K I N G #1

XL (3)

XL. El Cuarto Blanco.

La celebración había llegado a su fin siendo casi las dos de la mañana.

Todo había estado perfecto gracias a Sky.

Pero ahora me encontraba en mi camino hacia donde el príncipe me había mandado.

Aún no entendía por qué el heredero me había citado en ese lugar, la verdad es que nunca antes había entrado en esa habitación, pues el cuarto blanco era donde asuntos religiosos se llevaban acabo, por ejemplo cuando el papa visitó el castillo se reunió con el rey y el consejo en esa habitación para hablar. También cuando el sacerdote de la iglesia principal de Dinamarca venía al castillo, los asuntos se llevaban acabo en esa habitación.

No se estaba dicho, pero el cuarto blanco era sagrado, y por lo tanto estaba prohibido entrar en este.

Me siento nerviosa, porque realmente no sé qué esperar en el momento que golpeo la puerta, escucho como el príncipe dice que pase.

En cuanto abro la puerta quedo asombrada con el lugar, es aún más bonito de lo que imaginaba. Absolutamente todo es blanco, con algunos pequeños detalles dorados, algunas fotografías de antiguos reyes y reinas cuelgan de las paredes dándole un toque más único al lugar.

Cierro la puerta detrás de mi, el príncipe se encontraba sentado exactamente en el medio del mueble colocado en medio de la habitación, unas finas cortinas caían terminando a las orillas del mismo mueble.

Sostenía un libro entre sus manos el cual cerró dejándolo a un lado, su mirada cayó en mi y sonrió poniéndose de pie.

Mordí el interior de mi mejilla sintiéndome una vez más nerviosa, el príncipe dio pasos firmes hasta que llegó a pararse frente a mi.

-Me gusta cómo te ves en ese vestido. -Dice antes de pasar su lengua sobre su labio inferior. -Aunque debo admitir que no soporto la idea de comenzar a deshacerme de el.

Sus palabras hacen que me estremezca, pero la sensación desaparece rápidamente en cuanto vuelve a hablar.

-¿Quién te mandó esos tulipanes? -Demanda con autoridad, guardo silencio, pues sé que en el momento que responda el caos se desatará. -Thea... -Advierte.

-Ha sido el príncipe Nash. -Contesto sin más opción, observo cómo su mandíbula se tensa antes de alejarse de mi.

Comienza a caminar de un lado a otro revolviéndose el cabello, sé que en cualquier momento esto va a tomar un rumbo completamente malo, y es entonces cuando recuerdo las palabras de Sky, tenía que tomar el control si no quería salir perdiendo.

Me coloco en el camino del príncipe logrando que se detenga, su rostro se encuentra rojo y presiento que esta apunto de gritarme, sin embargo no se lo permito, lo tomo del cuello atrayéndolo hacia mi y sin más lo beso.

Al principio no me responde, parece que no puede creer lo que acabo de hacer, cuando finalmente reacciona sus labios se vuelven posesivos sobre los míos y sus manos se aferran con fuerza a mis caderas.

El príncipe se separa de mi y me gira haciendo que mi espalda choque contra su pecho.

-Me vas a volver loco, Thea. -Susurra contra mi cuello antes de comenzar a besarlo.

Sus manos dejan mi cadera llevándolas al inicio del cierre del vestido, comienza a bajarlo con lentitud, dejándome sin respiración en el proceso.

-La razón por la que escogí este vestido, es porque no dejaba de fantasear sobre quitártelo.

Su aliento choca contra la piel de mi cuello, y la prenda cae al suelo.