K I N G #1

LI

LI. Riesgos.

Abro los ojos con lentitud tratando de acostumbrarme a la luz que se filtra a través de la pequeña ventana.

Con extrema pereza bostezo antes de enfocar mi visión al reloj sobre la mesita de noche, me sorprendo al ver que este marca las once de la mañana.

Opto por ponerme de pie casi de inmediato, busco en mi ropa limpia unos jeans junto a una blusa polo negra antes de darme un baño lo más rápido que puedo.

Una vez que me encuentro cambiada no me molesto en secar mi cabello y lo ato sin más.

Salgo de la habitación topándome al instante con el príncipe Sean, tal parece que venía a buscarme.

-Su majestad. -Digo en forma de saludo.

Mis ojos hacen un repaso sobre él y me sorprendo al notar que no está vistiendo un traje como de costumbre, en su lugar viste unos shorts deportivos junto a una simple playera negra.

-Hasta que te dignas a dejar la cama, esta es la tercera vez que vengo a buscarte. -Una pequeña sonrisa baila entre sus labios al momento que se cruza de brazos, estos lucen lo bien trabajados que están.

-Lo siento, creo que terminé más agotada de lo que pensaba. -Ante mis palabras su sonrisa se hace amplia, luce arrogante, ahora entendía que solo había alimentado su ego.

Sus brazos vuelven a caer a sus costados, se acerca a mi antes de inclinar su rostro hacia el mío y juntar por apenas un segundo nuestros labios.

Dejo salir el aire en el momento que se aleja. -Tienes que desayunar, ¿te apetece hacerlo en el comedor o en el jardín? -Su propuesta me toma por sorpresa, pero me limito a negar una sola vez.

-Si no le importa, su majestad, me gustaría desayunar donde los empleados lo hacen. -Respondo y el buen humor que transmitía desaparece, su rostro se pone serio y su cuerpo se tensa.

-Has lo que quieras. -Farfulla y sin decir alguna otra cosa se aleja dejándome sola en el pasillo.

Suspiro en derrota antes de obligarme a caminar con prisa detrás de él, cuando finalmente lo alcanzo tomo su mano logrando que note mi presencia y se detenga.

Me mira con irritación, esperando a que yo diga lo que tenga que decir para después poder irse, aún me encuentro sosteniendo su mano, así que la acomodo de manera que entrelazo nuestros dedos, su atención se pasa a este gesto antes de deshacerlo y sus ojos vuelven a posarse en mi de manera intensa.

Pienso muy bien lo que voy a decir, porque de esto depende que el príncipe se tranquilice o se enfade aún más, pero es como si no pudiese hallar las palabras adecuadas, así que opto por hacer lo que últimamente me salvaba de este tipo de situaciones.

Paso mis manos alrededor de su cuello y lo beso.

Tan fácil y sencillo como eso, pero como es de esperarse no soy yo la que maneja la situación, el príncipe no tarda en proclamar que el que posee el control aquí, es él.

No se demora mucho en estamparme contra la pared más cercana, sus manos aprietan mi trasero con fuerza haciendo que un quejido brote de mis labios, aprovecha esta acción e introduce su lengua.

Jadeo al sentir como la temperatura sube entre nosotros, sin embargo no pasa a más.

Deja de besarme y noto nuestras respiraciones inestables, su boca se encuentra entreabierta, sus labios han adquirido un color rojizo y lucen ligeramente hinchados debido a la presión que ponía en estos.

-No puedes besarme cada vez que estoy molesto contigo, corres muchos riesgos, Thea.

-¿Qué tipo de riesgos? -Pregunto interesada en lo que tiene que decir.

-Corres el riesgo de que llegue el día en el que no funcione, y te advierto, lo que vendrá después... simplemente no habrá nada ni nadie que pueda salvarte, así que piensa bien tus acciones y medita bien lo que dices.

Y el tono de su voz me hizo temblar, era más que una advertencia, era una promesa.

⚔️⚜️⚔️

El Duque Nolan no deja de alegar que no existe nadie mejor que él a lo que jugar golf se respecta.

El príncipe Zahir le dice que es un deporte aburrido sin gracia alguna, y que en si prefiere el box.

-Yo no le encuentro sentido ver a dos tipos tirarse golpes, simplemente no lo tiene. -El irlandés dice prosiguiendo a llevarse el tarro de cerveza a su boca.

-El boxeo es entretenido, en cambio el golf... -Hace una pequeña pausa como si estuviese pensando en las palabras correctas. -El golf no es mi estilo.

El príncipe Sean mira a ambos como si fuesen los seres más ignorantes que ha conocido, rueda los ojos antes de notar que me encuentro observándolo.

Nos encontrábamos en el jardín después de haber desayunado, al parecer no era la única que se había despertado tarde.

El príncipe Sean mueve su asiento de manera que queda pegado al mío, posa su mano en mi y miro como empieza a trazar figuras sin sentido sobre la tela de mis jeans mientras que se une a la conversación de los demás, esta vez estaban hablando de libros, un tema en el que el heredero estaba claramente interesado.

Hablan de libros famosos hasta libros que pocos conocen, tal es el caso de un autor de apellido Buckhøj, la verdad es que nunca he sido muy amante de la literatura, si bien he leído algunos por gusto, no me consideraba fanática a leer, en si, yo siempre me he inclinado más por la pintura.

-Romeo y Julieta es una aberración, por más que Shakespeare sea considerado un genio de la literatura no deja de convencerme, simplemente no entiendo toda esa polémica detrás de dos adolescentes que no tienen la menor idea de lo que hacen, es repugnante, y peor aún, mueren por una estupidez. -El príncipe Sean da su punto de vista en cuanto ese libro sale en el tema.

-¿Por una estupidez? -El Duque Ashton pregunta, queriendo que Sean se explique.

-Si, mueren por su supuesto amor verdadero, en mi opinión no puede haber un final para los personajes más patético.

-¿Quién fue la perra que te rompió el corazón, bebe? -Lucas le pregunta con burla.

El príncipe Sean se ríe, pero siento claramente cómo se tensa.

Hola, hola. Aquí vienen mis disculpas;
No he actualizado porque como algunos ya saben sufro de muchas inseguridades -por decirlo así-. Un día puedo pensar que mi historia es la mejor y al siguiente siento que es basura. Estaba empezando a dudar, incluso estuve por volverla a eliminar, pero T me aconsejó que en su lugar dejara de escribirla y me concentrara en otras cosas, y así lo hice durante varios días. Me harté de estar actualizando a diario, y aún así sentir que no era suficiente. Dejé KING de lado y me enfoqué en otras historias. Perdón, porque sé que ustedes no tienen que soportar a una escritora insegura, y que puede llegar a ser fastidioso. Realmente lo siento. Los amo. ⚡️