XLII. Culpa.Una semana había pasado desde mi cumpleaños, el príncipe había estado manteniendo su distancia y de vez en cuando dejaba salir comentarios inapropiados que me hacían sonrojar.
Incluso me atrevería a decir que se le veía contento, pues hasta ahora no me había gritado por ninguna circunstancia, y vaya que el príncipe siempre se las ingeniaba para hacerlo encontrando la más mínima y absurda excusa, pero como dije, el príncipe andaba de muy buen humor, y eso era algo que agradecía en sobremanera.
Pero como siempre, la paz nunca dura mucho tiempo en el castillo, pues esta es tan delicada como un fino cristal.
O al menos, a eso era lo que estaba acostumbrada.
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Sean
Bufo ante las palabras de mi padre.
Al parecer, hoy había amanecido más enfermo que los días anteriores y por lo tanto me había mandado a llamar, según él tenía cosas importantes que decirme.
Pero todo lo que me había dicho era una aberración.
Observo cómo luce más pálido de lo normal y lo mucho que ha perdido peso, sus ojos son adornados por profundas ojeras, ni siquiera se ha afeitado, y su barba canosa lo hace lucir más viejo de lo que es.
Luce tan miserable postrado en esa cama, y yo no siento nada al respecto.
—No fue mi culpa, y tampoco la tuya, hijo.
Eso había sido el colmo. Siento como la ira comienza a crecer en mi, nada de todo lo que ha dicho me importa, y quiero gritárselo.
Era un inútil, uno que nunca sirvió para ser rey, uno que nunca sirvió como padre y mucho menos como esposo.
—En eso te equivocas padre, quizá no fue mi culpa, pero si fue la tuya.
Escupo con odio y sin más me marcho de los aposentos del rey. Escucho que dice mi nombre con cansancio, pero no me detengo. Paso los guardias en mi trayecto, en estos instantes sólo podía pensar en lo mucho que lo necesitaba fuera de mi camino de una buena vez, lo quería muerto.
No solo me estaría haciendo un favor a mi mismo, le estaría haciendo uno a Dinamarca.
Maldigo un par de veces, incluso arrojo al suelo uno de los jarrones que me encuentro en el camino.
Enzo aparece en mi campo de visión, tiene plasmada la confusión en sus facciones, probablemente por el ruido del jarrón al caer.
—¿Su alteza requiere de algo? —Pregunta algo preocupado.
—Ve y dile a Thea que la requiero en el despacho, ¡pero ya! —Ordeno y veo como la preocupación se extiende en el rostro de Enzo antes de que se marchara con prisa.
Necesitaba sacar la ira de mi sistema, y se me había ocurrido la mejor manera de hacerlo.
Llego a mi despacho cerrando la puerta con un fuerte golpe, me dirijo hacia la estantería que contiene el alcohol y me sirvo un poco de lo primero que encuentro, bebo el líquido de un salo trago sintiendo como raspa en mi garganta.
Me vuelvo a servir imitando mi primera acción, solo que al terminar de ingerir la bebida arrojo la copa observando cómo se estrella contra la pared y pedazos de vidrios caen esparcidos del lado contrario a donde me encontraba. No me detengo ahí, arrojo el resto de copas viendo cómo se rompen en cuanto hacen contacto con el piso.
Comienzo a perder la poca paciencia que me quedaba, cuando estoy a punto de salir a buscar a la castaña escucho sus pequeños golpes en la puerta.
No le contesto, en su lugar camino hasta esta y la abro, la pequeña figura de Thea se encoge un poco más en cuanto me ve, probablemente luzco como que estoy a punto de matar a alguien, y si no estuviera ella a mi disposición probablemente lo haría.
La jalo del brazo sin medir mi fuerza haciendo que choque contra mi pecho, cierro la puerta pasándole seguro para después pegar a Thea contra esta misma.
—Necesito que seas mi distracción.
Susurro contra su cuello sintiéndola estremecer, aunque probablemente se debe a placer, sino a que está asustada, pero realmente no me importa.
Me alejo un poco de ella para ver su rostro, su atención se encuentra en el desastre que he hecho.
La tomo del mentón haciendo que me mire, sus ojos azules muestran un poco de pánico, lo ignoro y decido besarla, puedo sentir que me responde forzadamente, y eso me molesta, no estoy de ánimos como para tolerarla a ella también.
Dejo de besarla y ella muerde su labio inferior como si estuviese nerviosa, expectante a qué en cualquier momento explotara con ella.
—No estoy molesto contigo, así que deja de actuar de esta manera. —Digo sonando más duro de lo que esperaba, pero aún así la castaña asiente, casi como si le hubiera quitado un peso de encima.
Remoja sus labios y estoy tentado a succionar el inferior, cedo a mis deseos y lo hago. Mis manos acarician sus piernas, y no puedo dejar de imaginármelas alrededor de mi cadera mientras me hundo en ella.
La beso con desespero, queriendo perderme en ella y dejar de pensar en las palabras de mi padre.
Gruño contra su boca antes de bajar por su cuello, la escucho jadear mientras sus manos tiran de mi cabello.
—Está vez te va a gustar más.
Hola, hola. Aquí nuevo capítulo como disculpa por mi broma anterior xdxd. Les dije que estos dos iban a empezar a coger como conejos, so esperen sexo en todos lados del castillo xdxd, bueno, no tanto, ¿o si? Disfruten mientras puedan. Los amo. ⚡️

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K I N G #1
Fanfiction"Tu peor error sería dejarte engañar por esa carita de ángel, el futuro rey no es más que la pura maldad andante. Dios tenga piedad de nosotros, los simples mortales." |PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "KING"| |Disponible en Físico.|