Mis ojos escuecen, duelen y los siento hinchados. Las mejillas se me comienzan a secar, ya que hace unos minutos que he conseguido parar mi llanto desconsolado. Sé que, por mucho que duela, no voy a conseguir arreglar nada. Casi han pasado un par de semanas y no he tenido noticias de Axel, solo sé que está en su casa sano y salvo, pero no ha querido contactar conmigo en ningún momento y yo no he querido insistirle porque también sé que él no quiere verme ni en pintura. Y me lo merezco.
Tampoco he sabido nada de Dean, si sigue trabajado en comisaría o no. Me dio un tiempo para que me mantuviera alejada de todo y no he rechistado, no era plan de empeorar las cosas más de lo que ya estaban. He preferido aguardar a que todo estuviese más calmado y a que yo me sintiese lista para poder hacer algo al respecto y arreglar de alguna forma todo el mal que he hecho sin quererlo.
En cuanto al asesinato de Charlie, nadie sabe quién fue el responsable de su muerte. El apagón que sufrimos justo en ese momento estaba muy bien planeado para que el culpable pasase totalmente desapercibido ante nuestros ojos y el de las cámaras. Es pensar en él y sentir como se me forma un nudo en el estómago.
—Sabías que esto iba a pasar, Kels. —Chelsea rompe el silencio.
Hemos estado media hora totalmente calladas, abrazadas la una a la otra en el sofá de mi casa. No porque fuese algo incómodo o molesto, sino porque ella sabía que la única solución era abrazarme y quedarse junto a mí sin decir nada, hasta que mi cabeza dijese "suficiente". Y desde entonces, seguimos en esa posición.
Me sorbo los mocos y seco la humedad de mis mejillas con las mangas de la sudadera que Axel me había dejado aquella mañana, antes de que todo pasara. Antes de que todo se arruinase. La rubia me acurruca aún más contra su pecho.
—Soy estúpida —susurro contra el cuello de mi amiga, rodeando su cintura con mi brazo derecho.
—No lo eres —me regaña—. Estabas haciendo tu trabajo. Nada de lo que ha pasado ha sido culpa tuya. —Lleva su mano derecha a mi cabeza y comienza a acariciarme el pelo—. Intentaste decírselo a Axel en más de una ocasión.
Sí, intenté decírselo. Pero las situaciones en las que siempre quería hacerlo, me lo impedían de una forma u otra. ¿Cómo narices iba a decirle que le había estado mintiendo durante tanto tiempo cuando se había hecho un tatuaje por mí? Soy una cobarde.
—Pero no lo hice.
—No lo hiciste porque no fuiste capaz, Kelsey. Y eso no es malo. Simplemente no querías hacerle daño y, además, él ya te lo estaba poniendo bastante difícil.
Demasiado difícil. A veces pasa por mi mente la pregunta de cómo habría sido todo si le hubiese contado antes la verdad. Posiblemente me hubiese acabado odiando como ahora, pero las cosas hubiesen pasado de forma menos brusca.
Le he estado contando todo lo sucedido a Chelsea desde la última vez que hablé con ella, omitiendo la parte en la que Williams me cuenta su historia. Prometí no contárselo a nadie y cumpliré con ello hasta que pueda llevar este caso a juicio.
—Si te sirve de consuelo... yo tampoco se lo hubiese dicho hasta el último momento —confiesa.
—La verdad es que no sirve de mucho. —Frunzo el ceño.
Chel se ríe y deja un pequeño beso sobre mi coronilla. Se revuelve en el sitio para acomodarse bien en el sofá.
—Soy pésima en esto, vaya.
—No importa, te quiero igual. —Le abrazo más fuerte.
—Yo también te quiero. —Deja de pasar sus dedos por mi cabello y desliza las yemas hasta mi mandíbula—. Por cierto, Fred me cae mal. Le odio. Ojalá le toque una Oreo sin cremita.
ESTÁS LEYENDO
Liberación | EN FÍSICO |
Hành độngDespués de haber conseguido dejar el café atrás, Kelsey Davenport tendrá que lidiar con los nuevos problemas que se le han presentado. Ya nada es lo que parece. Nadie es quién dice ser. Y en nada ni nadie podrá confiar como antes. Ella tendrá que lu...