👑 Capítulo 19

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—No había ninguna otra arma en el escenario del crimen —afirma Rosa al otro lado de la línea telefónica.

Al tener la llamada en manos libres, Chelsea escucha todo lo que dice mi compañera de trabajo, por lo que cuando estas palabras se adentran en sus oídos, no tarda en echarme una mirada de te lo dije. Acto seguido, ella acerca su boca a mi oído y me susurra una pregunta que quiere que le formule a Rosa. Cuando acabo de captarla, carraspeo la garganta y procedo a decírsela.

—¿Entonces también afirmas que Axel es inocente? —indago acercando el altavoz del móvil a mi boca.

—¡Claro que no! —contesta Brown en un tono de sorpresa.

Ha pegado tal grito que su voz resuena por todo el salón de mi piso. Un poco más y me oyen hasta los vecinos. Chelsea me hace un gesto para que vuelva a acercar mi cara a ella. Una vez en esa posición, mi amiga me susurra otras palabras que quiere que le diga a la mujer. Vuelvo a acercar mi boca al altavoz para pronunciarlas.

—Pero si has dicho que no había otra arma —comento.

Mi amiga asiente con la cabeza mientras me muestra confusión en su rostro.

—No la había porque él mismo se deshizo de ella —me explica.

Frunzo el ceño.

—¿Y quién dijo eso? —inquiero.

—Él mismo. Axel.

¿Se deshace de una y no de la otra? Eso sí que es ridículo.

—¿Y por qué razón no pone eso en el informe? —cuestiono en cuanto esa duda que llevaba rondándome desde hace tiempo, aparece de nuevo por mi cabeza.

Escucho como Rosa suelta un sonoro suspiro de sus adentros.

—Porque el que tú tienes no es el informe detallado, por así decirse. Solo te dimos lo necesario para que te ayudara con tu trabajo. Seguro que la información que tú tienes va relacionada con la que han quitado y por eso no te cuadra —responde, con una notable culpabilidad en su voz—. Lo siento, Kelsey. Eran órdenes.

Ya decía yo que el informe era muy escaso, tanto en hojas como en información.

—Marshall, ¿verdad? —Achino los ojos.

—Pues la verdad es que no. Marshall no ha tenido nada que ver en esto, por raro que te parezca.

Voy a volver a hablar, pero Chelsea pega sus labios a mi oreja de nuevo para decirme otra cosa más. Ruedo los ojos ante sus palabras y, estoy un rato pensando en sí debería preguntarlo o no, pero finalmente me convenzo de ello.

—¿Y no puedo echar un vistazo a ese otro informe? —pregunto en un hilo de voz apenas audible.

Chel me mira con esperanza.

—Se necesitaría el permiso de Marshall para reabrir un caso que fue cerrado hace tiempo, y siendo sincera, no creo que te dé el permiso para ello.

Pues claro que no me lo va a dar, lleva mucho tiempo teniéndome de camarera para que no trabajase en un caso. Mi amiga insiste en susurros que vuelva a preguntarle lo mismo; más específicamente dice lo siguiente: "ni siquiera un vistazo pequeñísimo". Pongo los ojos en blanco, niego con la cabeza un par de veces y muevo mis labios hasta que estos pronuncian un "no" sin voz. Ella protesta ante mi sentencia, levantándose del sofá de brazos cruzados; se acaba de ofender. Actúa como una niña pequeña a la que no la quieren comprar alguna chuchería.

—Oye, Kelsey... no insistas en reabrir ese caso —añade Rosa, bajando notablemente la voz.

—¿Por qué? —inquiero.

Criminal | EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora