VIII. Hermana.Corrí hasta el baño más cercano, cerré la puerta detrás de mi pasándole el seguro.
Miré la imagen que el espejo me ofrecía, un color rojizo se expandía en mi mejilla donde el príncipe había ejercido presión, abrí la llave para así poder lavar mi rostro, el agua fría se sintió bien contra mi piel maltratada.
No había pasado ni una semana desde la llegada del heredero y ya sentía que el castillo se había convertido en un infierno.
Tomando valor suspiré profundamente preparándome para salir y tratar de olvidar la pesadilla que había vivido, que estaba viendo. Abrí la puerta del baño topándome con la figura de Sky quién me miraba con preocupación.
-He escuchado los gritos, ¿estás bien? -Mordí mi labio inferior al momento que asentí.
-Estoy bien. -Respondí ante su rostro angustiado.
-¿Segura? ¿No te hizo daño?
-Nada que no pueda soportar. -Respondí queriendo no hablar de eso. -No le digas nada a mi nana, por favor. -Pedí, a lo que ella asintió mostrándose no muy convencida.
-De acuerdo, pero si en verdad no quieres que se entere tienes que cubrir esas mejillas rojas, claramente ese color rojizo no luce normal. -Hizo una breve pausa. -Ven, voy a aplicar un poco de maquillaje en tu rostro.
-Gracias. -Dije.
-No tienes nada que agradecer, para eso están las amigas.
Creo que fue en ese momento cuando una verdadera amistad se creo entre nosotras.
17 Años Atrás
El príncipe no estaba muy contento ante el hecho de que no lo dejaran estar con su madre, la reina de Dinamarca.
Sus labios se habían formado en un adorable puchero tratando de convencer a Ofelia para que le permitiese entrar a la habitación donde se encontraba su mami.
-Lo siento, pero no puedo dejarlo ir, pequeño príncipe. -Ofelia le dijo dulcemente al futuro rey.
-¿Por qué no? -Preguntó el príncipe Sean aún con su tierno puchero.
-Porque tu hermanita está por llegar. -Respondió la cocinera del castillo.
La reina se encontraba en labor de parto, estaba a punto de dar a luz a la futura princesa de Dinamarca.
El castillo entero esperaba con impaciencia y alegría por la pequeña que pronto llegaría a este mundo. Sin embargo el pequeño príncipe no estaba muy entusiasmado ante la idea, y no era porque se sintiese celoso -no le había dado muchas vueltas al asunto de que tendría una pequeña hermana-, en realidad lo único que le desagradaba al heredero era no poder estar con su madre.
-¡Pero yo quiero ver a mi mama, mi hermana puede esperar! -Ofelia se rió ante las palabras del príncipe no pudiendo evitar pensar en lo dulce y tierno que era ese niño.
-¿Que te parece si vamos a la cocina para darte una rebana del pastel de chocolate que he hecho especialmente para ti? -Preguntó.
Los ojos de Sean se iluminaron ante tan tentadora y deliciosa oferta, se tomó unos segundos pensando en su respuesta para al final decidir que su mama no iría a ningún lado.
-Bien, pero después quiero ver a mi mama. -Respondió.
-De acuerdo. -Aceptó Ofelia, al menos no seguiría insistiendo en los próximos minutos.
...
"¡Ha nacido la princesa!" Se oyó gritar una y otra vez.
El castillo entero se regocijó ante las buenas nuevas, el nacimiento de la pequeña había llenado el lugar de felicidad.
Unos instantes después el rey había aparecido en la cocina buscando por su primogénito, lo encontró sentado comiendo la que sería su segunda rebanada de pastel.
-¡Papá! -Le gritó el príncipe al verlo extendiendo sus brazos hacia él.
El rey sonrió acercándose a su hijo para así cargarlo y plantarle un beso en su frente. -Vamos con mamá, hay alguien que debes conocer.
El pequeño asintió más emocionado ante lo primero que le había mencionado.
Cuando por fin llegaron a la habitación donde se encontraba su madre, el príncipe bajó de los brazos del rey para correr hasta su madre quién se encontraba recostada en la cama, sosteniendo un pequeño bulto sobre su regazo.
-¡Mamá! No me dejaban venir a verte, por favor, diles que no vuelvan a hacer eso. -La reina sonrió y encontrándose aún cansada por el parto palmeó el lugar vacío en la cama indicándole a su hijo que subiera, y así lo hizo.
-Sean, esta es tu hermanita. -Dijo su madre mostrándole a la pequeña envuelta en una cobija color rosa pálido.
-¿Ella es mi hermana? -Preguntó sin apartar su mirada del pequeño bebé frente a él. No lo podía creer, ella era tan pequeña, ¿acaso se quedaría así para siempre?
-Si, Sean, ella es tu hermana Aaliyah. -Respondió el rey.
-Aaliyah. -Repitió acercando su mano a la diminuta mano de su hermana.
El príncipe se tensó para después relajarse al sentir como su hermana se aferró con su pequeñita mano a su dedo índice.
En ese momento se prometió que siempre cuidaría de ella.
Actualidad
Esa misma noche el príncipe salió del castillo diciendo que no llegaría hasta pasado mañana, no dijo a donde iría, y sinceramente me alegré cuando me enteré que se ausentaría, un día sin él sería como un paraíso.
Y es que el pequeño incidente que había pasado con él en la biblioteca solo me hizo temer más por mi vida, al príncipe no le importaría hacerme daño, no lo iba a pensar dos veces, las pequeñas marcas en mis mejillas son la prueba de ello.
Supe que la vida en el castillo no iba a ser fácil, con cada día que pasase sería peor, así que trataría de pasar lo más desapercibida que pudiera ante el príncipe, con la cabeza gacha, haría todo lo que él pidiese, y cuando el rey muriera le pediría que me dejase irme del castillo. Para ese entonces ya no iba a necesitarme, quizá se apiadaría de mi y me dejaría ir.
El príncipe tenía serios problemas de temperamento, y no pensaba quedarme el resto de mi vida para convertirme en su saco de boxeo, si bien los leves cortes en mi mejilla no eran la gran cosa, me aterraba más la idea de que esos simples rasguños pasasen a un golpe más grave.
Le temía al futuro rey.
(Para los que no saben en la vida real Aaliyah nació un 15 de septiembre so decidí tomar la misma fecha de su nacimiento en la historia, sin embargo lo que si cambiará será el año)
Muchas gracias por leer, votar y comentar. Los amo.⚡️

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K I N G #1
Fiksi Penggemar"Tu peor error sería dejarte engañar por esa carita de ángel, el futuro rey no es más que la pura maldad andante. Dios tenga piedad de nosotros, los simples mortales." |PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "KING"| |Disponible en Físico.|