratita!.- Grité, inclinándome hacia él y desenrollandolo del burrito de mantas en el que se había escondido. Dejó escapar un leve quejido y arrebató la manta de mis manos para volver a cubrirse la cara con ella y darse la vuelta. -Contaré hasta tres, más te vale salir de ese capullo que te has creado y ponerte a desayunar cómo si tu vida fuese en ello.
Asomó su cabeza, completamente despeinado y con los ojos entrecerrados. -¿O si no qué?.- Su voz sonaba ronca y desgastada.
-O si no... Haré que llueva dentro de casa. Y no precisamente con agua caliente.- Miré a mí alrededor y rasqué mi cabeza interrogativa. -¿Sabes si quedan hielos?.
Sentí una ráfaga de aire delante de mis narices. En menos de un segundo, Jungkook había desaparecido de la cama. Ahora se encontraba sentado en una de las sillas del comedor, apoyado en la encimera de la cocina y con un bol lleno de cereales. Yo sonreí incrédula y decidí encerrarme en el baño para prepararme. Se me hacía difícil acostumbrarme a la universidad, habían pasado tan sólo dos meses desde que las clases habían empezado. Aunque pareciese cómo si hubiese estado ausente durante varios años. Tenía la suerte de tener de compañero de clase a Jungkook, que era quién me pasaba todos los apuntes que había perdido en aquel tiempo.
No tardé mucho en acicalarme. Me puse mi horrible uniforme de color mostaza, aquellos zapatos negros que parecían una imitación barata del cuero y até mi cabello en una coleta alta. Siempre iba con el pelo suelto, y por una vez en mí vida después de tanto, había decidido recogérmelo. Quizás era una estrategia interna. Siempre me habían dicho que el cabello de aquella forma, hacía ver mi rostro más pequeño y más marcado. Y se suponía que eso le gustaba a los chicos. De todas formas, no tenía intenciones de conseguir novio de ningún modo. Quizás sí, acercarme a nuevas personas y dejar atrás un mundo que no estaba hecho para mí. Quería volver a mí vida anterior, cuando mi única preocupación era que mi padre y mi madre eran un par de gilipollas. Pero ahora, parecía estar viviendo en un mundo paralelo incompleto.
Siéndonos sinceros, era una completa pringada. Me bastaba con Taehyung, Jungkook e Izza, para tener mi vida equilibrada. Un par de amigos idiotas y un hermano, peor aún. Y sin pensarlo, me había encontrado envuelta en un mundo lleno de drogas, camellos, peleas y amor tóxico. Había pasado por un puto embarazo sin haber llegado todavía a los 20 años. Y ni si quiera me afectaba el hecho de haberlo perdido, para mí era algo más cómo un alivio. Porque ahora mi vida volvía a equilibrarse poco a poco, sin Namjoon en el hospital, sin aparecer en la vida de Jimin y por supuesto, sin Yoongi.Y me levantaba por las mañanas feliz. Cómo si hubiese expulsado de mi vida un problema que yo misma había creado. Viendo cómo ahora era una adolescente normal, que iba a estudiar por las mañanas y por las tardes volvía a trabajar en la cafetería de siempre. Aunque ya no dependiese de mis padres y hubiese perdido por completo el contacto con Izza.
Pero a pesar de todo, las cosas estaban mejorando. Después de tanto tiempo sin ver aquel rayo de esperanza, ahora lo tenía en mis manos y estaba arreglando esos pequeños trozos de mi vida hace ya tiempo perdidos.
A veces al mirarme al espejo lo veía. Veía aquel peso sobre mis hombros que me había transformado en una amarga cuarentona con cinco hijos. En aquella persona que había dejado de disfrutar de lo que era por volcarse a un mundo de adultos. Había dejado de ser una jodida cría infantil e inmadura. Y muchos días, lo echaba de menos.Salimos poco tiempo después de acabásemos de desayunar. Dejamos a Taehyung dando vueltas en la cama, ahora solo (Ya que siempre la compartía con Jungkook) y simplemente empezamos a caminar. Parecía que aún fuese de noche, no había rastro del sol y tampoco de ningún coche. Eramos dos estúpidos caminando a las siete de la mañana rumbo a clase, cómo si no tuviésemos mejores cosas que hacer en horas como aquellas. Por ejemplo, dormir.
En mí cabeza empezaron a dar vueltas las palabras de Yoongi, cómo si continuase viviendo aquella escena una y otra vez. Jungkook continuaba repitiéndome, que no valía la pena pensar en cosas cómo aquellas. Y que, ahora que ya se había acabado todo definitivamente, las cosas irían mejor.Utilicé la hora de descanso después de las primeras horas de clase, para escaparme un rato a fumarme un cigarrillo a la azotea del edificio. Seguía pensando lo mismo, no estaba acostumbrada a tanta normalidad. A que las cosas transcurrieran cómo si nada las obligase a ser de aquella forma. Parecía todo pasar sin ser forzado en absoluto.
Jungkook apareció por detrás mío dándome un pequeño susto por la espalda. Agradecí al ángel que fuese que no me hubiese pillado unos metros más hacia adelante, porque si llega a ser así, tenemos puré de Noelle pegado en las pistas de baloncesto.
Tan sólo quería avisarme de que había preparado un almuerzo para tomárnoslo ahí mismo. Un almuerzo que consistía en el pan duro de hace dos días y los cereales que habían quedado del desayuno. Pero aún que fuese lo más cutre del mundo (Después de mi uniforme), seguía apreciando el detalle que había tenido conmigo.-Deberíamos ir hoy a ver a Namjoon.- Le pegó un gran mordisco al pan. Menos mal que sus dientes de rata conseguían clavarse por muy duro que estuviese. Comenzó a hablar con la boca llena, escupiendo pedacitos por todas partes. Parecía una fuente. -Creo que lo más parecido a una mujer que ha visto en los últimos días, es Jin.
Yo sonreí y le di un golpe en el hombro. Cogí un puñado de cereales y empecé a comerlos imitando a un roedor. Empezó a reírse y a dar palmas, parecía que sus lágrimas iban a saltar en cualquier momento fuera de sus ojos.
-Mira Kookie, soy tú.- Su sonrisa pasó a ser una cara de odio profundo. Me decía claramente que ojalá me ahogase con los Kronflakes.
Y así estuvimos durante toda aquella hora. Entre broma y broma, recordando aquellos viejos momentos de nuestra infancia. Nuestras cagadas y nuestras tonterías. Alegrándonos por que pese a todo, seguíamos juntos siendo amigos cómo de pequeños. Sentía que me gustaba demasiado estar de aquella forma, estaba disfrutando nuevamente. Estaba volviendo a descubrir que significaba la palabra felicidad. Y todo eso, sin estar acompañada de el estúpido peliverde.
NOTAS:
Los Kronflakes son la marca registrada por una compañera mía.
No es un error.
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𝑂𝑛𝑙𝑦 𝐹𝑜𝑜𝑙𝑠 𝐹𝑎𝑙𝑙 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 ──𝐌𝐢𝐧 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢
Romance𝐎𝐅𝐅𝐅𝐘| ❝Get away from me. Get away from dark nightmare❞. ◦ 𝗠𝗮𝗻𝘁𝗲𝗻𝗺𝗲 𝗲𝗻 𝘁𝘂𝘀 𝗯𝗿𝗮𝘇𝗼𝘀 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗶𝘀 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗮𝗹𝗲𝗷𝗲𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. Después de tanto tiempo, las cosas no habían cambiado. 𝗬𝗼𝗼...