👑🌹 Capítulo 39

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Mantengo la mirada fija en el suelo, esperando a que sea la hora de que la mayoría de los trabajadores en comisaría se marchen a casa y aparezca la mujer que tanto me interesa ver. Las luces de los pasillos de esta planta en concreto comienzan a apagarse; lo sé porque puedo llegar a verlo por el pequeño espacio que deja la puerta entreabierta de mi despacho.

Estoy sentada en mi escritorio, con las palmas de mis manos apoyadas en la madera de la misma. Mis ojos ruedan de un punto a otro; a veces sin ver nada porque estoy tan pendiente del ruido que hay en el lugar, las voces, los pasos... que soy incapaz de prestarle atención a lo que percibe mi visión. Por unos instantes dejo de estar pendiente a lo que entra por mi canal auditivo y me limito a mirar la hora que es en mi reloj de muñeca.

Las nueve de la noche. Ya falta poco.

Dos pequeños golpecitos provenientes del otro lado de la puerta de mi oficina, me sacan de mi embobamiento de forma repentina. Al dirigir la mirada hacia esa dirección, me encuentro al señor Meadows asomándose por el umbral.

—Hola, Kelsey —me saluda él sin moverse ni un centímetro de su sitio—. ¿Puedo pasar?

Le muestro una cálida sonrisa y asiento para hacerle saber que puede entrar sin problema alguno. Marshall termina por abrir la puerta del todo y accede al lugar con pasos lentos, hasta que este se posiciona enfrente de mí. Mi jefe mete las manos en el interior de los bolsillos de sus pantalones al mismo tiempo que me observa con cierta confusión; parece estar buscando las palabras para hablar.

—¿Qué haces aquí? —indaga ladeando la cabeza con curiosidad—. Tu turno terminó hace unas horas. Deberías estar en casa y descansar, no me hagas relevarte del caso, niña.

Suelto una breve risotada muda, en la que mi respiración es lo único que ha hecho algo de ruido. Ya veo que Marshall no estaba de broma cuando me dijo que me estaría vigilando de cerca para evitar que me presionase trabajando. A pesar de que han pasado ya unos cuantos días desde que me dieron aquella paliza, él sigue estando preocupado y con la intención de cumplir su palabra de echarme del caso si no soy capaz de llevarlo en condiciones.

—Quiero hablar con Lina —respondo—. Axel se ha topado con ella esta mañana, parecía conocerla.

El señor Meadows abre los ojos un poco más de lo normal y procede a cruzar los brazos sobre su pecho, interesado en lo que hay detrás de las palabras que he pronunciado.

—¿Crees que sea la asesina? —inquiere en un tono de voz más serio.

—Es posible. —Me encojo de hombros—. No me iré de aquí hasta que confiese.

—Si pasa algo, me llamas —pide, aunque parece más una orden.

Asiento con la cabeza un par de veces para que se quede tranquilo. Marshall me muestra una pequeña sonrisa y luego vacila un instante sobre sus pasos antes de encaminarse hacia la salida de la habitación. En el momento en el que está a punto de salir por la puerta, le freno.

—Señor, ¿cómo está Phillip? —cuestiono.

Él se gira unos centímetros hacia a mí para poder verme.

—Está bien, Bonnie le hace compañía. Y Sparkie también —responde en un tono alegre—. Ah, dile a Axel que le llamaré esta noche para que pueda hablar con su hermano. Para que sepa que ese número desconocido es el mío.

—Lo haré —afirmo—. Y señor Meadows... ¿podría llevar a Lipy a un psicólogo para que puedan ayudarle? Se comporta de una manera un poco...

—Extraña, lo sé. Lo he notado —me interrumpe—. Así que tranquila, estaba pensando en hacerlo.

—Gracias —agradezco.

Liberación | EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora