XXXVIII

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XXXVIII. El Permiso.







Tomo el brazalete y lo guardo dentro de la cajita.

Lo que menos quería era que alguien lo notara, en especial el príncipe Sean, si bien me ha estado ignorando, no quería darle algún motivo para que la situación cambiara.




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Nash se había marchado hace ya tres días, y con eso el castillo había vuelto a sentirse sombrío. Encontraba increíble como una persona puede cambiar el ambiente de un lugar.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina para así poder desayunar y consecutivamente iniciar con mis labores en el castillo.

En cuanto entro Sky ya se encuentra ahí, forma una enorme sonrisa como saludo y le sonrió de vuelta.

-¡Mañana es tu cumpleaños! -La rubia aplaude en cuanto me paro junto a ella, luce más emocionada que yo. -¿Que se siente saber que este es tu último día con diecisiete años?

¿Qué se sentía? Se sentía como cualquier otro común y corriente día.

-No es nada especial, Sky. -Digo respondiéndole, a lo que ella se lleva una mano al pecho dramáticamente, como si mis palabras la hubieran ofendido.

-Fingiré que no dijiste eso, ahora sí, tenemos que empezar a planear tu fiesta. -Anuncia y mi ceño se frunce.

-Nada de fiestas. -Digo, más que nada porque no puedo dejar el castillo.

-Ahí si te equivocas, es tradición en el castillo que cada vez que alguien cumpla años se haga una pequeña celebración entre los empleados.

-¿Entonces por qué yo nunca he visto una fiesta aquí? -Sky rueda los ojos.

-Porque la mayoría prefiere irse a celebrar con su familia fuera del castillo, y por lo que sé tú no piensas ir con tus padres. -Aclara.

-¿Y el rey está de acuerdo con que se hagan fiestas aquí? -La rubia bufa, como si estuviese cansada de las tantas preguntas que formulo.

-El mismo rey ha dado su consentimiento, incluso permite que usemos del alcohol qué hay en el castillo, todo corre por su cuenta, siempre y cuando nada se salga de control, en si tiene que ser algo tranquilo, ¿pero que más da? ¡Es alcohol gratis!

No le creo mucho a Sky, así que me giro hacia mi nana para colaborar la información, ella asiente dándome a entender que es verdad.

-Sería bueno que te distrajeras un poco. -Dice mi nana, y quizá tenía razón.

-¿Entonces si estás de acuerdo? -Pregunta Sky con ilusión.

-Si. -Respondo encogiéndome de hombros.

-No se diga más, lo bueno es que tu cumpleaños cayó en un día sábado. -Habla con la misma emoción. -Por cierto, mañana te quiero con vestido, nada de uniforme o pantalones.

-¿No crees que estás exagerando? No pienso que sea necesario arreglarme solo para que tú y mi nana me vean. -Digo, aunque la verdadera razón es que para ponerme un vestido tengo que pedirle permiso al príncipe.

Sky se pone de pie y me toma del brazo arrastrándome fuera de la cocina.

-Mira Thea, mañana te vas a poner el vestido que se te pegue la gana, y si al estirado del príncipe no le gusta que no te mire y ya. -Dice, y la manera en lo que lo dice hace que todo suene demasiado fácil.

Pero yo sabía que con el príncipe Sean nada era tan simple.







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Cuando llega la hora de la cena el príncipe solo pide que se le sea llevado té.

Llego a su alcoba sosteniendo la bandeja plateada, golpeo la puerta y en el momento que escucho un "adelante" procedo a entrar cerrando la puerta a mi paso.

El príncipe se encuentra parado junto a la orilla de su cama desabrochando los botones de su camisa deshaciéndose de esta.

-Deja el té donde siempre y retírate. -Ordena sin siquiera mirarme.

Hago lo que me dice, a excepción de lo último. El príncipe pasa de largo de mi con dirección a la puerta de su baño, es entonces cuando encuentro el valor de hablar.

-¿Su majestad? -Llamo antes de que desaparezca.

El príncipe se gira hacia mi enarcando una de sus cejas, claramente no esperaba que le fuera a hablar.

-Si es para decirme algo sobre tu cumpleaños ahórratelo, no me interesa, sabes que no puedes dejar el castillo bajo ningún motivo. -Dice y no sé que me sorprende más, el desagrado en su voz o el hecho de que sepa sobre mi cumpleaños.

-No es eso, quería pedir permiso sobre algo más, su alteza. -Contesto observando cómo se cruza de brazos sobre su pecho desnudo. Me sonrojo, no era un buen momento para mirar su torso al descubierto.

-¿Entonces? -Pregunta manteniendo la misma postura.

-Mañana celebraré mi cumpleaños aquí en el castillo...

-¿Y me estás pidiendo permiso para hacerlo? -Habla interrumpiéndome. -Mi padre ha dado su consentimiento para ese tipo de cosas, y en lo que a mí respecta no podría importarme menos lo que los empleados hagan.

-En realidad quería pedirle permiso para usar un vestido, su alteza.

El heredero luce un tanto sorprendido, y de todas las reacciones que esperé de él, una sonrisa no estaba entre estas.

Lleva una de sus manos a su barbilla mientras continúa sonriendo.

-¿Ves lo fácil que es obedecerme? Esto es lo que deberías hacer siempre, si quieres usar un vestido vienes y me pides permiso, así de simple. -El príncipe comienza a caminar hasta que queda parado frente a mi, muerdo mi labio inferior con nerviosismo.

-¿Entonces si puedo usarlo? -Pregunto en apenas un hilo de voz.

El heredero me toma del mentón haciendo que lo mire, aún posee esa sonrisa juguetona en sus labios.

-Si bien te prefiero sin ropa, mañana puedes usar lo que quieras. -Dice y siento como sus labios rozan con los míos.

La mano que sostenía mi mentón baja hasta mi cintura donde la rodea apegándome a él.

Sus labios finalmente hacen contacto con los míos, y el hecho de que me encontrara disfrutándolo solo lograba que me sintiera mal sobre mí misma, pero no podía evitarlo, había algo adictivo en el príncipe Sean, algo que me hacía querer más de él, aun cuando no fuese correcto.

Cuando se separa de mi, nuestras respiraciones son un tanto irregulares, sus labios lucen más rojos y un poco hinchados, lucían tentativos.

-Solo tengo una condición, Thea. -Habla aún a escasa distancia de mi rostro. -Cuando termine tu celebración, quiero que vayas al cuarto blanco, te voy a estar esperando.




Hola, hola. Les dije que me tuvieran paciencia, y aquí me tienen con Shawn de regreso. En el siguiente capítulo aclararé que es el cuarto blanco. Gracias por leer, votar y comentar. Los amo. ⚡️
(Si estar actualizando diario no es amor, entonces no sé que es.)

K I N G  #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora