LXX

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Capítulo final.








LXX. Tragedia.








"Rey no es aquel que se sienta en el trono y porta una corona. Rey es aquel que está dispuesto a perderlo todo aún si se trata de lo que más atesora."

-KING.





15 años atrás.









Era un domingo por la noche, 10 de Noviembre del 2002 para ser exactos.

Como cada año, los reyes de Netherlands habían visitado a los reyes de Dinamarca con el propósito de pasar St. Martin's Day juntos, esa era su tradición.

El príncipe Sean se encontraba emocionado al tener a sus primos una vez más con él en el castillo, serían unos días entretenidos donde no se sentiría tan solo, -sin ofender a su pequeña hermana-.

El castillo estaba rebozando de alegría.

Un enorme banquete se sirvió esa noche, donde el pato era uno de los platillos principales. Tal y como lo marcaba la tradición.

La cena se pasó entre risas, anécdotas, chistes malos, y uno que otro regaño hacia los pequeños príncipes que de vez en cuando se ponían a jugar en la mesa. Eran unos simples niños.

Nash discutía con Will, mientras que Hayes compartía chocolate con Aaliyah, y Sean se limitaba a defender a Nash cada que Will lo pellizcaba.

-¿Pueden tranquilizarse? -La reina de las Netherlands riñó a los mayores de sus hijos, quienes de inmediato cesaron su pelea.

-Mami. -Hayes la llamó.

-¿Si, corazón? -Contestó su madre.

-¿Puedo tener más chocolate? Aaliyah se lo ha comido todo.

La reina lo miró con dulzura, no podía negarle nada al menor, así que le pasó otra rebanada la cual volvió a compartir con su prima.

Era una velada bastante linda, casi podías ver la paz alrededor de ellos, por unos instantes todo fue felicidad.

Fue una verdadera desgracia que todo cambiara en un abrir y cerrar de ojos.

Las luces del castillo se apagaron, gritos desgarradores se comenzaron a escuchar segundos antes de que las luces de emergencia se encendieran.

Todo pasó con demasiada rapidez.

No hubo tiempo de nada, cuando menos lo supieron hombres vestidos de rojo bloqueaban las salidas del salón.

Todo se había terminado.

Ese fue el día en el que la tragedia quedó marcada en la historia de ambas familias reales.









⚔️⚜️⚔️









Nash se ha quedado dormido, mi cabeza duele debido al llanto que no pude contener.

Dios, aún no podía creer que existiese tanta perversidad en este mundo.

Había pasado tanto tiempo juzgando a la corona sin detenerme a pensar que ellos también eran humanos, que también tenían problemas, y que también sufrían.

Si bien Nash no me había contado todo con lujo de detalle, lo que había dicho fue suficiente para comenzar a perder la fe en la humanidad.

Cada día este mundo se jodía más, y nosotros, sus habitantes, no hacíamos nada para evitarlo.

No podía dejar de pensar en Sean, por lo mucho que había pasado junto a Nash a tan poca edad, sentí dolor por ambos.

Al ser de noche fui directamente a buscar al rey, ya ni siquiera sabía si podría mirarlo igual, después de lo que me enteré, lo encontraba más humano, con más sentimientos y hasta cierto punto entendía su comportamiento.

No lo estoy excusando, me hizo daño, pero ahora lo entendía.

Entro a su habitación y me preocupo cuando no lo veo, sin embargo me relajo al escuchar el sonido de la regadera, golpeo la puerta del baño llamando su nombre, pero no contesta.

Giro la perilla y por suerte no tiene seguro, con mi pulso acelerado abro la puerta, y la imagen que me recibe hace que quiera volver a echarme a llorar.

Nash se veía roto, pero Sean se veía destruido.

Las lágrimas cristalizan mis ojos al ver a Sean en el piso abrazándose a sí mismo mientras el agua de la regadera empapa su ropa. Su rostro está oculto entre sus brazos, absorto completamente de su entorno.

Reprimo las lágrimas, tenía que mostrarme fuerte por él, me acerco tomando una toalla en el proceso para secarlo, cierro la llave de la regadera evitando que el agua helada lo siga mojando, sólo entonces alza su rostro.

-Thea... -Susurra con sus ojos rojos, había estado llorando.

Me inclino tomando sus manos con las mías ayudándolo a ponerse de pie. -Descuida Sean, te tengo.

Lo abrazo con todas mis fuerzas sin importar que mi ropa se mojara, lo abrazo queriendo demostrarle que estaba ahí para él y que realmente lo tenía. Lo siento tiritar y decido alejarme.

Beso su mejilla fría brevemente antes de ayudarlo a desvestirse para quitar la ropa empapada, cuando queda desnudo paso la toalla por su cuerpo secándolo mientras Sean me mira de una manera que no puedo describir.

Entrelazo su mano con la mía guiándolo fuera del baño para pasarle su ropa de dormir, él se viste con rapidez, todo esto en total silencio.

Lo beso en los labios cortamente antes de decirle que iré a mi habitación a cambiarme, él suspira antes de asentir.

-Volveré pronto, lo prometo.

Y manteniendo mi promesa me apresuro lo más que puedo volviendo con rapidez a la alcoba del rey.

Cuando regreso lo encuentro acostado por lo que no dudo ni un segundo en ir a acostarme junto a él, normalmente soy yo la que se esconde en su pecho, pero esta vez fue diferente.

Lo abracé sosteniéndolo, acariciando su cabello buscando hacerle saber que no me iría a ningún lado.

Y cuando el sueño lo venció, le susurré que lo quería.







⚔️⚜️⚔️







Un malestar hace que me despierte.

El sol se filtra por una de las ventanas dándome a saber que ha amanecido, Sean se encuentra a mi lado, durmiendo tranquilamente, en otro momento me hubiera detenido a apreciarlo, pero el malestar que siento me obliga a levantarme.

Voy directamente al baño, pensando que lo que tenía eran ganas de vomitar, pero no era eso, me recargo del lavado respirando pesadamente, cuento hasta tres tratando de tranquilizarme, y de enfocarme en que era lo que sentía exactamente, sin embargo luego de unos minutos el malestar parece cesar y me relajo suspirando.

Salgo del baño caminando de regreso a la cama, sin embargo nunca llego hasta esta.

Un enorme dolor hace que me encorve y me queje audiblemente, dolía demasiado. Paso mis manos por mi vientre donde el dolor parecía ser más fuerte buscando alivio, pero como es de suponerse este no llega.

-¿Thea? -Escucho la voz adormilada de Sean. -¿Thea qué pasa? -Su voz ahora suena preocupada y al mismo tiempo tan lejana.

Siento como un líquido espeso baja por mis muslos y entonces miro a Sean. -Yo... yo no me siento...

Ni siquiera pude terminar la oración, lo último que recuerdo es verlo correr a mi lado antes de que todo se volviera negro.








Ay💔 Aún queda el prólogo y la nota. Los amo. ⚡️

K I N G  #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora