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Ella sin prestarle atención alguna a las miradas y a los gestos de sus interlocutores, respira profundo. — ¿Están todos de acuerdo? —pregunto Alice, mirándolos a todos, buscando las miradas de cada uno, que reflejaban tanto acuerdos como descontento.

Todos hicieron silencio, en señal de que todos están de acuerdo a todo lo que Alice Stone había propuesto.

Ella al ver y al sentir que todos se habían puesto de acuerdo con ella, explico el paso siguiente. —Muy bien entonces. ¡Votemos! —exclamo Alice, tomando una hoja en blanco y escribió en el lado izquierdo vivir y en lado derecho ejecutar, sintiendo una profunda preocupación, miro a Alaska, con una pequeña intranquilidad.

No se puede ser fuerte, mientras se vive dentro de una tormenta, la muerte nos invita o nos coloca en su lista oscura. Apretando sus puños fuertemente, aquella bella dama, que personifica la ley de aquel rencoroso día. —Ahora bien chicos aquí está la hoja donde escribirán cada uno sus nombres, si votan por vivir o ejecutar —explico Alice, mientras que circulo la hoja, dándosela a Ricardo. A continuación aquella tempestad, unos firmaban con placer como Aisha, otros con miedo como Ricardo, otros simplemente por firmar como Charlotte, otros firmaban con esperanza como Zeo, pero todos cuando firmaban tenían algo en común, mantener el equilibrio, era por ese motivo tan humano, tan lejano y tan mundano que todos decidían el destino de Alaska.

Todos firmaron, si ella viviría o seria ejecutada. Si sobreviviría o moriría, que tanto peso tendría esa palabra, en una vida que se arrodilla a la miseria. ¿Qué tan diferentes somos de los depredadores y animales que cazan a los pequeños? ¿Qué tan diferente somos de los asesinos?, artistas que manifiestan su espíritu en un arte que pocos entienden, ya el áspero sonido de las campanas que marcaran un final comenzaron a tocar, ya todos terminaron de juzgar con la tinta de la pluma. El último en firmar fue Cameron Clayton, él le entrega la hoja a Alice, con una cara triste y de remordimientos, con un pequeño toque ella la toma en medio de un. —Gracias —amargo agradecer de Alice. A continuación ella se coloca en frente de todos, sintiendo pesares en su cuerpo, sus pesadas manos, luchaban en sostener aquel documento que pronto podría transformarse en un documento de defunción o nacimiento.

Con apenas un suave, pulcro y firme tono de voz. —Los resultados fueron los siguientes —anuncio Alice mientras leía los votos

«Vivir: Alice Stone, Zeo Castellar, Kaori Murakami, Brooklyn Hunter, April Smith, Charlotte Miller y Rachele Wood», ella tomo una pequeña pausa para continuar.

«Ejecutar: Ricardo Becher, Aisha Stell, Myles Fotsis, Adrian Lincer, Jack Rolwing, Scarlett Blair y Cameron Clayton»

Leyó Alice, mientras que dobla aquel documento, que inmortalizo un dilema macabro, oscuro y a la vez gracioso, divertido para otros.

—Siete han decidido que Alaska debe morir y siete también han decidido que Alaska debe vivir. Hay un empate señores —anuncio Alice, mientras que los miraba a todos con desilusión y amargura.

Ricardo confundido se coloca de pie en un tirón. — ¿Quién falta por votar? —pregunto él, mientras su cara adoptaba una expresión de enojo.

Alice respiro hondo, tan profundo, que trataba de aferrarse a todo el aire, para calmar sus emociones, avocando la tranquilidad. —La única que falta por votar es Silver Jones —dijo Alice, con un tono tranquilo y una mirada serena.


Arte de rojo y negro: Asesino de los colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora