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April, sin dudar ella estaba sumamente clara con la respuesta que daría. — ¡Así es! El asesino no ha mostrado una inclinación en la preferencia de un color en particular, por lo tanto no podemos inducir cuál es su perfil psicópata —aseguro April, con una mirada de determinación.

A continuación el profesor Pride, dirigió su mirada a Scarlett con una aptitud analizadora. —Pero si atamos cabos y relacionamos el color azul de las uñas que tiene Scarlett, el cual es el preferido de los asesinos. ¡Entonces ya está claro señorita Blair! ¡Usted es la asesina, todo concuerda! —exclamo el profesor Pride, que al finalizar adopto una expresión de seriedad.

Scarlett, se sintió ofendida. — ¡AYYYY NO! ¡PROFE, YO NO SOY NINGUNA ASESINA! —aseguro Scarlett con un tono alto.

El profesor mirándola con una cara de sospecha. — ¡Pero tus uñas demuestran lo contrario mi niña! —afirmo él, con un tono afeminado.

El profesor se pasea por el salón, mirando a cada uno comienza a charlar con ellos. —Hay que tener atención a lo siguiente, muchos tienden a confundir, que el azul es el color favorito de los asesinos, y no siempre es así, hay asesinos que le gustan el rojo, el morado, el verde o el negro, eso es en función del tipo de perfil que tenga el asesino, si es un asesino maniaco y depresivo como Myles Fotsis y Adrián Lincer, su color preferido será el amarillo o naranja. Los esquizofrénicos, como Scarlett Blair y Silver Jones, prefieren el azul. Los que sufren trastornos de personalidad así como nuestros amiguitos Zeo Castellar y Kaori Murakami prefieren el verde —afirmó el profesor, con una actitud analizadora.

Todos los presentes lo miraron con rabia. Él en ese instante los nombro como asesinos, haciéndolo de una forma que lo dio por hecho, con aquel tono que siempre usaba, que reflejaba seguridad y verdad. April se sintió disgustada debido que aquel profesor ofendió de manera muy destructiva a sus compañeros. Ella se aprovechó de ver el color característico que estaba usando él en su corbata, así que ella decidió atacarlo con una pregunta.

—Los profesores carismáticos como usted, ¿prefieren el rojo no? —pregunto April, mientras le miraba la corbata al profesor Pride.

El profesor acaricia su corbata, con suavidad, respira profundamente, con una sonrisa. — ¡No April Smith, los profesores carismáticos como nosotros, preferimos todos los colores! —aseguró él, con una mirada que resaltaba su superioridad analítica.

Todos quedaron mudos. Aquel profesor siempre respondía a un nivel tan alto como humorístico, él sabía salirse con las suyas, no solo era un experto con la psicología si no con una labia insuperable.

April, quería seguir confrontándose ante él, pero sus instintos le decían que sería luchar en vano. — ¡Ya veo! —comento April, mientras desvió su mirada y se concentró viendo el ave fénix de la escultura en el medio del salón.

El profesor se ubica en el centro del salón, mirándolos a todos cuidadosamente, tratando de buscar algo con sus ojos. —Si llegan a conseguir el milagro de aprobar psicología criminal, podrán ver la materia de estrategia. ¡Con esa mujer que me cae de un mal! —dijo el profesor Pride, haciendo ver que aquella profesora era terrible.

El profesor, llevo su mano derecha a su frente, mostrando un signo de preocupación. —Se darán cuenta que identificar el color favorito de un criminal, es punto clave para desarrollar la metodología para atrapar al delincuente —dijo el profesor Pride, con una cara desesperanzada.

El profesor imaginándose aquella mujer que dicta la materia que hace sufrir a todos los estudiantes que la cursan. — ¡Ver estrategias con esa profesora es horrible, nunca descansa esa señora! ¡Dios, cuando vean estrategias, se darán cuenta de lo que digo! ¡Pobrecitos ustedes! —sentencio el profesor Pride, con una cara de tragedia. Todo el mundo inmediatamente se imaginó en sus mentes a una señora estricta, agria con un carácter espantoso.

El profesor se emocionó, estaba a punto de realizar una de sus actividades especiales, donde sus alumnos se alimentan de mucho conocimiento y experiencias gratas. Él miro su reloj. —Bueno continuando la clase, haremos una actividad muy divertida, son las 2:00 pm, se reunirán en parejas, charlaran y se conocerán hasta las 10:00 pm, tienen 8 horas para conocerse —explico el profesor Pride, con una sonrisa y una emoción por la siguiente dinámica que todos sus pupilos experimentaran y harán.

Ninguno se quejó, todos permanecieron en silencio, con sus caras de preocupación, intrigas por no saber con qué fin planeaba él, esta inusual e inesperada actividad. Hasta que el profesor empezó a señalarlos con su dedo, mientras que él mencionaba sus nombres.

—Ok mis lindos estudiantes las parejas, son las siguientes:

«Kaori Murakami con Adrián Lincer.

Alice Stone con Brooklyn Hunter.

Zeo Castellar con April Smith.

Silver Jones con Ricardo Becher.

Scarlett Blair con Rachele Wood.

Charlotte Miller con Myles Fotsis.

Cameron Clayton con Jack Rowling» —nombro el profesor Pride, mientras que con una inmensa alegría, continuo hablando

—Chicos, paseen por toda la academia, siéntanse cómodos, relájense, dentro de dos días, cuando tengamos clases, compartiremos nuestra experiencia en función de la charla que tendrán hoy, conózcanse, háganse preguntas. ¡Esta actividad es de vital importancia para aprobar la materia psicología criminal! —dijo él.

Él tomo aire, mientras se paseó por el salón, continuo hablando tranquilamente. —Recuerden que uno de ustedes hablara con el asesino de los colores y por más de 8 horas, su deber, es identificar quien es, con la ayuda de todo lo que han aprendido hasta ahora en clases y por sus propios medios —dijo el profesor Pride, en medio de una de sus singulares miradas. A continuación miro hacia el cielo, alzo sus manos y luego los miro a todos. — ¡Ya basta de ser una presa! ¡Conviértanse en cazadores! Que tengan todos, una feliz tarde —se despidió el profesor Pride, con un tono alto y una mirada perpetua.

Todos sintieron aquellas, palabras que se reflejaron en los ojos azules demoniacos del profesor Pride. Aquellas perlas que han inspirado tanto, en ese instante todos sintieron un soplo intenso dentro de sus pechos, es como si todos se hubieran puesto de acuerdo, sus mentes cambiaron por un momento y dentro de ellas. Todos gritaron «que comience la cacería».

Instantáneamente aquel profesor, inspirador de todas las artes, abandono aquel palacio de piedra, dejando solos a sus estudiantes en el regazo del frio invierno de sus dudas, cada mortal se reunió con su semejante y salieron a dar una charla por las instalaciones de la academia. Armados de valor, no sabían lo incierto, no sabían si podrían descubrir al culpable, no sabían si el lunar de hoy sería el último en sus vidas, pero solo estaban seguros de algo, es que tenían que sobrevivir a toda costa, sintiendo un fuego abrazador e inconfundible.

Arte de rojo y negro: Asesino de los colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora