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La hora del almuerzo, había tocado la puerta y los estómagos de varios, sentados alrededor de una mesa rectangular de mármol, charlaban cuatro personajes: Adam, Alice, Charlotte y Zeo. El comedor estaba casi vacío, había un solo cocinero de guardia que se encargaba de servir la comida, él lee apoyado en la parte interior de la barra y de fondo suena muy bajito, una música clásica, relajante y tranquilizadora, induciendo más el apetito, ambientando el lugar con alta clase. A continuación Zeo apunto de saciar su hambre, entusiasmado por morder aquella carne jugosa dijo. — ¡Buen provecho a todos! —exclamó con una cara que no aguantaba ni un segundo más para saborear aquellas delicias culinarias.

Una tos forzada e inducida a propósito, tapando su boca, se produjo por parte de Charlotte Miller, al escuchar esas palabras que no fueron de su agrado, dejando de prestar atención a su comida. —Buen provecho, se menciona luego de haber terminado la comida, antes de empezar a comer se dice: ¡Buen apetito! —dijo aquella chica con ínfulas de creerse una majestad en un castillo creado por su propio sentido de ego.

—Gracias por tu acotación, Miller. Disculpa, no lo sabía —dijo Zeo con una cara que expresaba una sonrisa de agradecimiento por aquel comentario de mal gusto e inapropiado.

—Estamos a la orden, la buena educación es algo que debemos de promover — dijo Charlotte, respirando profundo, llenándose de su propio aire vanidoso, levantando el pecho, con un gesto de superioridad en su rostro.

En el lado derecho de Zeo, se encontraba Alice observando y sonriendo la escena, en ese instante Adam, abre una conversación — ¿Qué tal la clase, les ha gustado? —preguntó mirando a todos los presentes.

—Muy buena, la verdad me ha gustado —contestó Zeo, con cara satisfactoria.

— ¡Este teacher! Es muy bueno, sabe lo que hace, es muy preparado y chistosito —respondió Charlotte, sosteniendo una mirada con un ojo cerrado y otro medio abierto, formando una mueca de aceptación en su boca.

Alice quería compartir con todos sus compañeros lo que ella pudo observar del profesor Pride en clases, muy entusiasmada comenzó hablar. —La verdad en sí, fue muy productiva la clase, no sé si se dieron cuenta pero el profesor nos analizó a profundidad a cada uno, aunque fue corta la duración, recolectó muchos datos de nosotros —contestó con calma Alice.

Zeo, le fascino el análisis planteado de Alice — ¿Cómo así, Alice? ¿A qué datos te refieres? —preguntó Zeo, sintiendo un gran interés de escucharla.

Ella, ligeramente en medio de que se terminó de tomar su vaso lleno de agua, siguió hablando. —Utilizo un método inductivo, nos observó cuidadosamente, recolectando datos que nacen de la naturaleza de nuestro comportamiento, tales como la manera de mirar, como nos sentamos, hasta la manera propia de hablar y de contestar, en si todo fue un análisis para él —contestó Alice serenamente, mirándolos a todos.

—Si te fijas, Alice, el profesor Pride nunca dijo que edad tenia, ni que profesión tenia —dijo Adam, sintiendo una gran preocupación.

Alice y Zeo, no se habían percatado de ese detalle que vio Adam. Ellos dos no sabían que responder, guardaron silencio, mientras que Adam continuo hablando.

—En si en esta academia no tenemos acceso al internet, ni al celular, es una lástima podríamos saber si Erick Pride, es su verdadero nombre ya que dudo que sea verdadero —comentó Adam, con una cara que expresaba mucha intriga.

Alice totalmente de acuerdo con todo lo que decía Adam. —Así es lo más probable es que no lo sea, no me da muy buena espina ese profesor Pride —comentó Alice, con una cara de sospecha.

Soltando un aire de incomodidad en medio de la conversación, Charlotte estaba totalmente incomoda por todo lo que ellos hablaban, así que ella decidió arruinarles la conversación. — ¡Diosito! La imaginación y ustedes —comentó Charlotte, levantándose de la mesa mostrando un gesto de desagrado.

Zeo, Alice y Adam sin prestarle atención a las aptitudes de Charlotte Miller. Ella completamente fue ignorada por los presentes. A continuación ellos siguieron entablando puntos de vistas.

—Tal vez todo sea un personaje que está asumiendo el profesor con nosotros, una máscara se podría decir que está usando. Por lo tanto su verdadero yo, no ha sido mostrado a nosotros —dijo Alice.

Zeo, viéndole el lado positivo de las cosas compartió su punto de vista. —Sea un personaje o no, estamos aprendiendo y es lo importante y presiento que aprenderemos bastante —comentó Zeo, en medio de una fiel y transparente sonrisa por la cual lo caracterizaba.

Adam, no le agrado ni en lo más mínimo la personalidad del profesor Erick Pride, simplemente no simpatizo con él. —Aunque sus aptitudes son muy ególatras, él se cree grande y maravilloso —dijo Adam.

Alice, tratando de que él viera las cosas desde otra dirección decide dar su criterio más exacto. —Opino que eso es parte de su show. Vuelvo y repito tal vez solo sea un personaje que está actuando e interpretando —se expresó Alice, levantando sus manos dándole forma a sus palabras.

Adam, disgustado solo con pensar que aquel hombre será su profesor, aquella idea era rechazada por sus pensamientos. —En si no me cae muy bien ese profesor —se expresó Adam, cruzando sus dos manos, tomando un pequeño impulso hacia atrás con su cuerpo.

Alice concluyo que la personalidad del profesor era muy opuesta a la forma de ser de Adam. —La verdad es que siento que su aptitud no compagino con la tuya eso es todo, así es como alguno también se debieron de sentir, pero es parte del proceso, si quieres que varios te amen, necesitas ser odiado también —expresó Alice, mientras su mano izquierda acariciaba un poco su mejilla.

Zeo, tratando de dar a conocer su criterio al respecto. —O también pudo ver que la mayoría del salón son personas con alto ego, y por eso, concluyo en personificar a un ególatra y prepotente para simpatizar con la mayoría y así ganar respecto, atención y entendimiento. —comentó él, con un tono claro y calmado.

Alice, le encanto lo que escucho de Zeo, así que ella decidió halagarlo. —Buen punto Zeo, que manera tan interesante de ver las cosas desde otra altura, es un enfoque muy superior —comento ella, sintiendo una profunda admiración por su interlocutor.

Zeo se ruborizo, por aquel halago inesperado. —Gracias, Alice —dijo él, con una cara risueña, con el corazón emocionado por ser halagado por aquella cósmica mujer, que con solo una pequeña sonrisa enviaría a cualquier hombre a otro planeta distante.

—Hmm...En fin, el profe es un pesado, no me cae bien —dijo Adam, con un tono disgustado.

Ya todos terminaron el placentero almuerzo, acompañado de una rica comida y una dulce música de fondo, aquella mujer mirando a todos, con una mirada que tal vez no se trate de este mundo, con sus profundos ojos verdes. —¿Qué harán chicos? Yo iré a estudiar e investigar en la biblioteca —dijo Alice.

—Yo iré a dormir, ando cansado —dijo Adam, con los parpados medio caídos.

—Yo también iré a estudiar, Alice —dijo Zeo, con una sonrisa pícara.

—Nos vemos chicos, que estén bien —dijo Adam, en medio de un bostezo.

Arte de rojo y negro: Asesino de los colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora