XXIX (2)

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XXIX. El Beso.



Sus labios se posaron en los míos, no era un beso tierno o delicado, era uno firme, el tipo de beso que podría dejar sin aliento a cualquiera.

Sentí su lengua abrirse paso entre mis labios y cedí, de repente lo único en lo que podía pensar era en lo bien que se sentía, los pensamientos coherentes sobre querer alejarlo desaparecieron y en su lugar coloqué una mano en su nuca atrayéndolo más a mi mientras que la otra la pase sobre su cabello despeinándolo, lo sentí sonreír ante la acción.

Disfruté de sus labios sobre los míos un poco más antes de que se separara, estos lucían un poco más rojos e hinchados.

-No voy a hacer nada que no quieras. -Dijo y tragué con dificultad.

Observé cómo llevó ambas manos al elástico de mi short para tirar de este llevándose en el proceso mi ropa interior.

Mi corazón parecía querer salirse de mi pecho, una vez más me sentía expuesta ante el príncipe.

El heredero de Dinamarca sonrió de lado con malicia para posteriormente volver a besarme por apenas unos breves segundos antes de comenzar a bajar por mi cuello, el problema fue que no se detuvo.

Supe de inmediato sus intenciones cuando su rostro quedó entre mis piernas.

Las siguientes acciones no puedo describirlas.

Lo único de lo que era consiente era de mis manos aferrándose a las sábanas de mi cama mientras que mi espalda se arqueaba en busca de más.

Lo que sea que el príncipe estuviera haciendo con su lengua me tenía emitiendo sonidos, mordí mi labio inferior tratando de callarlos pero me era imposible permanecer en silencio por más de cinco segundos.

Llegó a un punto en el que sentía que no podría soportar más, pero al mismo tiempo quería que no se detuviera, pasé una mano enredándola en su cabello mientras que al mismo tiempo elevaba mis caderas en busca de un contacto más profundo, y su lengua, maldición, su lengua pareció haber tocado un punto exacto, y de repente se detuvo.

-Aún no. -Habló separándose de mi.

Observé como se puso de pie y en un par de segundos removió toda su ropa dejando su erección a la vista.

Avergonzada aparté la mirada, mi respiración continuaba siendo irregular y traté de concentrarme en regularla, pero no pude, no cuando el príncipe regresó a la cama quedando sobre mi, mi respiración se volvió aún más inestable cuando su miembro rozó con mi parte intima.

Cerré los ojos de golpe, su hombría era enorme, dudaba que siquiera pudiera entrar sin desgarrarme del dolor, estaba segura que iba a ser más doloroso que placentero. No quería hacerlo.

-No lo haré. -Dijo como si hubiera leído mis pensamientos, su boca se acercó a mi cuello y lo besó durante unos instantes como si buscara relajarme antes de hablar contra mi oído. -Hay otras maneras de darte placer.

Y ante sus palabras sentí como su mano se colaba entre nuestros cuerpos deslizándose hasta que introdujo de golpe uno de sus dedos arrancando de mis labios un sonoro gemido. Movió su dedo en mi interior con bruteza, sacándolo y metiéndolo sin ningún tipo de cuidado.

Mis manos comenzaron a vagar por su pecho hasta que llegué a su espalda acariciándola antes de aferrarme a ella en busca de más contacto, Dios, estaba desesperada, y los movimientos de su pelvis chocando contra la mía solo empeoraban la situación.

-Quiero que repitas lo del... despacho. -Ordenó con su voz entrecortada.

El príncipe se colocó en una posición de manera que mis manos tuvieran pleno acceso a su miembro y en seguida enrollé mis dedos en este moviéndolos de adelante hacia atrás tal y como él me había mostrado.

Gimió contra mi cuello introduciendo un segundo dedo, el placer que sentía en ese instante era indescriptible, sin pensarlo ya me encontraba besando su cuello, dando pequeños mordiscos en su piel mientras lo sentía estremecerse.

Sus movimientos comenzaron a hacerse más rápidos y por inercia yo aceleré los míos.

Estaba segura que lo único que se podía escuchar en la habitación eran nuestros gemidos y agitadas respiraciones.

-Vamos Thea, quiero volverte a escuchar gemir mi nombre.

Ya no podía soportarlo más, y sus palabras solo empeoraron la situación.

Obtuve un orgasmo gimiendo su nombre, pese a que me sentía extasiada continúe mis movimientos sobre el príncipe quién sacó sus dedos de mi interior para posar ambas manos en mis caderas aferrándose con fuerza. Enterró su cara entre la curva de mi cuello gimiendo con más frecuencia, lo sentí tensarse y sin más se vino salpicando de su sustancia mi vientre.

Ambos respirábamos con dificultad, su agitada respiración chocaba contra mi piel causando una sensación de cosquilleo, sin detenerme a pensarlo comencé a acariciar su espalda por un par de segundos antes de que el príncipe comenzara a esparcir besos en mi cuello.

Dejé salir un suspiro cansado, el heredero se alejó lo suficiente para que sus ojos volvieran a estar a la altura de los míos y por segunda vez en la noche me besó.

-Ve a limpiarte. -Ordenó saliendo de encima de mi.

Sin darle otra mirada me puse rápidamente de pie recogiendo mi ropa del suelo y corrí hasta el baño de mi habitación.

Me di un rápido baño, lo único que quería era remover su contenido de mi vientre.

Cuando terminé volví a colocar mi pijama y salí creyendo que para entonces el príncipe ya se habría marchado, pero me había equivocado. El heredero aún continuaba ahí desnudo sosteniendo su ropa en la mano izquierda, esperó a que yo saliera para meterse al baño.

Miré la cama frente a mi, era un desorden, volví a suspirar cayendo en cuenta en lo que había acabado de pasar, no quería pensar mucho en el asunto porque no acabaría en nada bueno, en su lugar decidí volverme a acostar, estaba agotada.

En cuanto me meto entre las sábanas la puerta del baño se abrió mostrando al príncipe vistiendo únicamente su pantalón de dormir, supuse que se iría pero por lo contrario se dirigió a apagar la luz de la lámpara que continuaba encendida antes de regresar a la cama.

Mis párpados se sentían pesados y lo último que recuerdo es al futuro rey de Dinamarca acostarse a mi lado.


Hola, hola. Ya tenemos VIP para el infierno. Sobre este capítulo solo tengo algo que decir: el príncipe no hace las cosas solo por hacerlas. Pueden tomar eso como quieran, cada quien puede sacar sus propias conclusiones. Estoy actualizando seguido, ya hasta tengo el siguiente capítulo terminado. Gracias por leer, votar y comentar. Los amo. ⚡️

K I N G  #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora