K I N G #1

XLIX

XLIX. Amable.

El príncipe coloca su mano en mi espalda baja guiándome hasta que salimos de la casona, exactamente al área donde se encuentra la piscina.

Noto como la ropa de algunos se encuentra esparcida por el suelo, la piscina se encuentra ocupada por la mayoría, a excepción del Duque Liam y Nolan, aunque este último se encuentra quitándose la ropa para poder unirse al resto.

Cuando queda solamente en bóxer se avienta de cabeza en la parte honda de la piscina, parece un niño.

-Me imagino que no traes traje de baño. -Dice el príncipe a mi lado.

-No, su alteza. -Respondo con obviedad.

-Entonces tendremos que esperar a que todos se marchen.

Lo miro un tanto extrañada pero igual no le hago mucho caso.

El heredero vuelve a avanzar llevándome con él hasta el área donde se encontraban los muebles de la yarda, estaban bastante retirados de la piscina y contaban con menos claridad.

Se deja caer en uno de estos y me guía de manera que vuelvo a quedar sentada sobre su regazo, me acomoda de lado quedando así mi rostro a la altura del suyo, acaricia una de mis piernas mirándome sonriente.

Y debía admitir que cuando sonreía lucía totalmente diferente, casi como si el príncipe déspota y prepotente no existiera.

Me inclino para que mis labios rocen los suyos, él pasa la mano que no está acariciando mis piernas por mi nuca de manera que no tarda en intensificar el beso. Su lengua se abre paso y yo jadeo ante su contacto, paso mis manos por su cabello despeinándolo e incluso tirando un poco de este.

Cuando el beso finaliza el príncipe delinea mis labios con uno de sus dedos, sus ojos en ningún momento dejan los míos, saco mi lengua pasándola por su dedo tal y como él lo había hecho mientras nos bañábamos, espero que lo retire, pero no lo hace, sus pupilas se dilatan y comienza a meter lentamente su dedo en mi boca haciendo que lo succione.

-No sabes la cantidad de imágenes profanas que me están llegando a la mente. -Dice en cuanto saca el dedo de mi boca.

Me sonrojo, porque sé a lo que se está refiriendo.

Un camarero llega ofreciendo bebidas, el heredero toma una y yo vuelvo a declinar el alcohol, el camarero se marcha volviendo a dejarnos solos.

-¿Por qué no me encuentro trabajando, su alteza? -Pregunto en cuanto él aleja la bebida de sus labios, esa era una pregunta que había estado teniendo en cuenta desde hace ya un buen rato.

-Porque si lo estuvieras todos empezarían a mandarte, y yo solo te traje para mi, no para que estés a la disposición de otros. -Responde volviendo a beber, su mirada está totalmente centrada en la piscina. -¿Estás segura que no quieres algo de tomar?

-Lo estoy, su alteza. -Respondo.

-¿Y qué tal algo de comer? -Vuelvo a negar.

-Me encuentro bien, su majestad. -Sus ojos vuelven a posarse en los míos.

-Si bien recuerdo no has comido desde que llegamos, por favor no me vayas a decir que no estás comiendo porque tienes nauseas. -Dice totalmente serio.

-En realidad si he comido, y no, no tengo nauseas o algo parecido, su alteza.

-Yo di estrictas órdenes de que me avisaran si ibas por comida y eso nunca pasó. -Su ceño se encuentra ligeramente fruncido.

-Lo qué pasa es que el Duque Nolan me llevó la comida a la recámara. -En cuanto termino de hablar bufa antes de tensar su mandíbula.

-¿Y cómo por qué él tiene que estar haciendo eso? Ya te dije que no te quiero cerca de él. -Ahora soy yo la que bufa.

-Discúlpeme, su majestad, pero no es como que yo le pido que se acerque a mi, y si bien usted me ha dicho que no le hable no voy a hacerle la grosería a la única persona que se ha portado amable conmigo en este lugar. -Le digo poniéndome de pie.

El heredero imita mi acción, me temo que en cualquier momento va a gritarme, pero no lo hace, solo se limita a mirarme con dureza.

-Lo mismo hiciste con Nash, y ya viste lo fácil que te desechó, aquí nadie es "amable" sin dobles intenciones, y si así lo crees, entonces eres más patética de lo que ya pareces.

Aprieto mis labios en una fina línea, creo que hubiese preferido que me gritase cualquier otra cosa a decirme eso.

Pero después de todo tiene razón.

Muerdo mi labio inferior y me vuelvo a sentar, en si Nash no era el malo que se deshizo de mi sin ningún motivo, lo hizo pero yo fui la causante de todo, me lo merecía, ¿como podía esperar que siguiéramos mínimo siendo amigos después de todo lo que le había hecho? El príncipe tenía razón, era patética.

El heredero se pone de cuclillas frente a mi, ya no tiene la bebida consigo, me toma del mentón haciendo que lo mire, libero mi labio inferior saboreando el sabor metálico de la sangre, tal parece que había estado mordiendo con mucha fuerza al grado de lastimarme.

Miro detenidamente al príncipe, yo ya había tomado una decisión y no podía ir por la vida haciéndome la sufrida al respecto, tenía que aprender a vivir con mis elecciones.

Junto sus labios con los míos, al principio tarda en responder pero eventualmente lo hace, sabe a un poco de alcohol, pero estoy bien con eso, tenía que estarlo.

Luego de unos instantes nos volvemos a poner de pie y regresamos a la piscina, me percato de que esta ya se encuentra vacía, tal parece que ya todos habían decido marcharse a sus habitaciones.

-Espera aquí un momento. -El heredero me pide y asiento.

Lo sigo con la mirada hasta que desaparece de mi campo de visión en cuanto se mete a la casona, me giro para centrar mi mirada en el agua, es totalmente transparente, algunos destellos de luz se reflejan en esta, ciertamente luce apetecible en esta noche de verano.

Siento como unos brazos me rodean desde atrás y la colonia del príncipe me invade, deja un par de besos en mi cuello antes de que me giré entre sus brazos.

-Es hora de que te quites el vestido, Thea.

Hola, hola. ¿KE? ¿Acaso actualicé 3 VECES en un día? ¿Apoco no soy la mejor? Es más, si buscan la definición de amor verdadero encontrarán: CrazyyWriterr actualizando más de lo que debería. Yo ya no sé qué pensar de la historia. Djsns. Los amo. ⚡️