XLI

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XLI. Profanado.






Luego de un rato el príncipe decide quitarse de encima mío para así quedar sentado en una de las orillas del mueble, decido imitar su acción buscando en el proceso mi ropa interior.

Me levanto con brusquedad y esa es una mala idea, pues el dolor en mi parte intima hace que me queje.

-Quédate sentada. -El príncipe dice mientras observo cómo se pone sus bóxers.

Vistiendo esa única prenda el heredero se para y recoge mi ropa, se vuelve a acercar a mi y pone la ropa a mi lado sobre el mueble.

Toma mis bragas antes de hincarse frente a mi, deja un corto beso en el interior de mi muslo y sin más procede a ponerme la ropa interior con mi ayuda. Cuando estas están en su lugar el príncipe se vuelve a poner de pie, extiende su mano hacia mi ayudándome a pararme, se inclina ligeramente hacia el sofá tomando mi sostén.

Sé que puedo vestirme yo sola, sin embargo dejo que el príncipe lo haga. Me gira quedando mi espalda frente a él y abrocha el sostén. Procede a colocarme el vestido, hace mi cabello a un lado y besa la piel descubierta de mi espalda antes de subir el cierre del vestido.

Cuando finalmente me encuentro vestida me giro hacia él.

-Nunca pensé que iba a disfrutar tanto vestirte. -Dice dando una sonrisa ladeada.

Se aleja para tomar el resto de su ropa y observo cómo se viste con rapidez, vuelve a levantar su mirada, pero esta vez no me mira a mi, su atención está centrada en algo a mis espaldas. Sigo su mirada y siento como mi rostro arde, una mancha de sangre se encuentra en todo su esplendor sobre el mueble blanco.

-Lo siento, su majestad. -Digo sintiendo el impulso de disculparme.

El príncipe Sean sonrió abiertamente, no entendía del todo su reacción.

Vuelve a acercarse a mi tomándome de la cintura, sus labios atrapan los míos en un beso agresivo, tan característico de él.

-He profanado algo puro, Thea, y estoy bien con eso.

Lo miro aún sintiéndome avergonzada, y el príncipe resopla. -No te preocupes, en unas horas lo mando a tirar, ¿contenta? -Dice y puedo percibir un poco de molestia en su voz.

Para evitar cualquier futuro enojo de su parte lo vuelvo a besar, antes de que nos separemos atrapa mi labio inferior entre sus dientes.

-Es hora de que regreses a tu habitación. -Dice y asiento.

Comienzo a caminar hacia la salida y cada paso que doy duele más que el anterior.

-Espera. -Dice a mis espaldas.

Me volteo hacia él y observo que hace una mueca rara, como si estuviera debatiéndose algo en su mente.

Finalmente da pasos largos hasta mi, se inclina pasando una de sus manos por detrás de mis rodillas y la otra por mi espalda, me carga y paso mis manos por su cuello. Tal parece que el príncipe estaba lleno de sorpresas.

No camina hasta la puerta, en su lugar lo hace hacia una de las estatuas de la habitación, me pone en el suelo por apenas un instante y lo siguiente que se es que una puerta se abre frente a nosotros.

Me quedo sorprendida, no esperaba eso. El heredero vuelve a cargarme y se adentra en aquel pasillo oscuro, apenas una tenue luz lo alumbra, y por lo poco que puedo ver luce como si no hubiese sido usado en años. Esta todo sucio y lleno de telarañas, al igual que las paredes lucen daños debido al tiempo.

Conforme seguimos avanzando me doy cuenta qué hay diferentes caminos, y el príncipe parece dudar por un momento.

-Hace años que no usaba estos pasadizos. -Dice, y lo puedo notar.

Finalmente se decide por un camino, solo ruego que no vayamos a terminar perdidos.

Llegamos a lo que parece ser un final sin salida, pero descubrí que no es así cuando el príncipe menea algo y una parte de la pared se abre, cuando salimos me doy cuenta que llegamos al pasillo donde se encuentra mi habitación.

-Nunca se te ocurra usar estos pasillos, vas a terminar perdiéndote. -Advierte, y la verdad es que ni siquiera se me había ocurrido esa idea.

El príncipe continúa avanzando conmigo entre sus brazos hasta que llegamos a la puerta de mi habitación.

Me pone en el suelo antes de que me adentre en mi recámara, me giro para agradecerle, pero el príncipe ya no está ahí, lo único que veo es su espalda mientras se aleja.






⚔️⚜️⚔️








A la mañana siguiente me despierto maldiciendo, la realidad me golpea, y si bien no diré que me arrepiento, maldigo al recordar que no habíamos usado protección.

Aún no me podía creer del todo lo que había pasado, la sensación era abrumadora.

Me pongo de pie para darme un baño, y me alegro en cuanto noto que el dolor ha disminuido.

Cuando me encuentro lista y estoy por salir unos golpes en la puerta me sobresaltan.

-¿Señorita Thea? -Escucho la voz de Enzo.

Abro la puerta encontrándome con él, su rostro es igual de serio a como todos los días.

-El príncipe me ha mandado a decirle que desayune lo más rápido posible y que cuando termine vaya a buscarlo a su despacho, no es necesario que le lleve el desayuno. -Dice y asiento, para que sin más Enzo se retire.

Hago lo que me dice, ni siquiera disfruto bien la comida porque estoy pensando en el príncipe y lo que probablemente se le ofrece.

Después de lavarme los dientes me dirijo a su despacho, golpeó una vez la puerta antes de que escuche su voz diciendo que pase.

Entro y no sólo me encuentro con el príncipe, hay otro hombre vistiendo una bata blanca con un maletín a su lado.

-Thea, este es mi doctor de confianza. -Dice, y el hombre de avanzada edad mueve su cabeza en forma de saludo. -Toma asiento. -Pide y lo hago.

Los siguientes minutos consisten en el doctor hablando sobre la "pastilla del día siguiente" y sobre el buen uso del control de natalidad.

Cuando finalmente termina de explicar sobre cómo usarlos correctamente se va dejándome "la pastilla del día siguiente" y otra caja de pastillas que me impedirán quedar embarazada.

El príncipe le pasa seguro a la puerta en cuanto el doctor sale, lo miro acercarse a una jarra de agua y vierte el líquido dentro de un vaso de cristal, llega quedando parado junto a donde me encuentro sentada y extiende el vaso hacia mi.

-Tómate la pastilla. -Ordena cuando le cojo la bebida y sin más lo hago.

Muerdo el interior de mi mejilla sintiéndome nerviosa, tomo la caja que el doctor había dejado y lo único en lo que puedo pensar es en lo que eso significa.

-Si bien necesito herederos, no pienso tenerlos hasta que me coronen rey. -Informa, aunque mi mente sigue vagando en las pastillas frente a mi.

El príncipe arrebata la caja de mis manos y las arroja de manera que caen sobre el escritorio, mi atención se centra en él y este extiende su mano para que me ponga de pie.

-Si antes me había retenido se debía a que eras virgen, pero ahora ya nada me impide tomarte cada vez que me plazca. -Dice rozando mis labios. -Y cuando te tome, quiero sentirte y que me sientas plenamente, Thea.






Hola, hola. ¿Qué? ¿Apoco se creyeron que el Chon se iba a comportar tierno y se iba a quedar a dormir con Thea abrazaditos? Pues no, eso no pasa aquí xdxd. Ahora sí, a partir de este capítulo se viene pura cogedera xdxd. Si este no es su tipo de historia les recomiendo que se marchen xdxd. Los amo. ⚡️

K I N G  #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora