👑🌹 Capítulo 15

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—Yo... yo no lo he robado —asegura la morena.

Su mirada se dirige a la mía, nerviosa y angustiada. Marshall la observa con el ceño fruncido, sin creerse ni una sola palabra que sale de su boca.

—¿Esa es tu mejor excusa? —cuestiona mi jefe, cabreado.

Lina, en ese momento, abre los ojos de par en par. Está claro que no sabe cómo salir del lío en el que se ha metido.

—Os juro que no sé cómo ha llegado eso ahí —nos dice, asustada, sin saber en quién de los presentes posar la mirada.

Tras unos segundos en los que sus ojos pasan por cada uno de nosotros, opta por fijarlos sobre los de Dexter, quien todavía se encuentra a mi lado observando la escena con una expresión neutra en su rostro.

—No mientas, eres la única que tiene la llave de mi despacho aparte de mí —le acuso.

Aprieto los puños a ambos lados de mi torso, aguantándome las ganas de propinarle un buen puñetazo en la nariz. El señor Meadows saca la caja de cartón con todas las cosas del caso de Axel de la parte de abajo del carrito de la limpieza y después se incorpora con la misma entre sus brazos.

—¡Qué te digo que yo no he sido! —grita alterada y con las lágrimas a punto de salir rodando por sus mejillas.

—Kelsey, ven conmigo a mi despacho —me ordena mi jefe saliendo del cuarto de la limpieza—. Y tú, Dexter, quédate con ella. Que no se mueva de ahí. —Señala a Lina con un leve meneo de cabeza, lo que provoca que ella trague saliva.

Dexter asiente con la cabeza, haciéndole saber que va a acatar sus órdenes. Mi jefe, sin perder más tiempo, empieza caminar hacia su despacho. Yo, tras echarle un rápido vistazo a la encargada de la limpieza y a mi compañero de trabajo, comienzo a caminar tras Marshall, quien ya ha entrado en la sala. Antes de llegar a la entrada de mi oficina, me doy cuenta de que ni siquiera he cerrado la puerta para evitar cualquier otro inconveniente, lo que hace que me maldiga interiormente por cometer tal error.

Me acerco a dicho lugar para poder ver si está todo en orden, pero cuando tan solo me falta un paso para llegar, el cuerpo de Rosa saliendo del interior hace que frene de golpe para no chocarme con ella.

—¡Kelsey! —exclama la rubia en cuanto sus ojos chocan con los míos—. ¿Cómo se te ocurre desatender tu puesto de trabajo sabiendo que el asesino anda por aquí? —Me regaña poniendo las manos sobre sus caderas.

Al escuchar las palabras que componen la pregunta que ha salido de su boca, mi ceño se frunce automáticamente. No me hace ninguna gracia que este tipo de información ande por la comisaría, la asesina está entre nosotros.

—Toma. —Me tiende el USB en el que estaba grabando la copia de seguridad—. Ya ha terminado de hacerse la copia, guárdalo bien, ¿me oyes?

Su mirada se vuelve dura, como si estuviese muy enfadada conmigo por mi descuido. Estiro mi brazo hacia su mano, hasta que mis dedos agarran el objeto con las pruebas. Agacho la cabeza, arrepentida, y me disculpo en un murmuro que resulta poco audible. Guardo el USB en el bolsillo delantero de mis pantalones mientras que Brown cierra la puerta de mi despacho con la llave que me había dejado dentro. A continuación, me la devuelve.

—Ten más cuidado.

Dicho esto, se da la vuelta y comienza a alejarse de mí. Me quedo observando por unos segundos su cuerpo alejarse hasta que desaparece de mi campo de visión; ya no sé qué pensar de ella. Pero todavía no puedo confiar en nadie. Tendré que revisar el contenido del pendrive para ver si ha borrado algo. De todas formas, si lo ha hecho, sabré que ha sido ella.

Liberación | EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora