L

68.3K 5.5K 938
                                    






L. Piscina.







El príncipe remueve su traje hasta quedar únicamente en bóxer.

-¿Por qué no te has comenzado a desvestir? -Inquiere al ver que no he movido ni un solo dedo para hacerlo.

-No me apetece hacerlo, su majestad. -Respondo con firmeza.

-Como quieras. -Bufa antes de aventarse a la alberca logrando mojarme ya que el agua ha salpicado y yo me encontraba a muy poca distancia.

Me alejo a donde las mesas buscando una servilleta, cuando la hallo remuevo lo que quedaba de el labial en mis labios, sin saber exactamente qué hacer opto por sentarme de modo que le doy la espalda al heredero.

Recargo mi barbilla sobre mi mano pensando en que ahora mismo podría estar en casa, con mi familia, probablemente jugando ajedrez con mi padre y perdiendo en cada ocasión. Los echaba mucho de menos.

Mi espalda de repente se siente mojada y gimoteo ante el príncipe abrazándome por detrás estando escurriendo de agua.

Se aleja riendo ante mis quejidos, me volteo mirándolo mal y él se limita a morderse el labio inferior tratando de reprimir una sonrisa.

Resoplo y me pongo de pie tratando de alejarme lo más posible de él, pero no doy más de dos pasos cuando el príncipe me toma del brazo haciendo que regrese hasta él.

-Quítate el vestido o te lo quitaré yo. -Dice retándome. -O mejor aún, puedo aventarte al agua así, realmente no me importa.

Lo miro indignada, sé que es capaz de hacerlo, así que sin mirarlo remuevo mis zapatos antes de quitarme el vestido quedando en únicamente ropa interior, doblo la prenda con cuidado dejándola sobre una de las mesas, cuidando que no se moje más por la culpa del príncipe.

Antes de que pueda si quiera pensar el heredero me levanta pasándome sobre su hombro, lo siguiente que sé es que me encuentro dentro del agua.

Salgo a la superficie en busca de aire, afortunadamente mi cabello se encontraba atado de lo contrario ya lo tendría pegado a mi rostro, nado a una de las orillas de la alberca hasta que mis pies tocan el suelo y el agua me llega hasta el cuello para así poder estar más tranquila, si bien sabía nadar me aterraba hacerlo, y lo último que quería era morir esta noche ahogada.

El príncipe nada hasta donde me encuentro, coloca ambos manos en mi cintura pegándome a la pared de la piscina y se inclina para besar mis labios por un corto lapso de tiempo, deja mi cintura para así poder tomar mis piernas levantándome de manera que las enredo en su cadera, el agua ahora me llega por un poco arriba del pecho y el príncipe no tarda en comenzar a besar mi cuello, hago mi cabeza a un lado de manera que le doy más accesibilidad para que continúe atacando mi piel.

El heredero eventualmente vuelve a subir a mis labios los cuales besa por unos instantes más antes de alejarse. —Se te transparenta todo Thea. —Dice con su atención puesta en mis pechos. —Fue buena idea esperar para meternos al agua, de lo contrario no habría podido soportar que alguien más te viera así. —Sus manos sueltan mis piernas por lo que mis pies vuelven a tocar el suelo.

—Yo no quería meterme, su majestad, ¿puedo salirme ahora? —Cuestiono a lo que él niega.

—¿No te gusta nadar? —Pregunta con un poco de interés, lo cual hasta cierto punto me sorprende.

—No mucho a decir verdad, temo que termine ahogándome, su alteza. —Explico y él enarca su ceja derecha.

—¿No sabes nadar bien? —Continúa con su cuestionario.

—Si sé nadar bien, pero aún así me da miedo ahogarme. —Respondo a la vez que un poco de aire corre haciendo que se me erice la piel.

El príncipe parece dejar el tema y por debajo del agua siento como busca mi mano para entrelazarla con la suya, al hacerlo comienza a avanzar de espaldas jalándome, pero me niego a seguirlo sabiendo que sólo busca llevarme a la parte honda de la piscina por lo que suelto su mano regresándome a donde estaba inicialmente.

El heredero niega riéndose regresando hasta volver a quedar parado a escasos centímetros de mi. —No le tienes miedo al agua, ni a nadar, ni siquiera le temes a ahogarte, en si, solo le temes a la parte profunda de la piscina. —Dice con total naturalidad.

—Disculpe su majestad, pero creo saber a qué es a lo que le temo, y eso es a ahogarme, no a la parte profunda. —Contesto y él se encoge de hombros.

—Yo sólo decía. —Sus manos van a mi cadera al mismo tiempo que se inclina acercando su rostro al mío, sus labios rozan los míos tentativamente, invitándome a probarlos una vez más, y yo sin fuerza de voluntad alguna termino besándolos a la vez que saco mis manos del agua para pasarlas por su cabello mojado.

El príncipe jadea apegándose más a mi y continuamos besándonos hasta que la falta de aire nos obliga a separarnos. Mi respiración es agitada y mi pulso se encuentra acelerado. Esconde su rostro en la curva de mi cuello mordiendo un poco de mi piel y yo me limito a colocar mis manos sobre sus hombros y suspirar.

—Estoy disfrutando mucho tenerte para mí solo. —Dice poniendo su rostro a la altura del mío. —No pienso compartirte Thea, absolutamente con nadie.

Sonrío con la boca cerrada, paso mi mano acariciando su mejilla y él sonríe de lado.

—Su majestad... —Empiezo pero me veo interrumpida por él.

—Puedes comenzar a llamarme por mi nombre, o al menos mientras sólo estemos tú y yo, lo que menos quiero es que se caiga la farsa que he montado frente a mi padre fingiendo interés por Sophia.

Asiento sin responder, el príncipe me besa cortamente andes de acariciar superficialmente uno de mis pechos.

—Ya es hora de que vayamos a la habitación que estoy usando, ya me urge hundirme en ti.


Hola, hola. Estuve a punto de no actualizar hasta mañana, pero luego pensé en ustedes. Los amo. ⚡️

K I N G  #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora