III. El Té.-¡El príncipe ha pedido su té! -Otra de las sirvientas llegó corriendo a la cocina sacándonos de nuestro pequeño estado de shock.
-Ahora mismo lo preparo. -Charlotte, una de las ayudantes en la cocina habló rápidamente antes de realizar lo que había sido mandado.
La cocina rápidamente se empezó a movilizar, los murmullos relacionados a la llegada repentina del príncipe no se hicieron esperar, sin embargo ninguno de ellos era malo, solo murmuraban de cuan agradable era la presencia del heredero al trono. No pude evitar rodar los ojos.
No sabía que hacer exactamente para ayudar, solo estaba ahí parada en medio de la cocina mirando cómo ésta se hacía un desastre con un torbellino de personas.
-¡Pero no te quedes ahí como si nada niña, haz algo! -Escuché a alguien decirme.
¿Que se supone que debería de hacer? Cada quien sabía bien su rol y lo que tenían que hacer, yo estaba de sobra, así que para no continuar estorbando me fui a un rincón, quizá eventualmente mi nana me pediría que hiciera algo.
-¡El té está listo! -Charlotte exclamó y Ruth, la que tenía entendido que solía ser la sirvienta principal del príncipe rápidamente tomó la bandeja con el contenido en sus manos y salió con prisa del lugar.
La cocina aún continuaba pareciendo un torbellino, ya que aún se tenía que terminar de preparar la cena para el príncipe.
Pasaron alrededor de cinco minutos antes de que Ruth volviera a aparecer, lágrimas descontroladas caían por su joven rostro, sus manos las cuales sostenían aún la bandeja plateada temblaban ligeramente.
-¿Que pasó? -Me atreví a preguntar ya que parecía ser la única que se había percatado de su estado.
-El príncipe me corrió del palacio. -Sus palabras apenas y fueron audibles.
-¿Qué? -Mi nana preguntó incrédula, tal parece que después de todo no había sido la única que había notado a Ruth. -¿Por qué el príncipe haría eso?
-Le serví el té, y cuando iba a entregárselo accidentalmente se resbaló de mis manos ensuciando el regazo del príncipe. -Sorbió por la nariz. -Se puso furioso y terminó echándome del castillo. -Hizo una breve pausa. -Ha pedido más té.
-¡Eso es una injusticia! -Exclamé.
-¡Cállate Thea! Si alguien de la realeza te escucha decir que el príncipe es injusto será lo último que digas. -Mi abuela me regañó y sabía que lo que decía era verdad.
-¡El príncipe necesita su té! -Alguien recordó.
-¡Tú! -Charlotte me señaló. -Nos hemos quedado sin la sirvienta principal del príncipe, así que te harás cargo de ese puesto por el momento. -Mi mandíbula prácticamente llegó al suelo.
Iba a protestar pero mi nana no me lo permitió. -Eres la única opción que nos queda, tienes que hacerlo y hazlo bien, ya viste lo qué pasó con Ruth.
No podía importarme menos.
Igual lo haría.
Tomé la bandeja que me ofrecían y salí dirigiéndome a la alcoba del príncipe, sabía perfectamente dónde estaba aunque nunca había puesto un solo pie ahí, me sentí nerviosa y enferma, vería al futuro rey.
Pasé a varios guardias en el camino, de los cuales la mayoría me conocían y entonces llegué a esa puerta doble de madera oscura, la golpeé tres veces con mis nudillos.
-Adelante. -Una voz ronca y profunda habló desde el otro lado.
Abrí la puerta preguntándome que era lo que me encontraría dentro de ese cuarto. La habitación era enorme, llena de lujos y comodidades, digna de la realeza. Pero eso no fue lo que llamó mi interés.
Una alta figura varonil se alzaba al lado de aquel enorme ventanal, vistiendo un un pantalón de satín negro y una camisa blanca la cual se encontraba sin fajar en este momento.
-He traído su té, su majestad. -Anuncié expectante a que se girara y me diera la cara.
-Ponlo en la mesita de noche. -Ordenó aún de espaldas y sin otro remedio acaté sus órdenes.
-¿Necesita algo más, su alteza? -Pregunté odiando el hecho de que siempre tuviera que terminar mis oraciones de esa manera.
No era más que yo, ni mejor que yo.
-En efecto. -Respondió dándose la vuelta.
Me dejó sin aliento por un instante.
Puede que detestase el monarquismo, pero he de admitir que el príncipe frente a mi fue agraciado por los mismos dioses.
Tenía tez blanca y rostro definido, mechones de su ondulado cabello café oscuro le caían sobre la frente como flequillo, sus ojos eran cafés, sin exagerar mi pobre descripción no hacía justicia a la belleza que poseía ese hombre.
Mis ojos involuntariamente bajaron a su torso desnudo debido a que su camisa se encontraba desabotonada, regresé mi mirada rápidamente a su rostro el cual me miraba con curiosidad y desagrado.
-¿Y tú quién eres? -Preguntó hostil.
-Soy Thea Hallett, su majestad. -Hice una reverencia. Nunca me había humillado tanto.
-Bien Thea, ¿por qué traes una mancha en tu uniforme? ¿Acaso eres torpe? -Apreté mi mandíbula con fuerza y me obligué a no contestar de mala manera.
-Su majestad, yo...
-Déjalo, ya no me interesa escuchar tus excusas, la próxima vez quiero ese uniforme limpio. Es un castillo, no una pocilga.
La sangre me hirvió.
-¿Algo más, mi señor? -Guardé la compostura, tenía que hacerlo.
El príncipe sonrió con soberbia. -No soy tu señor, soy tu príncipe, tu futuro rey. -Hizo una breve pausa. -Ahora ve y tráeme la cena.
Y con eso se dirigió a una de las puertas de la habitación, supongo que a la que lo dirigía al baño.
Maldecía miles de veces en mi cabeza. Lo último que Dinamarca necesitaba era un príncipe altanero y lleno de soberbia.
Su físico quedaba opacado por su actitud, ¿pero que podría esperarse de un joven príncipe?
Salí de aquella habitación con la bandeja vacía, respiraba pesadamente tratando de calmarme. No quería pasar un segundo más en el castillo.
-Quiero irme a casa. -Dije entrando en la cocina dirigiéndome a mi nana.
-¿A ti también te ha corrido? -Me preguntó luciendo preocupada.
-No, pero ya no quiero estar aquí, voy a llamar a papá. -Avisé.
-No puedes irte ahora, te necesitamos. Mañana se buscará al remplazo de Ruth y para pasado mañana entonces podrás regresar con tus padres. Solo necesitas pasar un día más. -Noté la súplica en los ojos de mi abuela.
-Bien, pero ni un día más. No pienso seguir sirviéndole el té al príncipe.
Hola, hola. Aquí un nuevo capítulo. Espero que decidan quedarse y seguir esta historia conmigo. Muchas gracias por leer, por el buen recibimiento que le han mostrado a "King". No se olviden de votar y comentar. Los amo. ⚡️

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K I N G #1
Fanfiction"Tu peor error sería dejarte engañar por esa carita de ángel, el futuro rey no es más que la pura maldad andante. Dios tenga piedad de nosotros, los simples mortales." |PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "KING"| |Disponible en Físico.|