Los pequeños brazos de Phillip aprietan mi cintura con fuerza, dejando mi blusa humedecida por sus lágrimas y un tanto arrugada por la presión ejercida. Fred se separa de mí, apartando mi brazo de su alrededor, para mirarme con alegría en su rostro. A continuación, me dice en un tono de voz bajo que saldrá fuera para hacerle compañía a Ann, pues le hemos encasquetado al cachorro de los Williams y no ha tenido oportunidad de estar presente aquí dentro. Asiento con la cabeza, sonriéndole, y, cuando Turner se levanta del banco, se encamina hacia la salida de la sala. Yo regreso mi atención en la fiscalía y el juez.
—Señoría. —El fiscal Farrey interrumpe el momento tan emotivo que se había formado con la noticia—. Yo no estoy de acuerdo con la sentencia. Debería de haber sido condenado por mentir ante el jurado hace seis años.
Arrugo el entrecejo; eso no tiene ningún sentido.
—El acusado nunca comete falso testimonio, señor Farrey —sentencia el juez—. ¿Es que usted no ha estudiado?
Una sonrisa de medio lado se hace presente en mi rostro tras escuchar sus palabras. No sé por qué ese hombre tiene tanta insistencia en culpabilizar de nuevo a Axel, incluso le ha querido meter un delito que no pueden cometer los acusados por ningún medio. Ellos tienen el derecho de defenderse, sea echando mano a mentiras o a verdades. Desgraciadamente, el que no va a tener tanta suerte es Dorian, información que no tardan en hacer pública.
—En cambio, el señor Dorian Brad, deberá cumplir condena por dar un falso testimonio de los hechos —añade echándole un rápido vistazo al anciano, quien se dispone a levantarse del estrado.
El fiscal, sin nada más que decir al respecto, recoge sus cosas y las mete en su maletín de una forma muy brusca; no parece estar muy contento. Al posar de nuevo la mirada en Axel, me percato de que sigue llorando. Hank le da un suave apretón en la nuca en forma de apoyo para intentar animarle, aunque sea un poco. Al rato, Dorian se acerca a él y no duda en darle un fuerte abrazo, lo que provoca que por las mejillas de ambos comiencen a caer nuevas lágrimas.
—Buen trabajo, señorita Davenport. Ha sido un placer hacer tratos con usted. —La ronca voz de Dean a nuestra izquierda me saca de mis pensamientos.
Él se encuentra de pie en el pequeño pasillo que hay entre las dos filas de bancos que forman la parte del público de la sala, mirándonos a Phillip y a mí desde arriba, pues nosotros todavía nos encontramos sentados en nuestros respectivos sitios.
—Ya sabe lo que tiene que hacer con el caso —agrega.
Antes de que pueda siquiera abrir la boca para decirle algo al respecto, este emprende de nuevo el camino hacia la salida de la sala. Vuelvo a posar la mirada al frente, pensando en las palabras de Dean. Al fin y al cabo, el trato ha salido bien, y es justo que yo cumpla la otra parte.
El cuerpo de Marshall situado justo enfrente del estrado del juez, hace que fije toda mi atención en él. Ambos hablan calmadamente, posiblemente sobre el caso. A continuación, mis ojos se desvían hacia Axel y Dorian; estos siguen manteniendo una charla de lo más emotiva, por lo que se puede ver, ya que los dos tienen sus mejillas teñidas de un rojo suave a causa de las lágrimas que han caído por ellas hace poco. Las manos del anciano viajan hasta el rostro de Williams, apretándolo con suavidad mientras le dice algo en un tono de voz que solo pueden escuchar ellos dos. Mi tío, mientras tanto, recoge sus cosas de la mesa.
—Phillip, esperaremos a tu hermano fuera —le hago saber levantándome del banco.
Él asiente sin quitar los ojos de encima de su hermano mayor, al mismo tiempo que se pone en pie. Tras entrelazar su mano con la mía, nos dirigimos hacia la salida. Cuando estamos en el pasillo, caminamos por donde hemos venido antes, hacia la entrada del edificio en el que se encuentran los detectores de metales en fila. Una vez aquí, mis ojos se abren de par en par al ver cuatro cámaras y dos reporteras justo fuera del juzgado, informando sobre la situación, supongo.
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Liberación | EN FÍSICO |
ActionDespués de haber conseguido dejar el café atrás, Kelsey Davenport tendrá que lidiar con los nuevos problemas que se le han presentado. Ya nada es lo que parece. Nadie es quién dice ser. Y en nada ni nadie podrá confiar como antes. Ella tendrá que lu...