"Perdónale.
Perdóname."
Termino de escribir la carta que había decidido comenzar a redactar antes de ir al juicio.
Los pocos días que quedaban para que este momento llegara pasaron más rápido de lo que pensaba. Apenas pude ver a mi tío, él estaba muy ocupado poniendo todo en su sitio con Axel. Mientras tanto, yo he estado pasando tiempo con Phillip y ayudando a hacer las pequeñas tareas de la comisaría, debido a que mi trabajo terminó en cuanto le di el USB a Hank. Aunque eso Marshall aún no lo sabe.
Dejaré el trabajo esta tarde y me iré con el hermano de mi madre a Arkansas. Ya está todo preparado y hablado con Andriu. Ella misma me ha dicho que le parece bien que me marche, pues tengo los medios para hacerlo y así podré salir del mundillo. Me ayudará a cubrirme en el bando junto con Ann, Fred y Jayden. Me pone triste dejarlos atrás y propuse echarles un cable en lo que fuese para que ellos también pudiesen salir, pero la pelo azul se negó rotundamente a que yo siguiera metida en esos problemas teniendo una vía de escape en las palmas de las manos y una familia que me quiere. Me aseguró que no había nada que yo pudiera hacer por ellos y que me largase todo lo lejos que pudiera; aquello me entristeció mucho.
En cuanto al tema del robo de las pruebas del caso, no se sabe quién entró en mi despacho para cogerlas. Las cámaras dejaron de funcionar a las nueve de la noche del día anterior y no grabaron absolutamente nada. Aunque yo sigo creyendo que fue Lina; es la encargada de la limpieza. Ella debe quedarse hasta tarde para limpiar el lugar, pero eso ya no importa. El objetivo es conseguir demostrar la inocencia de Axel y eso está a punto de suceder. Así que ya no pinto nada aquí.
Dejo el bolígrafo sobre la mesita del salón y me dispongo a doblar el folio hasta formar un cuadrado perfecto. Hecho esto, escribo una última cosa en una de las caras.
"Léelo, Axel. No la rompas."
Suelto un suave suspiro y me muerdo el labio inferior. ¿Estoy haciendo bien? Me llevo las manos a la cabeza para después echar mi pelo hacia atrás; venga, Kelsey. Todo va a salir bien.
—Phillip —pronuncio su nombre dirigiendo la mirada hacia la puerta de mi habitación—. ¿Estás listo?
Espero durante unos segundos alguna respuesta a mi pregunta, pero ni un solo ruido sale del interior. Me levanto del sofá al mismo tiempo que guardo la carta en uno de los bolsillos delanteros de mis pantalones vaqueros y, luego, me dispongo a caminar hacia mi habitación. Cuando accedo a ella, Phillip aparece en mi campo de visión tumbado, de espaldas a mí, en la cama; está vestido con una camisa blanca de botones y unos pantalones negros.
—Phillip. Sé que estás despierto —admito cruzando los brazos sobre mi pecho.
Este mueve su cabeza un poco hacia mi dirección, para así poder echarme una rápida mirada por el rabillo de su ojo. Me aproximo a la cama y me siento en el borde del colchón, justo a su lado.
—¿Qué te ocurre? —inquiero un tanto confundida.
—No quiero que te vayas —responde en un hilo de voz apenas audible, pero he conseguido escucharle.
—Debo hacerlo... —Acaricio su cabeza.
—No, eso es mentira —espeta apartándose de mí de forma brusca—. Si te vas es porque quieres.
—Phillip...
El sonido del timbre de casa, me interrumpe, provocando que mi corazón pegue un vuelco al instante.
—Ponte los zapatos, tenemos que irnos —le pido y me levanto de la cama.
Echo un último vistazo al hermano de Axel antes de irme; no se mueve ni siquiera un centímetro. Lo siento, Lipy.
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Liberación | EN FÍSICO |
AcciónDespués de haber conseguido dejar el café atrás, Kelsey Davenport tendrá que lidiar con los nuevos problemas que se le han presentado. Ya nada es lo que parece. Nadie es quién dice ser. Y en nada ni nadie podrá confiar como antes. Ella tendrá que lu...