👑 Capítulo 36

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Las puertas automáticas del supermercado, se abren justo en el instante en el que estamos lo suficientemente cerca de ellas. En ese momento, el aire frío que hay fuera, nos empuja hacia el interior del lugar. Mi cabello sigue la dirección del viento y, uno de los mechones termina por meterse en mi boca. Cuando las puertas vuelven a cerrarse, haciendo que cese la corriente, me paro en el sitio y procedo a apartarme los pelos de la cara.

No hay cosa que odie más que esto.

Axel, tras soltar un bostezo, se posiciona enfrente de mí. Él ha venido a buscarme esta mañana sobre las nueve y pico para acompañarme a hacer la compra. No pensé que lo dijese en serio, creí que era un comentario que se perdería por el camino. Sin embargo, a la hora ya dicha, ya estaba llamando a la puerta de mi hogar dispuesto a cumplir su promesa.

—¿Tienes una lista de la compra o algo así? —pregunta mirando en la dirección en la que están mis manos, las cuales se encuentran en el interior de los bolsillos de mi abrigo.

Asiento en respuesta afirmativa y, acto seguido, me señalo la cabeza para hacerle ver que, todo lo que necesito comprar, está apuntado en mi mente.

—Pues dime lo que hay que comprar y te ayudo —comenta.

Me quedo unos instantes pensando, sacando a la luz esa lista mental que he creado mientras me daba una ducha matutina. Dirijo la mirada hacia una de las esquinas del mercado, en la que se encuentran los carros para llevar lo que compres con mayor facilidad. No creo que compre tanto como para necesitar uno de esos; al fin y al cabo, el estómago de Chelsea tiene fondo, y tampoco es que se haya comido muchos de mis alimentos. Así que comienzo a caminar hacia el frente con Axel siguiendo mis pasos.

—No me queda comida para Bagheera —hablo, avanzando por uno de los tantos pasillos que hay aquí.

Mientras tanto, voy buscando entre las estanterías de la sección en la que me encuentro para ver si me hace falta algo.

—¿También se la ha comido tu amiga? —se burla el expresidiario.

Suelto una sonora carcajada ante su broma.

—Claro que no. —Niego con la cabeza sin dejar de reírme.

La imagen de Chelsea comiéndose la comida de Bagheera se ha quedado anclada en una de las paredes de mi cerebro y soy casi incapaz de aguantarme la risa por mucho tiempo. Ver esa escena sería gracioso y un poco traumatizante. Luego de que pasa un tiempo, logro mantenerme callada nuevamente.

Williams frena y se queda mirando un estante en el que hay una gran variedad de cereales. Dejo de andar y me acerco un par de pasos hacia a él.

—¿Necesitas algo de por aquí? —indaga señalando las cajas—. ¿Cereales de estrellitas, por ejemplo?

Veo como una sonrisa de niño inocente se dibuja en su rostro. Este pone sus ojos en mí.

—Por ejemplo —le confirmo.

Axel, tras escuchar mi contestación, agarra la caja de cereales que él ha mencionado con anterioridad y ambos volvemos a ponernos en marcha. Cuando llegamos a un desvío en el que convergen varios pasillos, le cojo de la manga de su jersey verde oscuro para pararle. Él se da la vuelta y me mira con atención.

—Voy a por la comida del gato, ¿puedes ir tú, mientras tanto, a por otras cosas? —cuestiono.

Él asiente con la cabeza y espera paciente a que le diga a donde tiene que ir.

—Necesito que me cojas algo de allí —continúo hablando, dirigiendo la vista hacia mi derecha.

Él sigue la trayectoria de mi mirada y, en el momento en el que pongo los ojos en él nuevamente, veo como alza las cejas y se pone un poco colorado. La sección a la que le he pedido que vaya, es en la que están todas las cosas de higiene femenina.

Criminal | EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora