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X. Vestido.



-¿Puedo tomar una copa de vino, cariño? -El extraño me pidió con amabilidad. Asentí a lo que él procedió a tomarla. -Gracias, ¿acaso...

-Thea. -El principe apareció al lado del extraño gruñendo. -Mandé a pedir mi vino desde hace un largo rato, ¿porqué no apareciste inmediatamente? -Me riñó a lo que bajé la mirada apenada.

-Lo siento, su majestad. -El príncipe no dijo nada y sin más tomó una de las copas que quedaban en la bandeja.

-Oh querido primo, siempre tan delicado. -El aún extraño habló y no pude evitar sorprenderme. No tenía idea que el rey tuviese más familia, pero una vez más nunca me había interesado la corona como para buscar información sobre esta misma. No sabía absolutamente nada y tampoco era como si planease cambiarlo.

-Guarda silencio, Nash. -El desconocido ahora tenía nombre.

Y poseía la mirada azul más hermosa.

Sin querer despertar la molestia del príncipe opté por alejarme a seguir repartiendo bebidas.

Me di la media vuelta pero la voz de Nash hizo que me detuviera. -No puedes irte aún cariño, no me he presentado correctamente. -Dijo atravesándose por segunda vez en mi camino.

Lo miré sintiéndome incómoda, ¿acaso la servidumbre tenía permitido socializar con los invitados? Además de que era demasiado atractivo.

-Mi nombre es Na...

-Vamos a mi despacho. -Sentí como el futuro rey se puso junto a mi interrumpiendo a Nash.

-Pero...

-Mi despacho, ahora. -Ordenó alejándose de nosotros.

Nash suspiró en derrota. -Nos vemos luego, cariño. -Y haciendo una reverencia se fue siguiendo los pasos de su primo.

Me quedé desconcertada por un corto lapso de tiempo, sacudí ligeramente mi cabeza saliendo de mi transe. Solo esperaba que el príncipe no me fuese a reclamar después.

Continúe repartiendo bebidas, a medida que las horas pasaban los invitados comenzaban a irse haciendo que el salón luciese cada vez más vacío. Durante todo este tiempo ni el príncipe Sean o Nash se volvieron a aparecer.

-El príncipe solicita su presencia en el despacho, señorita. -Un guardia apareció en el cuarto de las bebidas, parecía que lo había invocado. -Ahora mismo y sin bebidas. -Añadió y dejé en la mesa la bandeja con las copas que estaba por repartir.

Salí con prisa del lugar dirigiendo mis pasos hacia dónde el heredero se encontraba, noté que el guardia había desaparecido. Cuando llegué al despacho di dos golpes a la puerta hasta que escuché un "adelante".

-¿Se le ofrece algo, su alteza? -Pregunté cerrando la puerta detrás de mi.

El príncipe se encontraba recargado del escritorio de madera oscura, sosteniendo un whiskey en su mano derecha, en la habitación también se encontraba Nash sentado en uno de los sofás de cuero negro y al igual que su primo sostenía su bebida.

-Pon seguro a la puerta. -Ordenó a lo que temerosa obedecí.

Me sentí intimidada al solo estar nosotros tres.

Nash le dio un trago a su bebida mientras me miraba, casi como si estuviese estudiándome. Al alejar el vidrio de sus labios esbozó una sonrisa.

-Oh cariño, me han contado lo que has estado haciendo. Eres una muy mala persona, Thea. -Nash habló saboreando cada palabra que salió de su boca, y entonces noté que tenía un acento diferente.

Mi mente divagó entre sus palabras, ¿acaso él sabía lo del rey?

-Le he contado. -El príncipe habló respondiendo mi duda como si hubiera leído mi mente. -Nash se quedará en el castillo durante los próximos días, él está en esto también. -Habló vagamente sin dar una explicación concreta.

Me quedé parada sin saber exactamente qué hacer, la mirada de ambos hombres se encontraban en mi y me sentí pequeña. Quería desaparecer.

-En la estantería de allá. -El príncipe señaló hacia el lado opuesto del lugar. -En la parte inferior se encuentran más botellas de whiskey, trae una.

Asentí dándome la vuelta, podía sentir sus miradas en mi persona y maldije en mi interior cuando me tuve que agachar para poder tomar la botella.

Con mi dignidad por el suelo regresé hasta donde el príncipe se encontraba, y le extendí la botella la cual tomó, en ningún momento hice contacto visual con él.

-Largo de aquí, Nash.

Me tensé al instante que escuché a Nash quejarse.

-Eres un imbécil. -Escupió Nash y unos segundos después escuché como la puerta se cerró con un fuerte golpe.

El heredero rodeó su escritorio y se sentó en aquella silla enorme semejante a un trono.

Seguía parada como una estatua rígida en el mismo lugar. El príncipe entrecerró sus ojos antes de remover su saco y ponerlo sobre el escritorio, desabotonó los dos primeros botones de su camisa y arremangó ambas mangas hasta sus codos.

-No quiero que te acerques mucho a Nash, sé que él te buscará e insistirá en hablarte así que puedes hablar con él, pero ni se te ocurra acostarte con mi primo, no deseo la existencia de un bastardo en el castillo.

-Entiendo, su majestad. -Contesté a lo que él le dio otro trago a su bebida.

-Nash es el príncipe de Netherlands, así que quiero que te refieras a él por lo que es, ¿entendido?

-Si, su alteza. -Respondí asintiendo.

El príncipe se puso de pie y caminó hasta que quedó frente a mi. -No me gusta el vestido que traes puesto. -Soltó de repente sorprendiéndome, di un paso hacia atrás tratando de recuperar mi espacio personal pero el escritorio se interpuso en mi camino.

El príncipe colocó ambas manos en el escritorio acorralándome, contuve la respiración cuando su boca se posó en el lóbulo de mi oreja derecha.

-Probablemente se debe a que he tomado de más, y quizá la razón por la que no me gusta tu vestido es porque preferiría que no lo trajeras puesto, hace resaltar tu trasero, lo cual me distrae, y a mi no me gustan las distracciones. -Su aliento se sintió caliente contra mi piel, me sentí temblar cuando tomó entre sus dedos el dobladillo del vestido elevándolo un poco, rozando en el proceso mi pierna. -Ahora ve y quítate ese ridículo vestido, de lo contrario me veré obligado a quitártelo yo mismo.

Y con eso se alejó de golpe, permitiéndome volver a respirar.

-Con su permiso, su majestad. -Hice una reverencia y dirigí mis pasos hasta la puerta.

-No quiero que te vuelvas a poner un vestido así. -Habló deteniéndome y entonces agregó;

-A menos que yo te lo pida.




Hola. Hola. (Nash mi amor♥️) Tal parece que al príncipe no le cae muy bien el alcohol, ahora imagínense lo que hará borracho (próximamente xdxd). Muchas gracias por leer, votar y comentar. Los amo y que Dios me los bendiga. ⚡️
*Como algunos saben vivo en U.S, so mañana se celebra Thanksgiving, es por eso que estoy actualizando hoy, porque yo estoy agradecida por ustedes. Los amo. ♥️

K I N G  #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora