XVIII.Prohibiciones.Nunca había estado tan avergonzada en mi vida.
Una vez lista me dirigí a la cocina para ayudar con el desayuno.
Lo que menos quería era verle la cara al príncipe, o a Nash, y más cuando un chupetón se asomaba en todo su esplendor sobre el cuello de mi uniforme. No había traído ni una sola gota de maquillaje, por lo tanto no tenía como taparlo, además de que el cabello siempre tenía que estar recogido.
Entré a la cocina donde todo transcurría normalmente, Amelia me pidió que picara fruta y eso fue lo que me mantuve haciendo.
-¡Buenos y maravillosos días! -El Duque Nolan entró a la cocina luciendo contento.
Nunca había visto a alguien aparecerse antes de que el desayuno estuviera listo, ni mucho menos saludar con tanta amabilidad a la servidumbre, quizá él era diferente.
El duque jaló una silla colocándola frente a la barra, tomó una de las frutas y comenzó a picarlas.
Pareció sentir mi mirada, pues levantó la suya ofreciendo una sonrisa. -Me gusta ayudar, me molesta sentirme inútil. -Explicó.
-¿Alguna vez te has detenido a pensar que te sientes inútil porque en realidad lo eres? -El príncipe Sean apareció también en la cocina.
Traté de ignóralo lo más que pude.
Después de que ambos tranquilizáramos nuestras respiraciones agitadas, empujé al príncipe sin ejercer demasiada fuerza, sin mirarlo me volví a poner mi short y abotoné mi blusa, y sin decir absolutamente nada, salí del despacho sin mirar atrás. El arrepentimiento me golpeó de lleno mientras me daba un baño. Había cometido un error.
-¿Alguna vez te has detenido a pensar que eres un imbécil? -El rubio contraatacó.
-Da gracias a tu Dios que ando de muy buen humor, demasiado como para dejar pasar que me hayas llamado de esa manera. -Lo escuché contestar.
Esto era tan humillante.
-Aún sigo sin entender cómo es que somos amigos.
-Porque me amas, rubio oxigenado. -Nolan se carcajeó.
Nunca antes había visto al príncipe de esa manera, conviviendo con otras personas y actuar normal. Al menos con ellos.
-¡Cariño! -Nash apareció también en la cocina.
¿En qué momento todos se habían juntado? Solo faltaba Lucas.
No quería enfrentarlo, pues eso significaba que vería la marca en mi cuello.
-Príncipe Nash. -Contesté sin mirarlo.
-¿Podrías pasarme el tazón de fruta, Thea? -Escuché al Duque Nolan pedirme.
Maldecía en mi cabeza. Sin más opción lo tomé y me giré enfrentando a los tres.
-Gracias, Thea. -Agradeció Nolan.
El príncipe Sean formó una sonrisa de lado, el ceño de Nash se encontró fruncido cuando nuestras miradas se toparon, en su rostro se plasmó algo que no logré reconocer cuando percibió la marca en mi cuello, mientras que el Duque Nolan se encontraba comiendo fruta totalmente ajeno a la situación.
-Tengo que regresar a Netherlands. -Soltó Nash de repente.
-¿Tan pronto? -Preguntó Lucas apareciendo en la escena.
-Si, hay un problema que necesito resolver. -Respondió vagamente. -Nos vemos después.
Esta vez no se despidió de mí, ni siquiera me dirigió una última mirada. Esta vez no hubo una promesa.
Sentí que lo había perdido.
⚔️⚜️⚔️
Por la tarde, el duque Nolan había ido a jugar golf, arrastrando con él a Lucas. Por otro lado el príncipe Sean había dicho que estaría haciendo ejercicio.
Pasó aproximadamente una hora antes de que Enzo apareciera en la cocina diciendo que el príncipe solicitaba mi presencia. Dejé salir un suspiro, aquí vamos de nuevo.
Bajé las escaleras llegando a una especie de ático que había sido equipado con máquinas para hacer ejercicio, era como un gimnasio privado.
Observé al príncipe levantando pesas, el sudor le recorría desde su frente hasta su torso descubierto.
-¿Su majestad? -Llamé su atención acercándome.
El príncipe dejó las pesas en el suelo, tomó un trapo y secó el sudor de su rostro.
-Prepara tus cosas, en una hora regresaremos al castillo. -Dijo tomando una botella de agua entre sus manos. -Puedes retirarte.
Asentí haciendo una reverencia y salí con dirección a la habitación que estaba ocupando.
Guardé con calma las pocas cosas que había traído conmigo, cuando terminé cambié mi uniforme por ropa más cómoda, el camino de regreso al castillo sería largo.
Me senté en el borde de la cama, los recuerdos de lo que había hecho con el príncipe invadieron mi mente, sostuve mi cabeza con ambas manos, ¿en que momento todo se me fue de control? ¿Por qué lo había permitido con tanta facilidad?
Esa decisión me iba a perseguir por el resto de mi existencia, un error que jamás podría corregir.
La puerta de la recámara se abrió abruptamente logrando que me sobresaltara y me pusiera de pie.
El príncipe Sean cerró la puerta detrás de él, no entendía que estaba pasando.
-Su majestad, ¿qué está haciendo aquí? -Pregunté observándolo.
-¿Qué? ¿Acaso Nash puede entrar a tu habitación como si nada pero yo no? Déjame recordarte que yo soy tu futuro rey, y puedo estar donde me plazca. -Respondió seco a lo que bajé mi vista a los pies.
Hubo un breve silencio, solo quería que dijera lo que tuviera que decir y que se fuera. No podía estar ante su presencia sin sentirme expuesta. Y más cuando nos encontrábamos a solas.
-Vamos a regresar al castillo. -Comenzó a hablar. -Y para cuando mi padre regrese quiero que le dupliques la porción del líquido en su desayuno, ¿entendido?
-Si, su alteza. -Respondí.
Otra acción que me condenaría.
-También necesito aclararte que tienes prohibido hablar con alguien sobre lo qué pasó en el escritorio del despacho. -Mis mejillas ardieron, no tenía que ser tan específico respecto al lugar. -Pero sobre todo tienes estrictamente prohibido permitir que alguien más te toque, no estaba jugando Thea, yo soy el único que puede tocarte de esa manera.
Me quedé estática, observando como el príncipe se posicionó frente a mi.
Su mano derecha fue a mi barbilla, ejerció presión en esta obligándome a que levantase la mirada encontrándome con esos fríos ojos que no lograban transmitir algo en este instante.
-De ahora en adelante solo podrás obtener placer de mi, de nadie más. Tus orgasmos solo deberán ser provocados por mi, y tus gemidos llevarán únicamente mi nombre. -Su dedo pulgar acarició brevemente mi labio inferior. -A mi nunca me enseñaron a compartir, Thea.
Hola, hola. ¡FELIZ NAVIDAD ATRASADA! ¿Este capítulo cuenta como regalo? Gracias por leer, votar y comentar. Ustedes son el mejor regalo, los amo. ⚡️

ESTÁS LEYENDO
K I N G #1
Fanfiction"Tu peor error sería dejarte engañar por esa carita de ángel, el futuro rey no es más que la pura maldad andante. Dios tenga piedad de nosotros, los simples mortales." |PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "KING"| |Disponible en Físico.|