58: El respeto. (VIII).

136 21 21
                                    

Los días pasaron, hasta que llego el 7 de diciembre del 2020; tal vez los días de paz volvieron, nadie más había muerto. En los pasillos reinaba la tranquilidad, el nuevo día con su luz inflamable no anunciaba ningún cadáver, « ¿tocar la puerta o sorpresa?», eran dos frases que vivían en Zeo; desde que las leyó, difícilmente podía dormir más de 1 hora, en cualquier momento podría atacar el asesino y él lo sabía.

Zeo, sumergido en dudas, nada le garantizaba que aquel asesino no matará en plena última clase de Erick Pride, el día esperado llegó, el salón final del pasillo, era un lugar espacioso, con seis mesas rectangulares de aluminio, en cada una había 4 sillas metalizadas de color negro. El lugar estaba pintado con un azul oscuro, en el escenario principal, estaban dos grandes pantallas plasmas apagadas; una en cada esquina y en el medio el grafico del logo de la academia Spade; en gran tamaño, el cual representaba el perfil de una cabeza hasta el cuello en color blanco, en ella comprendía un foco iluminado en la zona del cerebro.

En la pared del fondo, se inmortalizó con letras blancas; cuatro frases que representaban una enseñanza divina:

«Tu mayor enemigo; es tu propia mente, ella conoce tus debilidades».

«Descubre tus dones, y conseguirás un propósito con una gran fortaleza para tú vida».

«Tu oportunidad es hoy, no mañana».

«Tu miedo, es tú más grande amenaza».

Aquel salón fue bendecido con el nombre de sabiduría, era el último lugar donde verían clases con aquel fundador de las artes innovadoras. Todos los presentes, se sentían diferentes, era un lugar que le llevaba muchas décadas de avance comparados a los salones de la educación de hoy en día.

Cada uno, se sentían en una época futurista, donde el saber se transformó en un arma de victoria.

Todos estaban preparados, habían hecho la matriz FODA, en una hoja de cuaderno.

Silver, en medio de sus deliciosas imaginaciones, pérdida en su mundo, ubicada en la primera mesa, fue interrumpida por una mirada excesiva de Ricardo, que estaba a su lado con una cara nerviosa, su corazón y él de ella estaban solitarios en esa desierta mesa.

Ricardo, se sentía aterradó al tener tan cerca a aquella pequeña demente.

Silver, sin girarse, con una sonrisa pronunciada, invocó una tenebrosa curvatura rosada. —Richi, Richi. ¿Me has mirado feo? —preguntó Silver, con gran curiosidad.

Él guardo silencio, su pánico lo traicionó y sus manos temblarón, pero como pudo las contuvo; ella esperaba una respuesta, pero a no obtener ninguna, ella pensó. «Sé me ocurrió una brillante idea», mientras la emoción se apoderó de su cuerpo.

En otra mesa apartada, estaba Zeo; en medio de su miedo, con una cara agotada, dijo en voz baja. —Hoy sabremos sí Erick Pride; es el asesino o no —afirmó él, mientras que Alice, con una calma comentó. —El asesino, no ha matado desde hace más de dos meses, en esta última clase, es muy probable que haga su esperada jugada. —En ese momento aquella palabra que Zeo, leyó de la siniestra carta. "Sorpresa", invadió en su cuerpo como una enfermedad terminal.

—Hay que estar alerta, él puede atacar hoy —confesó Zeo, mientras que Alice, sintió que alguien la estaba mirando. A continuación ella se volteó en busca de aquello que la miraba; era April, en su soledad más tétrica.

April, se ubicaba en una mesa apartada de ellos. Ella, le dedicaba una mirada intensa a Alice, sus ojos se cruzaron por un segundo.

Alice, entendió que algo le pasaba, se volteó, con calma ella pensó, «o más bien creo que ella, es la que puede atacar en cualquier momento», sintiendo un horror ajeno del perdón.

Arte de rojo y negro: Asesino de los colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora