42: Los anuncios. (V).

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Aquella mañana donde los colores vivos deseaban ser opacados, las mentes de todos se atacaban a sí mismas, sin protegerse ante el huraño acero, trataban de imaginarse que era una fantasía infantil, como cuando eran pequeños niños y jugaban con sus fieles amigos imaginarios de tinta y papel, como cuando se enamoraron por primera vez de su primer amor de mentiras y engaños. Pero nada de eso era real, ya eran adultos y su vida se trataba de jugar y no ser jugado por los hilos del embellecedor arte, exhalado viento de otoño, tus hojas han vuelto a caer. La noticia dada por aquel señor perteneciente a Spade, hizo que todos despojaran el salón, huyendo como ladrones nocturnos, perseguidos por la corrupta ley de los oportunistas.

Solo Alice, Zeo y Brooklyn, se reunieron en todo el frente de la puerta, en el lado de afuera. Alice con un tono de piel pálido estaba con los brazos cruzados, con sus cejas arqueadas, ojos verdes ausentes, con su pelo negro lacio, con una postura firme, con su pequeña y pronunciada boca.

Alice desesperada por la ausencia del profesor se imaginaba lo peor. —Lo más probable es que el asesino de los colores, tomo la vida de nuestro profesor Pride, así lo está indicando todo —dijo ella, con un tono bajo, mirando con decisión a Zeo.

Zeo, con su barbilla pronunciada, cabello corto negro, con ojos negros vivos, nariz amplia, con un tono de piel morena, con una boca grande coloco su mano al hombro derecho de Alice, sintiendo la misma angustia de ella. —Tal vez, el profesor Pride era el asesino y por circunstancias ha muerto, cabe entre las infinitas posibilidades, claro está —dijo él, mientras trataba de transmitirle sus energías.

Brooklyn, poseía un semblante preocupado, con su rostro redondo, cejas pobladas, su tono de piel blanca, con su cabello cortó. —Chicos necesito que me acompañen —dijo él, con una cara que adopto serenidad. Zeo retiró la mano del hombro de Alice y miró fijamente a los ojos verdes profundos y perdidos de ella. A continuación ellos caminaron por los pasillos angostos, en donde las paredes se adornaban de carteleras informativas, de eventos y sucesos; pero en ese momento, sus miradas buscaban algo repetidamente a sus alrededores mientras aumentaban su paso. Ellos sentían que en cualquier momento encontrarían aquella escena bañada de sangre de nuevo, donde el asesino de los colores mostraba su más grande inspiración artística; ambularon por todos los pasillos dentro de la academia, con una sed de encontrar el cuerpo sin vida del profesor, hasta que de repente escucharon aquel grito:

— ¡CHICOS! —Sus cuerpos se helaron, sus caras se asombraron; todos se sincronizaron y pensaron. «El cadáver de Erick Pride, fue encontrado», ellos se dieron la vuelta con calma. Los segundos circularon por las vías del tiempo sucio e infiel de la vida, ellos aclararon e identificaron que era la voz de Kaori, que recién llegaba a los pasillos de la salida del salón, donde justo estaban aquel trio de compañeros.

Zeo, se alertó e instantáneamente pensó, los peores escenarios. — ¿Qué sucede, Kaori? —pregunto él, con una cara angustiada.

Kaori, sin dar explicaciones. —Necesito que vengan conmigo —dijo ella, con una cara exaltada.

Alice, Zeo y Brooklyn siguieron los pasos de Kaori por todo el pasillo. A continuación ella los llevo a la planta baja, ubicado en la parte trasera de la academia Spade. Kaori, enfrente de una esquina, con la mano cerrada señalo con el dedo índice aquella pared blanca. —En esta parte de la pared esta rasgada por cortes de cuchillos —comento Kaori.

Alice, se colocó enfrente de aquella pared, he hizo un bosquejo en varias direcciones. Ella analizo cuidadosamente el escenario mostrado, minuciosamente evaluó las distintas posibilidades de crimen; ella se arrodillo y con la mano cerrada la colocó en su barbilla. —La agresión fue producida por el choque entre la mano del agresor con el victimario; fue una pelea entre dos personas, forcejearon intensamente —dedujo ella, con plena seguridad.

Alice, inclino todo su cuerpo al piso, olfateando el suelo; y a los segundos se puso de pie, con la mano cerrada y el dedo índice chocando repetidamente con sus labios. —No hay evidencia que hubo sangre en este lugar, ni que haya sido limpiada —dedujo ella.

Kaori, perpleja dio dos pasos hacia el frente. — ¿Esto tendrá alguna relación con la desaparición del profesor Pride? —pregunto ella, con un tono bajo.

Alice, en medio de dudas, no quería sacar conclusiones aun apresuradas. —Tal vez, pero no hay nada que nos de seguridad —contesto ella.

Zeo, saco sus propios análisis observando el lugar de los hechos. —Pero a simple vista esto se puede observar que la pelea fue corta —dijo Zeo.

Alice, agrego más firmamento a sus análisis. Ella decidio exponérselos a todos. —Eso sí, si esto guarda relación con la desaparición del profesor Pride, puedo afirmar que él se encuentra secuestrado; ya que en esta escena ni en el perímetro del lugar, se encuentra ningún tipo de rastro de sangre —afirmó ella.

Zeo, visiono una posibilidad adicional a la planteada por Alice, así que rápidamente la comento. —Otra opción sería que al profesor Pride, se lo llevaron y lo mataron en otro sitio. ¿No? —pregunto Zeo, con una cara de sospechas.

—Es otro escenario que pudo suceder. —Alice, afirmo levantando la palma de su mano derecha.

Kaori, dio otros dos pasos entre Alice, Zeo y Brooklyn. —Lo mejor sería que nos dispersemos y busquemos pistas en la academia; luego nos reuniremos para discutir lo que hemos encontrado y analizado —propuso Kaori.

Alice, se encontraba enfrente a una pared borrosa de misterios. Ella volvió a cruzar sus brazos, levanto su ceja derecha y con un bajo tono. —Es muy difícil encontrar una pista y más si se trata de esta academia que se encarga de borrar las evidencias de todos sus crímenes —comento Alice.

Kaori, entendió muy bien el sentimiento de Alice, abrió los brazos y con una postura abierta hacia ella. —Lo sé, pero intentémoslo. ¡Tal vez podamos encontrar algo que nos pueda servir! —exclamo Kaori.

Zeo, fue optimista y pensó que en aquella búsqueda encontraría algo de valor. —Sí, intentémoslo —dijo él.

En concordancia con Zeo. Brooklyn, estuvo de acuerdo con todo. —Me parece bien —dijo él.

Alice, cerró los ojos y agacho por un instante la cabeza; la volvió a subir, tomo aire, respiro y con una serenidad, ante el difícil día. —Está bien, intentémoslo —dijo ella.

Zeo, dio tres pasos hacia tras. —A las 2pm en la biblioteca, en el salón de estudio número 5 —propuso él.

Inmediatamente, Brooklyn sin pensarlo más de una vez, había decidió con quien ir. — ¡Voy contigo Zeo! —dijo él, y con una sonrisa de paz, que pareciera poco real.

Aceptando la compañía de su compañero. —Está bien —dijo Zeo.

— ¡Bien cuídense chicos! —se despidió Kaori.

— ¡Nos vemos! —se despidió Alice.

Arte de rojo y negro: Asesino de los colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora