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Eran las 8:30 pm. En los amplios campos de entrenamientos, aun se podía oler a sudor, y se respiraba a cansancio, Alice y Brooklyn, caminaron lentamente, se detuvieron en aquel recinto de lucha con significados de disciplinas y compromisos. A continuación ellos charlaron cómodamente, ante el frio nefasto e indoloro de la noche que aún no se transformaba en agonía, las desesperanzas del horror y sus enamoradas tinieblas. En medio de una cortada y lenta sonrisa de navajas, Alice cómodamente armaba temas interesantes. — ¿Cuáles son las artes marciales que practicas? —pregunto ella.

—Kung fu, Muay Thai, Tae Kwon Do y Judo —respondió Brooklyn, con un tono alto, mostrando un gran orgullo.

—Practicas mucho. ¿Cuál es la que te gusta más? —pregunto Alice.

Él sin dudarlo contesto inmediatamente. —Me gusta más, el Kung Fu. —respondió Brooklyn.

Ella sintió mucha curiosidad, el por qué específicamente le gustaba aquella arte marcial. — ¿Por qué te gusta más el Kung fu? —pregunto Alice.

Brooklyn tomo aire y él pensó. «Pregunta mucho, es característica de un asesino, el saber mucho de sus víctimas», al cesar de sus pensamientos, él decidió responderle de la mejor forma educada posible. —Por qué el kung fu más que un arte marcial, es la unión entre el respeto, la resistencia, la búsqueda, el encuentro, la confianza, la honestidad, la humildad y la compasión, todo convergen en una sola disciplina —dijo Brooklyn.

Alice le pareció interesante su forma de ver las artes marciales. Ella en medio de una sonrisa posadera del negro cielo. — ¡Su filosofía es bastante buena! —dijo ella.

Él respondió a la belleza de su sonrisa de igual manera, su alegre rostro, poso de alegrías. — ¿Por qué decidiste abandonar la criminología, para unirte a la academia? —pregunto Brooklyn, mientras él pensó. «No siento en ella maldad, solo una infinita bondad y rectitud».

Ella sin dudar, no se sintió incomoda por aquella pregunta. Ella decidió responderla de una forma muy clara. —Bueno porque todos los días mientras ejercía la criminología, me preguntaba a mí misma. ¿Es esto lo que quiero en verdad? Hasta que un día me arme de valor, me aliste y por eso estoy aquí, es en vano dedicarte a algo que no te guste, siempre hay que caminar por el camino que te llama, el que te apasiona y cuando haces algo que en verdad te gusta, serás totalmente increíble en lo que haces. ¡Pero a veces es difícil encontrar ese sendero! —dijo Alice.

Brooklyn sintió una hermandad con el testimonio de ella. Él se identificó mucho con su vivencia. — ¡Si, tienes toda la razón! —contesto Brooklyn.

Alice continúo la conversación, explicando más a fondo las problemáticas universales que ella consideraba importante. —Si te das cuenta la mayoría de las personas estudian y se dedican a algo, solo por el simple hecho de complacer a sus papas, eso está mal, cuando nacemos ya quieren elegir como será tu vida y a que te dedicaras, claro está que lo hacen por un bien, pero los padres en si deben de actuar como un orientador en orientar tu camino, no como un dictador en dictar y manipular tu sendero y eso es lo que pasa mucho en la actualidad —dijo ella.

Brooklyn aprobaba todo lo que Alice explicó, con una atención increíble, él decide continuar la corriente de la interesante charla. —Tienes que tomar en consideración que muchos padres actúan de esa manera tan erradica con sus hijos, es porque muchos son rebeldes y no hacen caso —dijo Brooklyn.

Alice, estuvo de acuerdo con lo que Brooklyn expuso, pero ella le dio vuelta a su criterio explicando el trasfondo de las cosas. —Rebelde, no hace caso, es culpa de la ley que protege a los niños. Esas afirmaciones son solo excusas, que usan los padres modernos para enmascarar su irresponsabilidad y su falta de compromiso con sus hijos —comento Alice.

Brooklyn, apunto de decir algún comentario al respecto, fue totalmente opacado por Alice, quien lo interrumpió instantáneamente. —Escúchame Brooklyn, la educación es algo que se debe de impartir a un niño desde el momento que nace hasta que ya es adulto y tenga el suficiente sentido correcto para independizarse. ¿Qué sucede?, sucede que actualmente los padres pretender educar, ya cuando el niño es adolecente y no pueden controlarlo, ese es el problema. Desde su raíz, existen muchas herramientas psicopedagógicas y charlas educacionales que pueden usar en todo el crecimiento del niño para orientarlo de la forma más sana posible. ¡Pero los padres están cegados, solo se preocupan ya cuando están grandes! —comento Alice.

Brooklyn, estuvo en total conformidad con los puntos explicados por ella. —Que buen punto de vista tienes —comento él. Mientras que ellos dos seguían hablando de diversos temas interesantes bajo la pacifica luna de los cantábricos.  

Arte de rojo y negro: Asesino de los colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora